ISAÍAS 60:19-22
ISAÍAS 60:19-22 Reina Valera 2020 (RV2020)
El sol nunca más te servirá de luz para el día ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que el Señor será tu luz eterna y tu Dios será tu esplendor. No se pondrá jamás tu sol ni menguará tu luna, porque el Señor será tu luz eterna y los días de tu luto se habrán cumplido. Todo tu pueblo, todos ellos, serán justos. Para siempre heredarán la tierra; serán los renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme. El pequeño llegará a ser un millar; del menor saldrá un pueblo poderoso. Yo el Señor, a su tiempo haré que esto se cumpla pronto.
ISAÍAS 60:19-22 La Palabra (versión española) (BLP)
Ya no será el sol tu luz durante el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, pues será el Señor tu luz para siempre, tu Dios te servirá de resplandor; tu sol ya no se pondrá y tu luna no menguará, pues será el Señor tu luz para siempre y se habrá cumplido tu tiempo de luto. Todos los de tu pueblo serán justos, poseerán la tierra a perpetuidad: ellos son el brote que planté, la obra que realicé para mi gloria. El pequeño acabará siendo mil, el más joven un pueblo potente. Yo, el Señor, no tardaré en cumplir todo esto a su tiempo.
ISAÍAS 60:19-22 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Ya no será el sol tu luz durante el día, ni con su resplandor te alumbrará la luna, porque el SEÑOR será tu luz eterna; tu Dios será tu gloria. Tu sol no volverá a ponerse, ni menguará tu luna; será el SEÑOR tu luz eterna, y llegarán a su fin tus días de duelo. Entonces todo tu pueblo será justo y poseerá la tierra para siempre. Serán el retoño plantado por mí mismo, la obra maestra que me glorificará. El más débil se multiplicará por miles, y el menor llegará a ser una nación poderosa. Yo soy el SEÑOR; cuando llegue el momento, actuaré sin demora».
ISAÍAS 60:19-22 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“Ya no necesitarás que el sol te alumbre de día ni la luna de noche, porque yo, el Señor, seré tu luz eterna; yo, tu Dios, seré tu resplandor. Tu sol no se ocultará jamás ni tu luna perderá su luz, porque yo, el Señor, seré tu luz eterna. Tus días de luto se acabarán. “Todos los de tu pueblo serán gente honrada, serán dueños de su país por siempre, retoños de una planta que yo mismo he plantado, obra que he hecho con mis manos para mostrar mi gloria. Este puñado tan pequeño se multiplicará por mil; este pequeño número será una gran nación. Yo soy el Señor y haré que se realice pronto, a su debido tiempo.”