OSEAS 2:1-13
OSEAS 2:1-13 Reina Valera 2020 (RV2020)
Decid a vuestros hermanos: «Pueblo mío», y a vuestras hermanas: «Compadecida». ¡Contended con vuestra madre, contended, porque ella no es mi mujer ni yo su marido! Que aparte de su rostro sus prostituciones, y sus adulterios de entre sus pechos, de lo contrario, la arranque la ropa dejándola desnuda como el día en que nació; haga de ella un desierto, la convierta en tierra seca y la mate de sed. No tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución. Pues su madre se prostituyó, la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: «Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida». Por tanto, cerraré con espinos su camino, la cercaré con seto y no hallará sus caminos. Seguirá a sus amantes, pero no los alcanzará; los buscará, pero no los hallará. Entonces dirá: «Regresaré a mi primer marido, porque mejor me iba entonces que ahora». Ella no reconoció que yo era quien le daba el trigo, el vino y el aceite, quien multiplicaba la plata y el oro que ofrecían a Baal. Por tanto, volveré y tomaré mi trigo a su tiempo y mi vino en su estación; le quitaré mi lana y mi lino que le había dado para cubrir su desnudez. Ahora descubriré su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mis manos. Pondré fin a toda su alegría, sus fiestas, sus nuevas lunas, sus sábados y todas sus solemnidades. Haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales dijo: «Este es el salario que me dieron mis amantes». Las convertiré en un matorral y se las comerán las bestias del campo. La castigaré por los días en que quemaba incienso a los baales, cuando se adornaba con sortijas y collares, se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice el Señor.
OSEAS 2:1-13 La Palabra (versión española) (BLP)
Los israelitas serán tantos como la arena del mar que no se cuenta ni se mide. Y en aquel lugar no se los llamará más No-Mi-Pueblo, sino Hijos del Dios vivo. Los hijos de Judá y los hijos de Israel se reunirán, tendrán un solo jefe y desbordarán de la tierra porque será grande el día de Jezrael. Llamad a vuestros hermanos: «Ammí» —pueblo mío—, y a vuestras hermanas: «Rujama» —amada mía. Acusad, juzgad a vuestra madre, porque ella no es mi mujer y yo no soy su marido; que aparte de su persona los signos de su prostitución y, de entre sus senos, las marcas de su adulterio. Si no lo hace así, la despojaré y la dejaré desnuda, como en el día de su nacimiento; la dejaré como un desierto, la convertiré en tierra reseca y la haré morir de sed. Y no amaré a sus hijos, porque son hijos de prostitución. Se ha prostituido su madre, está cubierta de vergüenza la que los concibió. Decía: «Me iré detrás de mis amantes, los que me dan pan y agua, lana y lino, aceite y bebidas». Pues bien, voy a cerrar con espinos su camino y a ponerle una valla para que no encuentre el sendero. Perseguirá a sus amantes, pero no los encontrará; los buscará y no los hallará. Entonces dirá: «Volveré a mi primer marido, pues me iba mejor antes que ahora». Ella no comprendía que era yo quien le daba el trigo, el vino nuevo y el aceite; y quien le facilitaba la plata y el oro que utilizaba para hacer baales. Por eso, volveré a recoger mi trigo a su tiempo, mi vino nuevo en su sazón, y le quitaré mi lana y mi lino que le di para cubrir su desnudez. Entonces descubriré su infamia delante de sus amantes y nadie la librará de mi mano. Haré cesar toda su alegría, sus fiestas, novilunios y sábados, y todas sus solemnidades.
OSEAS 2:1-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»Llamad a vuestros hermanos: “Pueblo mío”, y a vuestras hermanas: “Compadecidas”. »¡Echadle en cara a vuestra madre que ni ella es mi esposa ni yo su esposo! ¡Que se quite del rostro el maquillaje de prostituta, y de entre los pechos los adornos de ramera! De lo contrario, la desnudaré por completo; la dejaré como el día en que nació. La pondré como un desierto: ¡la convertiré en tierra seca y la mataré de sed! No tendré compasión de sus hijos, porque son hijos de prostitución. Su madre es una prostituta; ¡la que los concibió es una sinvergüenza! Pues dijo: “Quiero ir tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas”. Por eso le cerraré el paso con espinos; la encerraré para que no encuentre el camino. Con ardor perseguirá a sus amantes, y al no encontrarlos dirá: “Prefiero volver con mi primer esposo, porque antes me iba mejor que ahora”. Ella no ha querido reconocer que soy yo quien le da el grano, el vino nuevo y el aceite. Yo le he multiplicado la plata y el oro, ¿y qué hizo con ellos? ¡Falsos dioses! »Por eso, llegado el momento le quitaré mi trigo y mi vino nuevo. La dejaré sin la lana y el lino que le di para cubrir su desnudez. Voy a exhibir su vergüenza a la vista de sus amantes, y nadie la librará de mi mano. Pondré fin a todo su jolgorio: sus peregrinaciones, sus lunas nuevas, sus días de reposo, y sus fiestas solemnes. Devastaré sus vides y sus higueras, que consideraba la paga de sus amantes. Las convertiré en maleza, y los animales del campo acabarán con ellas. La llamaré a cuentas por los días en que quemaba ofrendas a sus falsos dioses, cuando se adornaba con zarcillos y joyas, y, olvidándose de mí, se iba tras sus amantes —afirma el SEÑOR—.
OSEAS 2:1-13 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entonces diréis a vuestros hermanos: “Pueblo de Dios”, y a vuestras hermanas: “Compadecidas”. El Señor dice: “¡Acusad a vuestra madre, acusadla, porque ella no es ya mi esposa ni yo soy su marido! ¡Que deje de mostrarse como una prostituta! ¡Que aparte de sus pechos a sus amantes! Si no lo hace, la dejaré del todo desnuda: la pondré como el día en que nació, la convertiré en un desierto, en pura tierra seca, y la haré morir de sed. No me compadeceré de sus hijos, pues son fruto de su prostitución. Su madre se prostituyó; perdió el honor, cuando dijo: ‘Iré en busca de mis amantes, los que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas.’ “Por eso cerraré con espinos su camino y pondré una cerca a su alrededor, para que no encuentre sus senderos. Seguirá a sus amantes, pero no los alcanzará; los buscará, pero no los encontrará. Dirá entonces: ‘Volveré a mi primer marido, pues con él me iba mejor que ahora.’ “Pero ella no reconoció que era yo quien le daba el trigo, el vino y el aceite; que era yo quien le aumentaba la plata y el oro con que fabricó sus ídolos. Por lo tanto, volveré y tomaré mi trigo y mi vino en el tiempo de su cosecha, y recogeré mi lana y mi lino, que le había dado para cubrirse. A la vista de sus amantes pondré su desnudez al descubierto. ¡Nadie la librará de mi mano! Pondré fin a su alegría, a sus fiestas y lunas nuevas, a sus sábados y a todas sus festividades. Destruiré sus viñas y sus higueras, de las que ella decía: ‘Este es el pago que me dieron mis amantes.’ Las convertiré en un matorral y se las comerán los animales salvajes. Voy a castigarla por el tiempo que pasó ofreciendo incienso a los ídolos, cuando se adornaba con anillos y collares para seguir a sus amantes olvidándose de mí. Yo, el Señor, lo afirmo.