JUECES 4:4-10
JUECES 4:4-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, esposa de Lapidot, la cual acostumbraba a sentarse bajo una palmera (conocida como la palmera de Débora), entre Ramá y Bet-el, en los montes de Efraín; y los hijos de Israel acudían a ella en busca de justicia. Un día, Débora envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: —El Señor, Dios de Israel, te ha ordenado: «Ve, junta a tu gente en el monte Tabor y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón. Yo atraeré hacia ti, hasta el arroyo Cisón, a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos». Barac le respondió: —Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no vas conmigo, no iré. Ella dijo: —Iré contigo; pero no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en manos de mujer entregará el Señor a Sísara. Y se levantó Débora y fue a Cedes con Barac. Allí juntó Barac a las tribus de Zabulón y Neftalí. Subió con diez mil hombres a su mando, y Débora subió con él.
JUECES 4:4-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Por aquel tiempo, Débora, una profetisa, mujer de Lapidot, era juez en Israel. Se sentaba a juzgar bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de Efraín; y los israelitas acudían a ella en busca de justicia. Débora mandó llamar a Barac, hijo de Abinoán, de Cadés de Neftalí, y le dijo: —El Señor, Dios de Israel, te ordena: «Vete, recluta gente y reúne contigo en el monte Tabor a diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón. Yo atraeré hacia ti al torrente Quisón a Sísara, jefe del ejército de Jabín, con sus carros y sus tropas, y lo pondré en tus manos». Barac le respondió: —Si tú vienes conmigo, yo también iré. Pero si tú no vienes conmigo, tampoco yo iré. Respondió ella: —Iré contigo, pero ya no será tuya la gloria de la campaña que vas a emprender, porque el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer. Débora se levantó y marchó con Barac a Cadés. Y Barac convocó en Cadés a Zabulón y Neftalí. Subieron tras él diez mil hombres y Débora subió con él.
JUECES 4:4-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
En aquel tiempo los israelitas eran gobernados por una profetisa llamada Débora, esposa de Lapidot. Débora acostumbraba sentarse bajo una palmera (conocida como “la palmera de Débora”), que había en los montes de Efraín, entre Ramá y Betel, y los israelitas acudían a ella para resolver sus pleitos. Un día, Débora mandó llamar a un hombre llamado Barac, hijo de Abinóam, que vivía en Quedes, un pueblo de la tribu de Neftalí, y le dijo: –El Señor, el Dios de Israel, te ordena lo siguiente: ‘Ve al monte Tabor y reúne allí a diez mil hombres de las tribus de Neftalí y Zabulón. Yo voy a hacer que Sísara, jefe del ejército de Jabín, venga al arroyo Quisón para atacarte con sus carros y su ejército. Pero voy a entregarlos en tus manos.’ –Solo iré si tú vienes conmigo –contestó Barac–. Pero si no vienes, yo tampoco iré. –Pues iré contigo –respondió Débora–. Solo que la gloria de esta campaña que vas a emprender no será para ti, porque el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer. Entonces Débora fue con Barac a Quedes. Allí Barac llamó a las tribus de Zabulón y Neftalí, y reunió bajo su mando un ejército de diez mil hombres. Débora iba con él.
JUECES 4:4-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En aquel tiempo gobernaba a Israel una profetisa llamada Débora, que era esposa de Lapidot. Ella tenía su tribunal bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la región montañosa de Efraín, y los israelitas acudían a ella para resolver sus disputas. Débora mandó llamar a Barac hijo de Abinoán, que vivía en Cedes de Neftalí, y le dijo: ―El SEÑOR, el Dios de Israel, ordena: “Ve y reúne en el monte Tabor a diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón. Yo atraeré a Sísara, jefe del ejército de Jabín, con sus carros y sus tropas, hasta el arroyo Quisón. Allí lo entregaré en tus manos”. Barac le dijo: ―Solo iré si tú me acompañas; de lo contrario, no iré. ―¡Está bien, iré contigo! —dijo Débora—. Pero, por la manera en que vas a encarar este asunto, la gloria no será tuya, ya que el SEÑOR entregará a Sísara en manos de una mujer. Así que Débora fue con Barac hasta Cedes, donde él convocó a las tribus de Zabulón y Neftalí. Diez mil hombres se pusieron a sus órdenes, y también Débora lo acompañó.