JUECES 13:13-16
JUECES 13:13-16 La Palabra (versión española) (BLP)
El ángel del Señor respondió a Manóaj: —Deberá abstenerse de todo lo que indiqué a esta mujer. No probará nada de lo que procede de la vid, no beberá vino ni bebida fermentada, ni comerá nada impuro; así observará todo lo que le he mandado. Manóaj dijo entonces al ángel del Señor: —Por favor, permanece un poco más con nosotros y te prepararemos un cabrito. Porque Manóaj no sabía que era el ángel del Señor. Pero el ángel del Señor dijo a Manóaj: —Aunque me obligues a quedarme, no probaré tu comida. Pero, si quieres, prepara un holocausto y ofréceselo al Señor.
JUECES 13:13-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
El ángel del Señor respondió a Manoa: —La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije: No tomará nada que proceda de la vid, no beberá vino ni sidra, ni comerá cosa inmunda. Guardará todo lo que le mandé. Entonces Manoa dijo al ángel del Señor: —Te ruego que nos permitas retenerte, y te prepararemos un cabrito. El ángel del Señor respondió a Manoa: —Aunque me retengas, no comeré de tu pan; pero si quieres hacer un holocausto, ofrécelo al Señor. (Manoa no sabía aún que aquel hombre era el ángel del Señor.)
JUECES 13:13-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El ángel del Señor respondió: –Que tu mujer haga todo lo que le he dicho: que no tome vino ni ningún otro producto de la vid, ni licor, ni coma nada impuro. Simplemente, que haga lo que le he ordenado. Manoa, sin saber que aquel hombre era el ángel del Señor, le dijo: –Por favor, quédate con nosotros a comer un cabrito que vamos a prepararte. El ángel le contestó: –Aunque me quedara, no podría compartir contigo tu comida. Pero puedes ofrecer el cabrito en holocausto al Señor.
JUECES 13:13-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El ángel del SEÑOR contestó: ―Tu esposa debe cumplir con todo lo que le he dicho. Ella no debe probar nada que proceda de la vid, ni beber ningún vino ni ninguna otra bebida fuerte; tampoco debe comer nada impuro. En definitiva, debe cumplir con todo lo que le he ordenado. Manoa le dijo al ángel del SEÑOR: ―Nos gustaría que te quedaras hasta que te preparemos un cabrito. Pero el ángel del SEÑOR respondió: ―Aunque me detengas, no probaré nada de tu comida. Pero, si preparas un holocausto, ofréceselo al SEÑOR. Manoa no se había dado cuenta de que aquel era el ángel del SEÑOR.