ISAÍAS 9:8-17
ISAÍAS 9:8-17 Reina Valera 2020 (RV2020)
El Señor lanzó una palabra contra Jacob, y ella ha caído en Israel. La conocerá todo el pueblo, Efraín y los habitantes de Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen: «Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería; cortaron los sicómoros, pero en su lugar pondremos cedros». Pero el Señor levantará a los enemigos de Rezín contra él. Juntará a sus enemigos: del oriente, los sirios, y los filisteos del poniente; y a boca llena devorarán a Israel. Ni con todo eso ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida. Pero el pueblo no se convirtió al que lo castigaba ni buscó al Señor de los ejércitos. Y el Señor, en un mismo día, cortará de Israel cabeza y cola, rama y caña. El anciano y venerable de rostro es la cabeza; el profeta que enseña mentira es la cola. Los que gobiernan a este pueblo son engañadores por eso sus gobernados se pierden. Por tanto, el Señor no se alegrará por sus jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia; porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla despropósitos. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.
ISAÍAS 9:8-17 La Palabra (versión española) (BLP)
Todo el pueblo podrá entenderlo, Efraín y quien habite en Samaría, que dicen orgullosos y altaneros: «Si fallan los ladrillos, construiremos con piedra, si talan los sicómoros, los cambiaremos por cedros». El Señor los lanzará contra Israel, instigará a sus adversarios contra él: por oriente los arameos, los filisteos por la espalda, se comerán a Israel a dos carrillos. Con todo, su cólera persiste, su mano sigue amenazante. Y el pueblo no vuelve a quien lo hiere, no consulta al Señor del universo. El Señor cortó cabeza y cola, palmas y juncos en un solo día. Son la cabeza el anciano y el noble; la cola, el profeta experto en mentiras. Sus propios guías al pueblo extravían, los guiados desaparecen engullidos. Por eso, el Señor no hará caso de los jóvenes, tampoco se apiadará de huérfanos y viudas, pues todos son impíos y malvados, toda boca profiere necedades. Con todo, su cólera persiste, su mano sigue amenazante. La maldad arde como fuego que devora zarzas y cardos, se ceba en la fronda del bosque, y se alzan remolinos de humo.
ISAÍAS 9:8-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor ha enviado un mensaje a Israel, al pueblo de Jacob; todo el pueblo de Efraín, que vive en Samaria, lo ha entendido. Ellos dicen con orgullo y altanería: “Se han caído los ladrillos, pero vamos a construir con piedra. Han cortado las vigas de sicómoro, pero las vamos a cambiar por madera de cedro.” El Señor ha hecho venir terribles enemigos; él mismo les ha ordenado atacar: por oriente, los sirios; por occidente, los filisteos. De un bocado se tragaron a Israel. Sin embargo, la ira del Señor no se ha calmado; él sigue amenazando todavía. Pero el pueblo no se volvió a Dios, que lo castigaba; no buscó al Señor todopoderoso. Entonces el Señor trató al reino de Israel como quien corta a un animal la cola y la cabeza, como quien derriba palmeras y juncos por igual. ¡Todo esto en un solo día! (La cabeza representa a los ancianos y los jefes; la cola, a los profetas que enseñan mentiras). Los jefes han extraviado a este pueblo, y los que buscaban un guía se perdieron. Por eso el Señor no tuvo compasión de los jóvenes, ni misericordia de los huérfanos y las viudas. Porque el pueblo entero es impío y perverso y todos dicen disparates. Sin embargo, la ira del Señor no se ha calmado; él sigue amenazando todavía.
ISAÍAS 9:8-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El Señor ha enviado su palabra; la ha enviado contra Jacob, ¡ya cae sobre Israel! De esto se entera todo el pueblo —Efraín y los habitantes de Samaria—, todos los que dicen con orgullo y con altivez de corazón: «Si se caen los ladrillos, reconstruiremos con piedra tallada; si se caen las vigas de higuera, las repondremos con vigas de cedro». Pero el SEÑOR ha fortalecido a los adversarios de Rezín; ha incitado a sus enemigos. Los sirios en el este y los filisteos en el oeste se comieron a Israel de un solo bocado. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; ¡su mano aún sigue extendida! Pero el pueblo no ha querido reconocer al que lo ha castigado; no ha buscado al SEÑOR Todopoderoso. Por eso en un mismo día el SEÑOR le cortará a Israel la cabeza y la cola, la palmera y el junco. La cabeza son los ancianos y la gente de alto rango; la cola son los profetas, maestros de mentiras. Los guías de este pueblo lo han extraviado; los que se dejan guiar son confundidos. Por eso no se complacerá el Señor en los jóvenes, ni se apiadará de huérfanos y viudas, porque todos ellos son impíos y malvados; sus labios profieren necedades.