ISAÍAS 63:15-17
ISAÍAS 63:15-17 Reina Valera 2020 (RV2020)
Mira desde el cielo y contempla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde están tu celo y tu poder? ¿Dónde están tu entrañable compasión y tu ternura hacia nosotros? ¿Se han agotado? ¡Pero tú eres nuestro padre! Aunque Abrahán nos ignore e Israel no nos reconozca, tú, Señor, eres nuestro padre. Redentor nuestro es tu nombre desde la eternidad. ¿Por qué, Señor, nos has hecho errar de tus caminos y has endurecido, respecto a tu temor, nuestro corazón? ¡Vuélvete por amor a tus siervos, por las tribus de tu heredad!
ISAÍAS 63:15-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Mira bien desde el cielo; observa desde tu morada santa y gloriosa. ¿Dónde están tu celo y tu poder? ¡Se nos niega tu abundante compasión y ternura! Pero tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos conozca ni nos reconozca Israel; tú, SEÑOR, eres nuestro Padre; ¡tu nombre ha sido siempre «nuestro Redentor»! ¿Por qué, SEÑOR, nos desvías de tus caminos, y endureces nuestro corazón para que no te temamos? Vuelve por amor a tus siervos, por las tribus que son tu herencia.
ISAÍAS 63:15-17 La Palabra (versión española) (BLP)
Mira atento desde el cielo, desde tu santa y gloriosa mansión. ¿Qué es de tu celo y tu valor, de tu inmensa ternura y compasión? No la reprimas, que eres nuestro padre, pues Abrahán no sabe quiénes somos e Israel no ha llegado a conocernos. Tú eres el Señor, nuestro padre, desde siempre te llamas «Redentor». ¿Por qué nos dejas, Señor, apartarnos de tus caminos? ¿por qué permites que no te respete nuestro duro corazón? Vuélvete a nosotros, tus siervos, a las tribus que forman tu heredad.
ISAÍAS 63:15-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Mira, Señor, desde el cielo, desde ese lugar santo y glorioso en donde vives. ¿Dónde están tu ardiente amor y tu fuerza? ¿Dónde están tus sentimientos? ¿Se agotó tu misericordia para con nosotros? ¡Tú eres nuestro padre! Aunque Abraham no nos reconozca ni Israel se acuerde de nosotros, tú, Señor, eres nuestro padre; desde siempre eres nuestro redentor. ¿Por qué, Señor, haces que nos desviemos de tus caminos y endureces nuestros corazones para que no te respetemos? Cambia ya, por amor a tus siervos y a las tribus que te pertenecen.