ISAÍAS 6:1-4
ISAÍAS 6:1-4 Reina Valera 2020 (RV2020)
El año en que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo. Por encima de él había serafines. Cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban. Se gritaban entre sí, diciendo: «¡Santo, santo, santo, Señor de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!». Los quicios de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la Casa se llenó de humo.
ISAÍAS 6:1-4 La Palabra (versión española) (BLP)
El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en su alto y excelso trono. El ruedo de su manto llenaba el Templo. Por encima de él había serafines, con seis alas cada uno: con dos se tapaban la cara, con otras dos se tapaban los genitales, y con el tercer par de alas se mantenían en vuelo. Se gritaban entre sí, diciendo: «Santo, santo, santo, el Señor del universo; la tierra toda rebosa de su gloria». Los quicios de las puertas temblaron ante el estruendo de su voz, y el Templo se llenó de humo.
ISAÍAS 6:1-4 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono muy alto; el borde de su manto llenaba el templo. Unos seres como de fuego estaban por encima de él. Cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían la cara, con otras dos se cubrían la parte inferior del cuerpo y con las otras dos volaban. Y se decían el uno al otro: “Santo, santo, santo es el Señor todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.” Al resonar esta voz, las puertas del templo temblaron, y el templo mismo se llenó de humo.
ISAÍAS 6:1-4 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo. Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. Y se decían el uno al otro: «Santo, santo, santo es el SEÑOR Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria». Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo.