JUECES 7:1-9
JUECES 7:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Jerobaal, que es otro nombre de Gedeón, y todos los que estaban con él, se levantaron de mañana y acamparon junto a la fuente de Harod. El campamento de los madianitas les quedaba entonces al norte, en el valle, más allá del collado de More. El Señor dijo a Gedeón: —Hay mucha gente contigo para que yo entregue a los madianitas en tus manos, pues Israel puede jactarse contra mí y decir: «Mi mano me ha salvado». Ahora, pues, haz pregonar esto a oídos del pueblo: «Quien sea cobarde y tiemble de miedo, que madrugue y regrese a su casa desde el monte de Galaad». Regresaron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil. El Señor dijo de nuevo a Gedeón: —Aún son demasiados; llévalos a beber agua y allí los pondré a prueba. Del que yo te diga: «Vaya este contigo», irá contigo; pero de cualquiera que yo te diga: «Que este no vaya contigo», el tal no irá. Entonces Gedeón llevó el pueblo a las aguas, y el Señor le dijo: —A cualquiera que lama las aguas con la lengua como lo hace el perro, lo pondrás aparte; y lo mismo harás con cualquiera que doble sus rodillas para beber. El número de los que se llevaron el agua a la boca con la mano y la lamieron fue de trescientos hombres; el resto del pueblo dobló sus rodillas para beber las aguas. Entonces el Señor dijo a Gedeón: —Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré y entregaré a los madianitas en tus manos; que todos los demás regresen cada uno a su lugar. Tras haber tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres. El campamento de Madián le quedaba abajo, en el valle. Aconteció que aquella noche el Señor le dijo: —Levántate y desciende al campamento, porque yo lo he entregado en tus manos.
JUECES 7:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Yerubaal —es decir, Gedeón— y todos sus hombres se levantaron de madrugada y acamparon en el manantial de Jarod. El campamento de los madianitas estaba al norte de ellos, en el valle que está al pie del monte de Moré. El SEÑOR le dijo a Gedeón: «Tienes demasiada gente para que yo entregue a Madián en sus manos. A fin de que Israel no vaya a jactarse contra mí y diga que su propia fortaleza lo ha librado, anúnciale ahora al pueblo: “¡Cualquiera que esté temblando de miedo, que se vuelva y se retire del monte de Galaad!”» Así que se volvieron veintidós mil hombres, y se quedaron diez mil. Pero el SEÑOR le dijo a Gedeón: «Todavía hay demasiada gente. Hazlos bajar al agua, y allí los seleccionaré por ti. Si digo: “Este irá contigo”, ese irá; pero si digo: “Este no irá contigo”, ese no irá». Gedeón hizo que los hombres bajaran al agua. Allí el SEÑOR le dijo: «A los que laman el agua con la lengua, como los perros, sepáralos de los que se arrodillen a beber». Trescientos hombres lamieron el agua llevándola de la mano a la boca. Todos los demás se arrodillaron para beber. El SEÑOR le dijo a Gedeón: «Con los trescientos hombres que lamieron el agua, yo os salvaré; y entregaré a los madianitas en tus manos. El resto, que se vaya a su casa». Entonces Gedeón mandó a los demás israelitas a sus tiendas, pero retuvo a los trescientos, los cuales se hicieron cargo de las provisiones y de las trompetas de los otros. El campamento de Madián estaba situado en el valle, más abajo del de Gedeón. Aquella noche el SEÑOR le dijo a Gedeón: «Levántate y baja al campamento, porque voy a entregar en tus manos a los madianitas.
JUECES 7:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Jerubaal (o sea, Gedeón) se levantó de madrugada, así como toda su gente, y acampó junto a En Jarod. El campamento de Madián quedaba al norte, al pie de la colina de Moré, en el valle. El Señor dijo a Gedeón: —Esa gente que te acompaña es demasiada para que yo pueda entregarles a Madián; se podría enorgullecer Israel a mi costa diciendo: «¡Es mi fuerza la que me ha salvado!». Así pues, difunde entre la gente este pregón: «El que tenga miedo y tiemble, que se vuelva». Gedeón los puso así a prueba. Y se retiraron veintidós mil hombres de gente reclutada, quedando solo diez mil. El Señor dijo a Gedeón: —Son todavía demasiados; hazlos bajar a la fuente y allí los someteré a examen. Aquel de quien yo te diga que vaya contigo, irá contigo. Y aquel de quien yo te diga que no vaya contigo, no irá. Gedeón hizo bajar la gente hasta la fuente. Y el Señor le dijo: —A todos los que laman el agua con la lengua como lo hace un perro, ponlos a un lado; y a todos los que se arrodillen para beber, ponlos al otro. Los que lamieron el agua (llevándosela con las manos a la boca) resultaron ser trescientos. Todo el resto de la gente se arrodilló para beber. Entonces el Señor dijo a Gedeón: —Con los trescientos hombres que han lamido el agua os salvaré, y pondré a Madián en tus manos. Que todos los demás regresen a su casa. Los elegidos se pertrecharon oportunamente y tomaron sus trompetas de guerra. A los restantes israelitas, Gedeón los mandó a su casa y se quedó solo con los trescientos hombres. Madián había acampado abajo, en el valle. Aquella noche el Señor dijo a Gedeón: —¡Ánimo!, baja al campamento, porque lo he puesto en tus manos.
JUECES 7:1-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Gedeón, a quien ahora llamaban Jerubaal, y todos los que estaban con él, se levantaron de madrugada y fueron a acampar junto al manantial de Harod. El campamento de los madianitas les quedaba entonces al norte, en el valle que está al pie del monte de Moré. El Señor dijo a Gedeón: “Traes tanta gente contigo que, si hago que los israelitas derroten a los madianitas, van a alardear delante de mí creyendo que se han salvado ellos mismos. Por eso, di a la gente que cualquiera que tenga miedo puede irse a su casa.” De este modo Gedeón los puso a prueba, y se fueron veintidós mil hombres, quedándose diez mil. Pero el Señor insistió: “Son muchos todavía. Llévalos a tomar agua, y allí yo los pondré a prueba y te diré quiénes irán contigo y quiénes no.” Gedeón llevó entonces a la gente a beber agua, y el Señor le dijo: “Separa a los que beban agua con las manos lamiéndola como perros, de aquellos que se arrodillen para beber.” Los que bebieron agua llevándola con las manos a la boca y lamiéndola como perros fueron trescientos. Todos los demás se arrodillaron para beber. Entonces el Señor dijo a Gedeón: “Con esos trescientos hombres voy a salvaros y a derrotar a los madianitas. Todos los demás pueden irse.” Gedeón mandó entonces que todos los demás regresaran a sus tiendas; pero antes de que se fueran les recogió los cántaros y los cuernos de carnero. Tan solo se quedó con los trescientos hombres escogidos, acampando más arriba de los madianitas, que estaban en el valle. Aquella noche el Señor ordenó a Gedeón: “Levántate y baja a atacar a los madianitas, pues los voy a entregar en tus manos.