Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

ISAÍAS 32:1-20

ISAÍAS 32:1-20 Reina Valera 2020 (RV2020)

Para justicia reinará un rey y príncipes presidirán en juicio. Y será aquel hombre como refugio contra el viento y como refugio contra la tormenta; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa. No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes escucharán con atención. El corazón de los necios entenderá para comprender, y la lengua de los tartamudos hablará con fluidez y claridad. El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado respetable. Porque el ruin habla ruindades y su corazón maquina iniquidad, para cometer impiedad y para decir blasfemias contra el Señor, pues deja vacío al que tiene hambre y priva de beber al sediento. El tramposo recurre al mal, urdiendo acciones infames para enredar a los ingenuos con palabras mentirosas y para hablar contra el pobre en el juicio. Pero el noble piensa con nobleza, y por su nobleza será enaltecido. ¡Mujeres indolentes, levantaos! ¡Oíd mi voz, hijas confiadas, atended a mis palabras! De aquí a algo más de un año estaréis temblando, mujeres confiadas; porque la vendimia faltará y no llegará la cosecha. ¡Temblad, indolentes; turbaos, confiadas! ¡Despojaos, desnudaos, ceñid las caderas con vestiduras ásperas! Se golpearán el pecho lamentándose por los campos deleitosos, por las viñas fértiles. Sobre la tierra de mi pueblo, y aun sobre las casas donde hay alegría en la ciudad alegre, crecerán espinos y cardos. Porque los palacios quedarán desiertos, el bullicio de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses y los ganados hagan majada, hasta que sobre nosotros sea derramado el espíritu de lo alto. Entonces el desierto se convertirá en campo fértil, y el campo fértil será como un bosque. Habitará el juicio en el desierto y en el campo fértil morará la justicia. El efecto de la justicia será la paz, y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras y en lugares de reposo. Entonces caerá granizo en los montes y la ciudad será del todo abatida. ¡Dichosos vosotros, los que sembráis en regadío y dejáis sueltos al buey y al asno!

ISAÍAS 32:1-20 La Palabra (versión española) (BLP)

Si un monarca reina con justicia y los príncipes gobiernan rectamente, serán como refugio contra el viento, como cobijo ante la lluvia, como acequias que riegan en secano, como sombra de peñasco en erial. Los ojos de los que miren no se cerrarán, los oídos de los que escuchen atenderán, la mente del lanzado adquirirá sensatez, la lengua del tartamudo hablará lanzada. Ya no llamarán noble al necio, ni dirán honorable al granuja, pues el necio profiere necedades y su mente planea insensateces. Pensando en cometer infamias y diciendo estupideces del Señor, frustra el apetito del hambriento y le niega el agua al sediento. Los farsantes recurren al mal, urdiendo acciones infames para arruinar con mentiras al pobre, al desvalido que reclama su derecho. Pero el noble planea acciones nobles, y en nobles acciones se sustenta. ¡En guardia, mujeres satisfechas, disponeos a oír mi voz! ¡Vosotras, muchachas confiadas, prestad oído a mis palabras! Poco más de un año y las confiadas temblaréis, cuando veáis fracasar la vendimia y la cosecha quede frustrada. Alarmaos, satisfechas, temblad las confiadas. ¡Desvestíos, desnudaos, ceñíos la cintura! Golpeaos el pecho, lamentaos por la campiña, por la fértil viña; doleos por la tierra de mi pueblo fecunda en zarzas y cardos, por sus vecinos alegres, por la ciudad divertida. Ved: el palacio abandonado, la ciudad bulliciosa vacía, la colina y la atalaya convertidas en montón eterno de ruinas: delicia para los asnos, pastizal para rebaños. Hasta que se derrame sobre nosotros un espíritu llegado de lo alto, cuando la estepa se convierta en huerto y el huerto parezca una selva. Habitará en la estepa el derecho, la justicia se asentará en el huerto; la justicia producirá la paz, el resultado de la justicia será tranquilidad y confianza eternas. Mi pueblo habitará en plácidos pastos: confiados en sus moradas, satisfechos en sus casas, aunque sea talada la selva, aunque sea arrasada la ciudad. Dichosos los que sembráis en regadío, los que dais suelta al buey y al asno.

ISAÍAS 32:1-20 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Habrá un rey que reinará con rectitud, y gobernantes que gobernarán con justicia. Cada uno de ellos será como refugio contra el viento y protección contra la tempestad, como canales de riego en tierra seca, como la sombra de una gran roca en el desierto. Tendrán los ojos bien abiertos y estarán dispuestos a escuchar con atención; no actuarán con precipitación, sino con prudencia, y dirán las cosas con toda claridad. La gente no llamará noble al canalla ni tratará al pícaro como a persona importante, porque el canalla habla como canalla y en su mente hace planes malvados; busca cometer el crimen y profiere mentiras contra el Señor; deja ir con las manos vacías al hambriento y no da de beber al que tiene sed. El pícaro se vale de artimañas y trama cosas infames; perjudica con mentiras a los pobres y al necesitado que pide justicia. En cambio, el que es noble tiene planes nobles, y en esos planes se mantiene firme. Y vosotras, mujeres despreocupadas, oíd lo que voy a deciros. Mujeres confiadas, escuchad mis palabras. Ahora estáis confiadas, pero en poco más de un año os estremeceréis, porque se acabará la vendimia y no recogeréis más uvas. Vosotras, que vivís despreocupadas, temblad; vosotras, que os sentís confiadas, estremeceos, quitaos esos vestidos y poneos ropas ásperas en señal de dolor. Haced demostraciones de dolor por los campos risueños y los fértiles viñedos. Espinos y matorrales crecerán en mi país, en toda casa alegre de la ciudad amiga de las diversiones. El palacio estará abandonado; la ciudad, tan poblada, quedará desierta; las fortificaciones, abandonadas para siempre; allí vivirán contentos los asnos salvajes y podrá comer el ganado. Pero el poder creador del Señor vendrá de nuevo sobre nosotros, y el desierto se convertirá en tierra de cultivo, y la tierra de cultivo será mucho más fértil. La rectitud y la justicia reinarán en todos los lugares del país. La justicia producirá paz, tranquilidad y confianza para siempre. Mi pueblo vivirá en un lugar pacífico, en habitaciones seguras, en residencias tranquilas, aunque el bosque sea talado y humillada la ciudad. Entonces viviréis felices, con riego abundante para vuestros sembrados y pastos seguros para el asno y el buey.

ISAÍAS 32:1-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Mirad, un rey reinará con rectitud y los gobernantes gobernarán con justicia. Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto. No se nublarán los ojos de los que ven; prestarán atención los oídos de los que oyen. La mente impulsiva comprenderá y entenderá, la lengua tartamuda hablará con fluidez y claridad. Ya no se llamará noble al necio ni será respetado el canalla. Porque el necio profiere necedades, y su mente maquina iniquidad; practica la impiedad, y habla falsedades contra el SEÑOR; deja con hambre al hambriento, y le niega el agua al sediento. El canalla recurre a artimañas malignas, y trama designios infames; destruye a los pobres con mentiras, aunque el necesitado reclama justicia. El noble, por el contrario, concibe nobles planes, y en sus nobles acciones se afirma. Mujeres despreocupadas, ¡levantaos y escuchadme! Hijas que os sentís tan confiadas, ¡prestad atención a lo que voy a deciros! Vosotras, que os sentís tan confiadas, en poco más de un año temblaréis; porque fallará la vendimia, y no llegará la cosecha. Mujeres despreocupadas, ¡estremeceos! Vosotras, que os sentís tan confiadas, ¡poneos a temblar! Desvestíos, desnudaos; poneos ropa de luto. Golpeaos el pecho, por los campos agradables, por los viñedos fértiles, por el suelo de mi pueblo cubierto de espinos y de zarzas, por todas las casas donde hay alegría y por esta ciudad donde hay diversión. La fortaleza será abandonada, y desamparada la ciudad populosa; para siempre convertidas en cuevas quedarán la ciudadela y la atalaya; convertidas en deleite de asnos, en pastizal de rebaños, hasta que desde lo alto el Espíritu sea derramado sobre nosotros. Entonces el desierto se volverá un campo fértil, y el campo fértil se convertirá en bosque. La justicia morará en el desierto, y en el campo fértil habitará la rectitud. El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto. Mi pueblo habitará en un lugar de paz, en moradas seguras, en serenos lugares de reposo. Aunque el granizo arrase el bosque y la ciudad sea completamente allanada, ¡dichosos vosotros, los que sembráis junto al agua, y dejáis sueltos al buey y al asno!