ISAÍAS 33:14-16
ISAÍAS 33:14-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
Los pecadores se asombraron en Sion y el espanto sobrecogió a los hipócritas: «¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?». El que camina en justicia y habla lo recto, el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir soborno, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias, el que cierra sus ojos para no contemplar el mal, este habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan y sus aguas tendrá seguras.
ISAÍAS 33:14-16 La Palabra (versión española) (BLP)
Temen los pecadores de Sion, un temblor paraliza a los impíos: «¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador? ¿Quién de nosotros habitará unas brasas eternas?». El que se conduzca y hable con justicia, el que rehúse aprovecharse de la opresión; el que sacuda su mano rechazando el soborno, el que tape su oído a propuestas criminales, el que cierre sus ojos al mal. Ese habitará en la altura, refugiado en un baluarte rocoso, recibirá sin falta pan y agua.
ISAÍAS 33:14-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
En Sión tiemblan los pecadores, y los impíos se llenan de terror y dicen: “¿Quién de nosotros podrá vivir en un fuego destructor, en una hoguera eterna?” El que procede rectamente y dice la verdad, el que no se enriquece abusando de la fuerza ni se deja comprar con regalos, el que no hace caso a sugerencias criminales y cierra los ojos para no fijarse en el mal, ese vivirá seguro, tendrá su refugio en una fortaleza de rocas, siempre tendrá pan y el agua no le faltará.
ISAÍAS 33:14-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Los pecadores están aterrados en Sión; el temblor atrapa a los impíos: «¿Quién de nosotros puede habitar en el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros puede habitar en la hoguera eterna?» Solo el que procede con justicia y habla con rectitud, el que rechaza la ganancia de la extorsión y se sacude las manos para no aceptar soborno, el que no presta oído a las conjuras de asesinato y cierra los ojos para no contemplar el mal. Este tal morará en las alturas; tendrá como refugio una fortaleza de rocas, se le proveerá de pan, y no le faltará el agua.