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OSEAS 7:1-16

OSEAS 7:1-16 Reina Valera 2020 (RV2020)

Mientras curaba yo a Israel, se descubrió la iniquidad de Efraín y las maldades de Samaria, pues practican el engaño; el ladrón entra y el salteador despoja afuera. No acaban de tener en cuenta que yo guardo recuerdo de todas sus maldades. Ahora los acorralan sus propias obras, que están delante de mí. Con su maldad alegran al rey; con sus mentiras, a los príncipes. Todos ellos son adúlteros; son como horno encendido, que el hornero cesa de avivar desde que se amasa la harina hasta que se ha fermentado. En el día de nuestro rey, los príncipes lo hicieron enfermar con copas de vino; y él tendió su mano a los que se burlaban. Disponen su corazón para la intriga, como se prepara un horno; toda la noche duerme su hornero, pero a la mañana está encendido como llama de fuego. Todos ellos arden como un horno y devoran a sus jueces. Así han caído todos sus reyes; no hay entre ellos quien me invoque. Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín es como una torta a medio cocer. Gente extraña ha devorado su fuerza, y él no se ha dado cuenta. Ya se ha cubierto de canas, y él no se ha dado cuenta. La soberbia de Israel testificará en su contra. Con todo, ellos no se vuelven ni buscan al Señor, su Dios. Efraín es como paloma incauta, sin discernimiento: claman a Egipto, acuden a Asiria. Cuando vayan allá, tenderé sobre ellos mi red, les haré caer como aves del cielo, los castigaré conforme a lo anunciado en sus asambleas. ¡Ay de ellos!, porque se apartaron de mí; destrucción vendrá sobre ellos, porque contra mí se rebelaron. Yo los redimiría, pero ellos hablan mentiras contra mí. No clamaron a mí de corazón, cuando se lamentaban sobre sus lechos. Por trigo y mosto se congregaron, y se han rebelado contra mí. Aunque yo les enseñé y fortalecí sus brazos, traman el mal contra mí. Volvieron, pero no al Altísimo; fueron como arco que yerra el tiro. Sus príncipes cayeron a espada por la soberbia de su lengua: ¡esto será motivo de burla en la tierra de Egipto!

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OSEAS 7:1-16 La Palabra (versión española) (BLP)

Cada vez que quiero curar a Israel, se manifiesta el pecado de Efraín y las maldades de Samaría. Y es que practican la mentira; el ladrón entra en las casas y, fuera, hacen estragos los bandidos. No acaban de tener en cuenta que yo recuerdo todas sus maldades; ahora sus acciones los envuelven y están presentes ante mí. Divierten al rey con su malicia, a los funcionarios con sus mentiras. Todos ellos son adúlteros; son como un horno ardiendo, aunque no lo atice el panadero, desde que la masa está preparada hasta que llega a fermentar. En la fiesta de nuestro rey los funcionarios quedan aturdidos por los vapores del vino, mientras el rey no tiene reparo en mezclarse con los agitadores. Cuando estos se acercan son como un fuego de horno, su corazón está lleno de intrigas; por la noche su cólera duerme, pero al clarear el alba se enciende como fuego ardiente. Todos arden como un horno, devoran a sus magistrados, sucumben todos sus reyes y ninguno de ellos clama hacia mí. Efraín se alía con otros pueblos, es un bizcocho mal cocido. Extranjeros devoran su vigor, pero él ni siquiera se entera; las canas cubren su cabeza, pero tampoco se entera. La soberbia de Israel testifica contra Efraín, pero no vuelven al Señor, su Dios, ni lo buscan a pesar de todo esto. Efraín es como una paloma, ingenua y atolondrada: llaman a Egipto y acuden a Asiria. Y mientras ellos van allí, yo los envuelvo en mi red, los atrapo como pájaros del cielo y los barreré por su maldad. ¡Ay de ellos, pues huyeron de mí! ¡Ruina para ellos porque se han rebelado contra mí! ¡Cómo los podré liberar si solo dicen mentiras contra mí! No es a mí a quien invocan cuando se lamentan en sus lechos, cuando se hacen incisiones y se rebelan contra mí, en busca del trigo y el mosto. Yo los había adiestrado y había fortalecido sus brazos, pero ellos maquinaban contra mí. Se vuelven, pero no hacia lo alto; son como un arco que falla; sus autoridades caerán a espada por la insolencia de su lengua. ¡Serán irrisión en el país de Egipto!

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OSEAS 7:1-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

cuando quiero curar a mi pueblo, a Efraín y a Samaria, salta a la vista su pecado y su maldad. Porque todos practican la mentira; como ladrones, entran en las casas, y asaltan a la gente en plena calle. No tienen en cuenta que yo recuerdo todas sus maldades. Ahora los acorralan sus propias acciones, que están siempre delante de mis ojos. “Con su maldad y sus mentiras divierte mi pueblo al rey y a los jefes. Todos ellos son adúlteros; son como el horno que, una vez encendido, deja el hornero de atizarlo mientras fermenta la masa. En el día de la coronación de nuestro rey, los jefes le hicieron enfermar con el calor del vino. ¡Y él tendió la mano a los que se burlaban! Preparan su corazón para la intriga como si preparasen un horno; duerme el hornero toda la noche, pero a la mañana el horno sigue bien encendido. Sí, todos ellos arden como un horno que devoró a sus gobernantes. Todos sus reyes han caído y no hay ni uno solo que me invoque. “Efraín se ha mezclado con otros pueblos. Efraín es como una torta cocida solamente por un lado. Gente extraña ha acabado con sus fuerzas sin que él se diera cuenta. ¡Hasta el pelo se le puso blanco sin que él se diera cuenta! El orgullo de Israel es testigo en contra suya. Con todo, ellos no se volvieron ni buscaron al Señor su Dios. Efraín es como una paloma atolondrada, sin inteligencia: pide ayuda a Egipto, acude luego a Asiria... Pero cuando vayan allá, lanzaré mi red sobre ellos; los haré caer como aves del cielo, los atraparé a causa de su maldad. “¡Ay de ellos, por haberse apartado de mí! La destrucción los alcanzará porque contra mí se han rebelado. Yo quiero salvarlos, pero ellos mienten en contra mía. Aunque gritan cuando están en la cama, no me invocan de corazón. Para pedir trigo y vino se hacen heridas; ¡se han rebelado contra mí! Yo los había enseñado y había dado fuerzas a sus brazos, pero ellos planearon maldades contra mí. Se volvieron a los ídolos. Son como un arco torcido, cuya flecha no da en el blanco. Por hablar con insolencia caerán sus jefes a filo de espada, y en Egipto se burlarán de ellos.

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OSEAS 7:1-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

cuando sane yo a Israel, la perversidad de Efraín y la maldad de Samaria quedarán al descubierto. Porque ellos cometen fraudes; mientras el ladrón se mete en las casas, una banda de salteadores roba en las calles. No se ponen a pensar que yo tomo en cuenta todas sus maldades. Sus malas acciones los tienen cercados, y las tengo muy presentes. »Con su maldad deleitan al rey; con sus mentiras, a las autoridades. Parecen un horno encendido cuyo fuego no hace falta atizar desde que el panadero prepara la harina hasta que la masa fermenta. ¡Todos ellos son adúlteros! En la fiesta del rey las autoridades se encienden bajo los efectos del vino, y el rey pierde su dignidad codeándose con la plebe. Como el horno, se les prende el corazón, dispuesto para la intriga. Su ira se adormece por la noche, pero se reaviva por la mañana. Todos ellos arden como un horno; devoran a sus gobernantes. Caen todos sus reyes, pero ninguno de ellos me invoca. »Efraín se mezcla con las naciones; parece una torta cocida de un solo lado. Los extranjeros le minan las fuerzas, pero él ni se da cuenta. Su pelo se ha encanecido, pero él ni se da cuenta. La arrogancia de Israel testifica en contra suya, pero él no se vuelve al SEÑOR su Dios; a pesar de todo esto, no lo busca. »Efraín es como una paloma torpe y sin entendimiento, que unas veces pide ayuda a Egipto y otras, recurre a Asiria. Pero, tan pronto como lo hagan, lanzaré mi red sobre ellos; los derribaré como a las aves del cielo, ¡siete veces los castigaré por sus pecados! ¡Ay de ellos, que de mí se alejaron! ¡Que sean destruidos por rebelarse contra mí! Yo bien podría redimirlos, pero ellos no me hablan con la verdad. No me invocan de corazón, sino que se lamentan echados en sus camas. Para obtener grano y vino nuevo se laceran y se ponen en contra de mí. Yo adiestré y fortalecí sus brazos, pero ellos maquinan maldades contra mí. No se vuelven al Altísimo; son como un arco engañoso. Sus autoridades caerán a filo de espada por sus palabras insolentes, y en la tierra de Egipto se burlarán de ellos.

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