ISAÍAS 35:3-7
ISAÍAS 35:3-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
¡Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles! Decid a los de corazón apocado: «¡Esforzaos, no temáis! Vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá y os salvará». Entonces, los ojos de los ciegos serán abiertos y destapados los oídos de los sordos. Entonces, el cojo saltará como un ciervo y cantará la lengua del mudo, porque aguas brotarán en el desierto y torrentes en la estepa. El lugar seco se convertirá en estanque y el sequedal en lugar de manantiales de agua. La guarida de los chacales, donde ellos se refugian, será lugar de cañas y juncos.
ISAÍAS 35:3-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Fortaleced las manos débiles, asegurad las rodillas vacilantes; decid a los alocados: «Seguid firmes, no temáis, que viene vuestro Dios a vengaros, él os trae la recompensa y viene en persona a salvaros». Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se destaparán. Entonces saltará el cojo como el ciervo, la lengua del mudo cantará. Pues manarán aguas en la estepa, habrá torrenteras en el desierto; el páramo se convertirá en estanque, el sequedal en lugar de manantiales. La guarida donde sesteaban los chacales será lugar de cañas y de juncos.
ISAÍAS 35:3-7 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Fortaleced a los débiles, dad valor a los cansados, decid a los tímidos: “¡Ánimo, no tengáis miedo! ¡Aquí está vuestro Dios para salvaros, y a vuestros enemigos los castigará como merecen!” Entonces los ciegos verán y los sordos oirán; los lisiados saltarán como corzos y los mudos gritarán. En el desierto, tierra seca, brotará el agua a torrentes. El desierto será un lago y la tierra seca se llenará de manantiales. Donde ahora viven los chacales, crecerán cañas y juncos.
ISAÍAS 35:3-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Fortaleced las manos débiles, afirmad las rodillas temblorosas; decid a los de corazón temeroso: «Sed fuertes, no tengáis miedo. Vuestro Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvaros». Se abrirán entonces los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; saltará el cojo como un ciervo, y gritará de alegría la lengua del mudo. Porque aguas brotarán en el desierto, y torrentes en el sequedal. La arena ardiente se convertirá en estanque, la tierra sedienta, en manantiales burbujeantes. Las guaridas donde se tendían los chacales serán morada de juncos y papiros.