ISAÍAS 30:1-5
ISAÍAS 30:1-5 La Palabra (versión española) (BLP)
¡Ay de los hijos rebeldes —oráculo del Señor— que toman decisiones sin contar conmigo, que conciertan alianzas no inspiradas por mí, acumulando así error tras error; que bajan a Egipto sin consultarme, para ampararse en el poder del faraón y refugiarse a la sombra de Egipto! El amparo del faraón será su deshonra, el refugio a la sombra de Egipto, su vergüenza. Cuando estén en Soán vuestros jefes y vuestros mensajeros lleguen a Hanés, todos quedarán avergonzados a la vista de un pueblo inútil, incapaz de ayudar ni servir, a no ser de vergüenza y oprobio.
ISAÍAS 30:1-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
¡Ay de los hijos que se apartan, dice el Señor, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, de modo que añaden pecado a pecado! Se apartan para descender a Egipto, pero no me han consultado. Quieren fortalecerse con la fuerza de Faraón, y ponen su esperanza en el amparo de Egipto. Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y la protección a la sombra de Egipto, en confusión. Cuando estén sus jefes en Zoán y sus embajadores lleguen a Hanes, todos se avergonzarán de un pueblo que no les sirve de nada, ni los socorre ni les trae provecho alguno; antes les será para vergüenza y aun para deshonra.
ISAÍAS 30:1-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor afirma: “¡Ay de los hijos rebeldes, que hacen planes sin contar conmigo y preparan proyectos que yo no les inspiro, de manera que amontonan pecado sobre pecado! Se van a toda prisa a Egipto, y a mí no me consultan; buscan apoyo bajo la protección del faraón, se refugian a la sombra de Egipto. Pero la protección del faraón los defraudará, y el refugio a la sombra de Egipto será su humillación. Aunque hayáis enviado embajadores hasta las ciudades de Soan y de Hanés, todos quedaréis defraudados por esa nación inútil que no os trae ayuda ni provecho, sino solo desilusión y desgracia.”
ISAÍAS 30:1-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El SEÑOR ha dictado esta sentencia: «Ay de los hijos rebeldes que ejecutan planes que no son míos, que hacen alianzas contrarias a mi Espíritu, que amontonan pecado sobre pecado, que bajan a Egipto sin consultarme, que se acogen a la protección de Faraón, y se refugian bajo la sombra de Egipto. ¡La protección de Faraón será su vergüenza! ¡El refugiarse bajo la sombra de Egipto, su humillación! Aunque en Zoán tengan funcionarios, y a Janés hayan llegado sus mensajeros, todos quedarán avergonzados por culpa de un pueblo que les resulta inútil, que no les brinda ninguna ayuda ni provecho, sino solo vergüenza y frustración».