JUECES 13:17-20
JUECES 13:17-20 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces preguntó Manoa al ángel del Señor: —¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos? El ángel del Señor respondió: —¿Por qué preguntas por mi nombre, que es oculto? Tomó, pues, Manoa un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña al Señor. Entonces el ángel hizo un milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer. Porque aconteció que cuando la llama del altar subía hacia el cielo, Manoa y su mujer vieron al ángel del Señor subir en la llama del altar. Entonces se postraron rostro en tierra.
JUECES 13:17-20 La Palabra (versión española) (BLP)
Manóaj preguntó entonces al ángel del Señor: —¿Cómo te llamas, para que, cuando se cumpla tu palabra, te lo podamos agradecer? El ángel del Señor le respondió: —¿Por qué me preguntas el nombre? Es misterioso. Manóaj tomó el cabrito y la ofrenda y se lo ofreció sobre la roca en holocausto al Señor, el que actúa misteriosamente, mientras Manóaj y su mujer lo contemplaban. Cuando la llama se elevó desde el altar hacia el cielo, el ángel del Señor subió en la llama. Manóaj y su mujer, que lo estaban contemplando, cayeron rostro en tierra.
JUECES 13:17-20 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entonces Manoa dijo al ángel: –Dinos al menos cómo te llamas, para que te estemos agradecidos cuando se cumpla lo que nos has dicho. Pero el ángel le respondió: –¿Para qué quieres saber mi nombre? Es un secreto admirable. Manoa tomó el cabrito y la ofrenda de cereales, los puso sobre una roca y los ofreció en holocausto al Señor. Entonces el Señor hizo algo maravilloso ante los ojos de Manoa y de su mujer: cuando el fuego subió del altar, Manoa y su mujer vieron al ángel del Señor elevarse al cielo en medio de las llamas. Entonces se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente.
JUECES 13:17-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Así que le preguntó: ―¿Cómo te llamas, para que podamos honrarte cuando se cumpla tu palabra? ―¿Por qué me preguntas mi nombre? —replicó él—. Es un misterio maravilloso. Entonces Manoa tomó un cabrito, junto con la ofrenda de cereales, y lo sacrificó sobre una roca al SEÑOR. Y, mientras Manoa y su esposa observaban, el SEÑOR hizo algo maravilloso: Mientras la llama subía desde el altar hacia el cielo, el ángel del SEÑOR ascendía en la llama. Al ver eso, Manoa y su esposa se postraron en tierra sobre sus rostros.