SANTIAGO 3:14-18
SANTIAGO 3:14-18 La Palabra (versión española) (BLP)
Pero si tenéis el corazón lleno de envidia y de ambición, ¿para qué presumir de sabiduría y andar falseando la verdad? Semejante sabiduría no viene de lo alto, sino que es terrena, carnal, diabólica. Y es que donde hay envidia y ambición, allí reina el desenfreno y la maldad sin límites. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es ante todo pura, pero también pacífica, indulgente, conciliadora, compasiva, fecunda, imparcial y sincera. Resumiendo: los artífices de la paz siembran en paz, para obtener el fruto de una vida recta.
SANTIAGO 3:14-18 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pero si tenéis envidia amarga y rivalidad en vuestro corazón, no tenéis de qué sentiros orgullosos y estáis faltando a la verdad. No es esta la sabiduría que desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal y diabólica. Pues donde hay envidia y rivalidad, allí hay confusión y toda clase de maldad. Pero la sabiduría que viene de lo alto es en primer lugar pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos; es imparcial y sincera. Y el fruto de la justicia se siembra en paz para los que trabajan por la paz.
SANTIAGO 3:14-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pero si dejáis que la envidia os amargue el corazón y hacéis las cosas por rivalidad, entonces no tenéis de qué enorgulleceros y estáis faltando a la verdad. Esta sabiduría no es la que procede de Dios, sino que es sabiduría de este mundo, de la mente humana y del propio diablo. Donde hay envidias y rivalidades hay también desorden y toda clase de maldad; en cambio, los que poseen la sabiduría que procede de Dios llevan ante todo una vida pura; y además son pacíficos, bondadosos y dóciles. Son también compasivos, imparciales y sinceros, y hacen el bien. Y los que procuran la paz, siembran en paz para recoger como fruto la justicia.
SANTIAGO 3:14-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Pero, si tenéis envidias amargas y rivalidades en el corazón, dejad de presumir y de faltar a la verdad. Esa no es la sabiduría que desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica. Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas. En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera. En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz.