JUECES 14:18-20
JUECES 14:18-20 Reina Valera 2020 (RV2020)
Al séptimo día, antes que el sol se pusiera, los de la ciudad le dijeron: —¿Qué cosa es más dulce que la miel? ¿Y qué cosa es más fuerte que el león? Sansón les respondió: —Si no hubierais arado con mi novilla, nunca habríais descubierto mi enigma. El espíritu del Señor vino sobre él; descendió Sansón a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos, tomó sus despojos y pagó con las vestiduras a los que habían explicado el enigma. Después, lleno de enojo, regresó a la casa de su padre. La mujer de Sansón fue dada a su compañero que le había acompañado.
JUECES 14:18-20 La Palabra (versión española) (BLP)
Así que el séptimo día, antes de que Sansón entrara en la alcoba, la gente de la ciudad dijo a Sansón: —¿Qué hay más dulce que la miel, y qué más fuerte que el león? Sansón les replicó: —Si no hubierais arado con mi novilla, no habríais descifrado mi adivinanza. Entonces el espíritu del Señor invadió a Sansón que bajó a Ascalón y mató allí a treinta hombres; recogió sus despojos y entregó las mudas a los acertantes de la adivinanza. Luego, enfurecido, subió a casa de su padre. En cuanto a la mujer de Sansón, la dieron por esposa a uno de sus amigos más cercanos.
JUECES 14:18-20 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El séptimo día, antes de ponerse el sol, los filisteos fueron a decirle a Sansón: “Nada hay más dulce que la miel; nada más fuerte que el león.” Sansón les respondió: “Tan solo porque arasteis con mi novilla pudisteis conocer la respuesta.” En seguida el espíritu del Señor se apoderó de Sansón; y fue Sansón a Ascalón, mató a treinta hombres de aquel lugar y con la ropa que les quitó pagó la apuesta a los que habían explicado la adivinanza. Después volvió furioso a casa de su padre; y su mujer fue dada a un compañero y amigo de Sansón.
JUECES 14:18-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Antes de la puesta del sol del séptimo día los hombres de la ciudad le dijeron: «¿Qué es más dulce que la miel? ¿Qué es más fuerte que un león?» Sansón les respondió: «Si no hubierais arado con mi novilla, no habríais resuelto mi adivinanza». Entonces el Espíritu del SEÑOR vino sobre Sansón con poder, y este descendió a Ascalón y derrotó a treinta de sus hombres, les quitó sus pertenencias y les dio sus ropas a los que habían resuelto la adivinanza. Luego, enfurecido, regresó a la casa de su padre. Entonces, la esposa de Sansón fue entregada a uno de los que lo habían acompañado en su boda.