SANTIAGO 5:1-8
SANTIAGO 5:1-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¡Oíd esto, vosotros los ricos! ¡Llorad y gritad por las desgracias que vais a sufrir! Vuestras riquezas están podridas; vuestras ropas, comidas por la polilla. Vuestro oro y vuestra plata se han enmohecido, y ese moho será una prueba contra vosotros y os destruirá como fuego. Habéis amontonado riquezas en estos días, que son los últimos. El jornal que no pagasteis a los que trabajaron en vuestra cosecha está clamando contra vosotros; y el Señor todopoderoso ha oído la reclamación de esos trabajadores. Aquí en la tierra habéis llevado una vida de lujo y placeres, engordando como ganado, ¡y ya llega el día de la matanza! Habéis condenado y matado a los inocentes sin que ellos opusieran resistencia. Tened, pues, paciencia, hermanos, hasta que el Señor venga. El campesino que espera recoger la preciosa cosecha tiene que aguardar con paciencia las temporadas de lluvia. Vosotros también tened paciencia y manteneos firmes, porque muy pronto regresará el Señor.
SANTIAGO 5:1-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Ahora escuchad, vosotros los ricos: ¡llorad a gritos por las calamidades que se os vienen encima! Se ha podrido vuestra riqueza, y vuestras ropas están comidas por la polilla. Se han oxidado vuestro oro y vuestra plata. Ese óxido dará testimonio contra vosotros y consumirá como fuego vuestros cuerpos. Habéis amontonado riquezas, ¡y eso que estamos en los últimos tiempos! Oíd cómo clama contra vosotros el salario no pagado a los obreros que trabajaron vuestros campos. El clamor de esos trabajadores ha llegado a oídos del Señor Todopoderoso. Vosotros habéis llevado en este mundo una vida de lujo y de placer desenfrenado. Lo que habéis hecho es engordar para el día de la matanza. Habéis condenado y matado al justo sin que él os ofreciera resistencia. Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia. Así también vosotros, manteneos firmes y aguardad con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca.
SANTIAGO 5:1-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Veamos ahora, vosotros, los ricos, llorad y gemid por las desgracias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas y vuestras ropas, comidas por la polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos y su herrumbre testificará contra vosotros y consumirá vuestros cuerpos como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días finales. Mirad, contra vosotros clama el salario que, con engaños, habéis dejado de pagar a los obreros que han segado vuestras tierras, y los clamores de estos segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Aquí en la tierra habéis llevado una vida de placer, habéis sido disolutos, con lo cual habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, sin que él os ponga resistencia. Por tanto, hermanos, esperad con paciencia la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, y aguarda con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia y manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca.
SANTIAGO 5:1-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Vosotros, los ricos, llorad y gemid a la vista de las calamidades que se os van a echar encima. Vuestra riqueza está podrida; vuestros vestidos están apolillados. Hasta vuestro oro y vuestra plata están siendo presa de la herrumbre, que testimoniará contra vosotros y devorará vuestros cuerpos como fuego. ¿Para qué amontonáis riquezas ahora que el tiempo se acaba? Mirad, el salario defraudado a los jornaleros que cosecharon vuestros campos está clamando, y sus clamores han llegado a los oídos del Señor del universo. Habéis vivido con lujo en la tierra, entregados al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado y asesinado al inocente que ya no os opone resistencia. Por vuestra parte, hermanos, esperad con paciencia la venida gloriosa del Señor. Como espera el labrador el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente que lleguen las [lluvias] de otoño y primavera, así vosotros tened paciencia y buen ánimo, porque está próxima la venida gloriosa del Señor.