ISAÍAS 10:1-4
ISAÍAS 10:1-4 Reina Valera 2020 (RV2020)
¡Ay de los que dictan leyes injustas y emiten decretos opresores, para apartar del juicio a los pobres y para privar de su derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas y robar a los huérfanos! ¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude cuando llegue de lejos el desastre? ¿En dónde dejaréis vuestras riquezas? Sin mí se inclinarán entre los presos y caerán entre los muertos. Pero ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.
ISAÍAS 10:1-4 La Palabra (versión española) (BLP)
¡Ay de quienes dictan leyes injustas, de quienes firman decretos opresores, para impedir que se haga justicia a los débiles, para privar del derecho a los pobres de mi pueblo, para hacer de las viudas su presa y dedicarse al saqueo de huérfanos! ¿Qué haréis cuando os pasen cuentas, cuando se acerque de lejos la tormenta? ¿A quién acudiréis en busca de auxilio? ¿Dónde dejaréis vuestra riqueza? Iréis abatidos como prisioneros, caeréis como los heridos de muerte. Con todo, su cólera persiste, su mano sigue amenazante.
ISAÍAS 10:1-4 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¡Ay de vosotros, que dictáis leyes injustas y publicáis decretos intolerables, que no hacéis justicia a los débiles ni reconocéis los derechos de los pobres de mi pueblo, que explotáis a las viudas y robáis a los huérfanos! ¿Qué haréis cuando hayáis de rendir cuentas, cuando veáis venir de lejos el castigo? ¿A quién acudiréis pidiendo ayuda? ¿En dónde dejaréis vuestras riquezas? Si no son humillados y llevados presos, caerán con los que mueran asesinados. Sin embargo, la ira del Señor no se ha calmado; él sigue amenazando todavía.
ISAÍAS 10:1-4 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¡Ay de los que emiten decretos inicuos y publican edictos opresivos! Privan de sus derechos a los pobres, y no hacen justicia a los oprimidos de mi pueblo; hacen de las viudas su presa y saquean a los huérfanos. ¿Qué vais a hacer cuando debáis rendir cuentas, cuando llegue desde lejos la tormenta? ¿A quién acudiréis en busca de ayuda? ¿En dónde dejaréis vuestras riquezas? No les quedará más remedio que humillarse entre los cautivos o morir entre los masacrados.