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ISAÍAS 58:1-14

ISAÍAS 58:1-14 La Palabra (versión española) (BLP)

Grita incansable, bien fuerte, deja oír tu voz como trompeta, denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus descarríos. Día a día consultan mi oráculo, desean conocer mis intenciones, como gente que practica la justicia, que no abandona el mandato de su Dios. Me piden que haga justicia, desean la cercanía de Dios: «¿Para qué ayunamos si no nos miras, nos mortificamos y no te das cuenta?». Porque el día de ayuno buscáis vuestro interés y sois implacables con vuestros sirvientes. Ayunáis, sí, pero entre pleitos y disputas, repartiendo puñetazos sin piedad. No ayunéis como hacéis ahora, si queréis que se oiga en el cielo vuestra voz. ¿Creéis que es este el ayuno que deseo cuando uno decide mortificarse: que mueva su cabeza como un junco, que se acueste sobre saco y ceniza? ¿A esto llamáis ayuno, día agradable al Señor? Este es el ayuno que deseo: abrir las prisiones injustas, romper las correas del cepo, dejar libres a los oprimidos, destrozar todos los cepos; compartir tu alimento con el hambriento, acoger en tu casa a los vagabundos, vestir al que veas desnudo, y no cerrarte a tus semejantes. Entonces brillará tu luz como la aurora, tus heridas se cerrarán enseguida, tus buenas acciones te precederán, te seguirá la gloria del Señor. Entonces llamarás al Señor y responderá, pedirás socorro y dirá: «Aquí estoy». Si apartas los cepos de en medio de ti, si no delatas acusando en falso; si partes tu comida con el hambriento y sacias el hambre del indigente, entonces brillará tu luz en la tiniebla, tu oscuridad será igual que el mediodía. El Señor será siempre tu guía, saciará tu hambre en el desierto, hará vigoroso tu cuerpo, serás como un huerto regado, como un manantial de aguas cuyo cauce nunca se seca. Volverás a levantar viejas ruinas, cimientos desolados por generaciones; te llamarán reparador de brechas, repoblador de lugares ruinosos. Si te abstienes de comerciar en sábado, de negociar en mi día santo; si llamas al sábado tu delicia y lo consagras a honrar al Señor; si lo honras sin pensar en tus asuntos, sin buscar tu interés y tus negocios, entonces te deleitarás en el Señor, te llevaré a las alturas de la tierra, te haré gustar la herencia de tu padre Jacob. Ha hablado la boca del Señor.

ISAÍAS 58:1-14 Reina Valera 2020 (RV2020)

¡Grita con toda tu fuerza, no te contengas, alza tu voz como una trompeta! ¡Anuncia a mi pueblo su rebelión y a la casa de Jacob su pecado! Ellos me buscan cada día y quieren saber mis caminos, como gente que practica la justicia y que no hubiera abandonado el mandato de su Dios. Me piden justos juicios y quieren acercarse a Dios. Dicen: «¿Para qué ayunamos, si no nos miras? ¿Para qué nos afligimos, si no te das cuenta?». Porque en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio interés y oprimís a todos vuestros trabajadores. Porque si ayunáis, es para pelear y debatir, y para repartir puñetazos con la peor de las intenciones; no ayunéis como lo hacéis hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es este el ayuno que yo escogí: que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como un junco y haga cama de telas ásperas y de ceniza? ¿Llamaréis a esto ayuno y día agradable al Señor? El ayuno que yo escogí, ¿no es más bien desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, dejar ir libres a los quebrantados y romper todo yugo? ¿No es que compartas tu pan con el hambriento, que acojas en tu casa al vagabundo, que vistas al que ves desnudo, y que no le des la espalda a tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba y tu salvación se dejará ver en seguida; tu justicia irá delante de ti y la gloria del Señor será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá el Señor; clamarás, y dirá él: «¡Aquí estoy! Si quitas de en medio de ti el yugo, el dedo acusador y la calumnia, si das tu pan al hambriento y sacias al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz y tu oscuridad será como el mediodía». El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma y dará vigor a tus huesos. Serás como un huerto de riego, como un manantial cuyas aguas nunca se agotan. Tu gente reconstruirá las ruinas antiguas, volverán a levantar los cimientos de otros tiempos; y serás llamado «reparador de portillos», «restaurador de lugares en ruinas». Si detienes tus pasos el sábado, para no hacer tu voluntad en mi día santo, y llamas al sábado «mi delicia», «día santo y glorioso del Señor», y lo veneras, sin andar en tus propios caminos, ni buscar tu voluntad ni pronunciar palabra, entonces te deleitarás en el Señor. Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra y te daré a comer la heredad de tu padre Jacob. La boca del Señor lo ha hablado.

ISAÍAS 58:1-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

El Señor me dijo: “Grita muy fuerte, sin miedo, alza la voz como una trompeta; reprende a mi pueblo por sus culpas, al pueblo de Jacob por sus pecados. Diariamente me buscan y están felices de conocer mis caminos, como si fueran un pueblo que hace el bien y que no descuida mis leyes; me piden leyes justas y se muestran felices de acercarse a mí. Sin embargo dicen: ‘¿Para qué ayunar, si Dios no lo ve? ¿Para qué sacrificarnos, si él no se da cuenta?’ El día de ayuno lo dedicáis a hacer negocios y a explotar a vuestros trabajadores; el día de ayuno lo pasáis en disputas y peleas y dando golpes criminales con los puños. Un día de ayuno así, no puede lograr que yo escuche vuestras oraciones. ¿Creéis que el ayuno que me agrada consiste en afligirse, en agachar la cabeza como un junco y en acostarse entre ásperas ropas, sobre ceniza? ¿Eso es lo que vosotros llamáis ‘ayuno’ y ‘día agradable al Señor’? Pues no lo es. El ayuno que a mí me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y desates los nudos que aprietan el yugo; en que dejes libres a los oprimidos y acabes con toda tiranía; en que compartas tu pan con el hambriento y recibas en tu casa al pobre sin techo; en que vistas al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes. Entonces brillará tu luz como el amanecer y tus heridas sanarán muy pronto. Tu rectitud irá delante de ti y mi gloria te seguirá. Entonces, si me llamas, yo te responderé; si gritas pidiendo ayuda, yo te diré: ‘Aquí estoy.’ Si haces desaparecer toda opresión, si no insultas a otros ni les levantas calumnias, si te das a ti mismo en servicio del hambriento, si ayudas al afligido en su necesidad, tu luz brillará en la oscuridad, tus sombras se convertirán en luz de mediodía. Yo te guiaré continuamente, te daré comida abundante en el desierto, daré fuerza a tu cuerpo y serás como un jardín bien regado, como un manantial al que no le falta el agua. Tu pueblo reconstruirá las viejas ruinas y afianzará los cimientos puestos hace siglos. Y tu pueblo será llamado ‘reparador de muros caídos’, ‘reconstructor de casa en ruinas’. “Respeta el sábado; no te dediques a tus negocios en mi día santo. Considera este día como día de alegría, como día santo del Señor y digno de honor; hónralo no dedicándote a tus asuntos ni buscando tus intereses ni haciendo negocios. De este modo encontrarás tu alegría en mí, y yo te llevaré en triunfo sobre las alturas del país y te haré gozar de la herencia de tu padre Jacob.” El Señor mismo lo ha dicho.

ISAÍAS 58:1-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

»¡Grita con toda tu fuerza, no te reprimas! Alza tu voz como trompeta. Denuncia a mi pueblo sus rebeldías; sus pecados, a los descendientes de Jacob. Porque día tras día me buscan, y desean conocer mis caminos, como si fueran una nación que practicara la justicia, como si no hubieran abandonado mis mandamientos. Me piden decisiones justas, y desean acercarse a mí, y hasta me reclaman: “¿Para qué ayunamos, si no lo tienes en cuenta? ¿Para qué nos afligimos, si tú no lo notas?” »Pero el día en que ayunáis, hacéis negocios y explotáis a vuestros obreros. Vosotros solo ayunáis para pelear y reñir, y daros puñetazos a mansalva. Si queréis que el cielo atienda vuestros ruegos, ¡ayunad, pero no como ahora lo hacéis! ¿Acaso el ayuno que he escogido es solo un día para que el hombre se mortifique? ¿Y solo para que incline la cabeza como un junco, haga duelo y se cubra de ceniza? ¿A eso llamáis vosotros día de ayuno y día aceptable para el SEÑOR? »El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes? Si así procedes, tu luz despuntará como la aurora, y al instante llegará tu sanidad; tu justicia te abrirá el camino, y la gloria del SEÑOR te seguirá. Llamarás, y el SEÑOR responderá; pedirás ayuda, y él dirá: “¡Aquí estoy!” »Si desechas el yugo de opresión, el dedo acusador y la lengua maliciosa, si te dedicas a ayudar a los hambrientos y a saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche. El SEÑOR te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan. Tu pueblo reconstruirá las ruinas antiguas y levantará los cimientos de antaño; serás llamado “reparador de muros derruidos”, “restaurador de calles transitables”. »Si dejas de profanar el sábado, y no haces negocios en mi día santo; si llamas al sábado “delicia”, y al día santo del SEÑOR, “honorable”; si te abstienes de profanarlo, y lo honras no haciendo negocios ni profiriendo palabras inútiles, entonces hallarás tu gozo en el SEÑOR; sobre las cumbres de la tierra te haré cabalgar, y haré que te deleites en la herencia de tu padre Jacob». El SEÑOR mismo lo ha dicho.