JUECES 13:21-25
JUECES 13:21-25 Reina Valera 2020 (RV2020)
Y el ángel del Señor no se les volvió a aparecer ni a Manoa ni a su mujer. Manoa supo en aquel instante que era el ángel del Señor. Y dijo Manoa a su mujer: —Seguro que vamos a morir, porque hemos visto a Dios. Su mujer le respondió: —Si el Señor nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto. Y la mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a manifestarse en él, en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.
JUECES 13:21-25 La Palabra (versión española) (BLP)
Al desaparecer el ángel del Señor de la vista de Manóaj y de su mujer, Manóaj comprendió que era el ángel del Señor. Y dijo Manóaj a su mujer: —Seguro que vamos a morir, porque hemos visto a Dios. Su mujer le respondió: —Si el Señor hubiera querido matarnos, no habría aceptado de nuestra mano el holocausto ni la ofrenda, ni nos habría revelado todas estas cosas, ni nos habría hecho oír cosa semejante. La mujer dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a actuar por medio de él en el Campamento de Dan, entre Sorá y Estaol.
JUECES 13:21-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Manoa se dio cuenta de que aquel hombre era el ángel del Señor, pues no se les volvió a aparecer ni a él ni a su mujer; y dijo Manoa a su mujer: –Con toda seguridad vamos a morir, porque hemos visto a Dios. Pero ella le contestó: –Si el Señor nos hubiera querido matar, no habría aceptado nuestro holocausto ni nuestra ofrenda, ni nos habría dejado ver estas cosas. Tampoco nos habría anunciado todo esto. A su tiempo, la mujer tuvo un hijo, y le puso por nombre Sansón. El niño crecía y el Señor lo bendecía. Y un día en que Sansón estaba en el campamento de Dan, entre Sorá y Estaol, el espíritu del Señor comenzó a manifestarse en él.
JUECES 13:21-25 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Y el ángel del SEÑOR no se volvió a aparecer a Manoa y a su esposa. Entonces Manoa se dio cuenta de que aquel era el ángel del SEÑOR. ―¡Estamos condenados a morir! —le dijo a su esposa—. ¡Hemos visto a Dios! Pero su esposa respondió: ―Si el SEÑOR hubiera querido matarnos, no nos habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereales de nuestras manos; tampoco nos habría mostrado todas esas cosas ni anunciado todo esto. La mujer dio a luz un niño y lo llamó Sansón. El niño creció y el SEÑOR lo bendijo. Y el Espíritu del SEÑOR comenzó a manifestarse en él mientras estaba en Majané Dan, entre Zora y Estaol.