JUECES 7:13-25
JUECES 7:13-25 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando se acercó Gedeón, un hombre estaba contando un sueño a su vecino. Le decía: —He tenido un sueño: una hogaza de pan de cebada rodaba por el campamento de Madián. Llegó hasta la tienda, chocó contra ella y la volcó de arriba abajo. El vecino le respondió: —Eso no puede ser otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, el israelita. Dios ha puesto en sus manos a Madián y a todo el campamento. Cuando Gedeón escuchó el sueño y su interpretación, adoró al Señor. Regresó luego al campamento de Israel y dijo: —¡Ánimo!, pues el Señor ha puesto en vuestras manos el campamento de Madián. Gedeón dividió a los trescientos hombres en tres cuerpos. Les dio a cada uno una trompeta de guerra y un cántaro vacío, con una antorcha dentro de cada cántaro. Y les dijo: —Fijaos en mí y haced lo que yo haga. Cuando llegue yo al borde del campamento, haced lo que yo haga. Yo y todos los que estén conmigo tocaremos las trompetas; entonces vosotros también tocad las trompetas alrededor del campamento y gritad: «¡Por el Señor y por Gedeón!». Gedeón y los cien hombres que le acompañaban llegaron al borde del campamento cuando comenzaba la guardia de la medianoche y se acababa de hacer el relevo de los centinelas. Tocaron, entonces, las trompetas de guerra y rompieron los cántaros que llevaban en la mano; los tres cuerpos del ejército tocaron las trompetas, y rompieron los cántaros; en la izquierda tenían las antorchas y en la derecha las trompetas para poder tocarlas. Y gritaron: —¡Por el Señor y por Gedeón! Y se quedaron todos quietos, cada uno en su puesto, alrededor del campamento. Todo el campamento se despertó y, lanzando alaridos, se dieron a la fuga. Mientras los trescientos de Gedeón tocaban las trompetas de guerra, el Señor hizo que los madianitas se mataran unos a otros por todo el campamento y que salieran huyendo hacia Bet Sitá y Sartán, hasta la ribera de Abel Mejolá, frente a Tabat. Entonces los israelitas de Neftalí, de Aser y de todo Manasés se reunieron y persiguieron a Madián. Gedeón envió mensajeros que fueron avisando por toda la montaña de Efraín: —Bajad al encuentro de Madián y cortadles la retirada ocupando los vados del Jordán hasta Bet Bará. Se reunieron todos los hombres de Efraín y ocuparon los vados del Jordán hasta Bet Bará. Hicieron prisioneros a los dos jefes de Madián, Oreb y Zeb; mataron a Oreb en la Peña de Oreb y a Zeb en el Lagar de Zeb. Y, tras perseguir a Madián, presentaron a Gedeón las cabezas de Oreb y Zeb, al otro lado del Jordán.
JUECES 7:13-25 Reina Valera 2020 (RV2020)
En el momento en que llegó Gedeón, un hombre contaba un sueño a su compañero: —He tenido un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián. Llegó a la tienda y la golpeó de tal manera que cayó; la trastornó de arriba abajo y la tienda cayó. Su compañero respondió: —Esto no representa otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, el israelita. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró. Después volvió al campamento de Israel y dijo: —Levantaos, porque el Señor ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos. Y repartió los trescientos hombres en tres escuadrones, puso trompetas en manos de todos ellos, y cántaros vacíos con antorchas que ardían dentro de los cántaros, y entonces les dijo: —Miradme a mí y haced lo mismo que yo hago; cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros tal como hago yo. Tocaré la trompeta, y también todos los que estarán conmigo; entonces vosotros tocaréis las trompetas alrededor de todo el campamento y gritaréis: «¡Por el Señor y por Gedeón!». Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que este llevaba consigo, al extremo del campamento, cuando acababan de renovar los centinelas de la guardia de la medianoche. Tocaron entonces las trompetas y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. Los tres escuadrones tocaron las trompetas, quebraron los cántaros, y tomaron con la mano izquierda las antorchas y con la derecha las trompetas que tocaban, y gritaron: —¡Por la espada del Señor y de Gedeón! Los israelitas se mantuvieron firmes cada uno en su puesto alrededor del campamento, y todo el ejército madianita echó a correr en desbandada y con gran griterío. Mientras los trescientos tocaban las trompetas, el Señor creó tal confusión en el campamento de los madianitas que con sus espadas se mataban entre sí. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, hasta la frontera de Abel-mehola, en Tabat. Se reunieron entonces los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, y persiguieron a los madianitas. Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, que decían: —Descended al encuentro de los madianitas; tomad los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos lleguen. Unidos, todos los hombres de Efraín tomaron los vados de Bet-bara y del Jordán. Capturaron a dos jefes de los madianitas, Oreb y Zeeb; mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb. Después que persiguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón, que estaba al otro lado del Jordán.
JUECES 7:13-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Al acercarse Gedeón al campamento enemigo, oyó que un soldado le contaba a otro un sueño que había tenido. Le decía: –Soñé que un pan de cebada venía rodando hasta nuestro campamento, y que chocaba contra una tienda y la hacía caer. Su compañero le contestó: –Eso no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, el israelita. Dios va a entregar en manos de Gedeón a los madianitas y a todo su campamento. Al oir cómo se había contado e interpretado el sueño, Gedeón adoró al Señor. Después volvió al campamento israelita y ordenó: –¡Arriba, que el Señor va a entregarnos el campamento madianita! En seguida dividió sus trescientos hombres en tres grupos, y les dio cuernos de carnero a todos y unos cántaros vacíos que llevaban dentro antorchas encendidas. Y les dijo: –Cuando llegue yo al otro lado del campamento enemigo, fijaos en mí y haced lo mismo que yo haga. Cuando yo y los que van conmigo toquemos el cuerno, tocadlo vosotros también alrededor de todo el campamento y gritad: “¡Por el Señor y por Gedeón!” Así pues, Gedeón y sus cien hombres llegaron al otro lado del campamento cuando estaba a punto de comenzar el turno de guardia de medianoche. Entonces tocaron los cuernos de carnero y rompieron los cántaros que llevaban en las manos, y los tres grupos tocaron al mismo tiempo los cuernos de carnero y rompieron los cántaros. En la mano izquierda llevaban las antorchas encendidas, y los cuernos de carnero en la derecha, y gritaban: “¡Guerra! ¡Por el Señor y por Gedeón!” Y como los israelitas se quedaron quietos en sus puestos alrededor del campamento, y todos en el ejército madianita gritaban y salían huyendo mientras los trescientos israelitas seguían tocando los cuernos de carnero, el Señor hizo que los madianitas lucharan entre sí, y que salieran huyendo hasta Bet-sitá, camino de Sererá, y hasta la frontera de Abel-meholá, junto a Tabat. Entonces se llamó a los israelitas de las tribus de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, para que persiguieran a los madianitas. Gedeón mandó mensajeros por los montes de Efraín, ordenando que los hombres de esta tribu bajaran a luchar contra los madianitas y ocuparan los lugares por donde se podía cruzar el río en Bet-bará y en el Jordán, antes de que ellos llegaran. Los de Efraín cumplieron estas órdenes, y además capturaron a dos jefes madianitas llamados Oreb y Zeeb. A Oreb lo mataron en la peña que ahora se conoce como Peña de Oreb. A Zeeb lo mataron en el lagar que lleva su nombre. Y después de perseguir a los madianitas, llevaron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón, que estaba al otro lado del Jordán.
JUECES 7:13-25 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Gedeón llegó precisamente en el momento en que un hombre le contaba su sueño a un amigo. ―Tuve un sueño —decía—, en el que un pan de cebada llegaba rodando al campamento madianita, y con tal fuerza golpeaba una tienda que esta se doblaba y se venía abajo. Su amigo le respondió: ―Esto no significa otra cosa que la espada del israelita Gedeón hijo de Joás. ¡Dios ha entregado en sus manos a los madianitas y a todo el campamento! Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, se postró en adoración. Luego volvió al campamento de Israel y ordenó: «¡Levantaos! El SEÑOR ha entregado en vuestras manos el campamento madianita». Gedeón dividió a los trescientos hombres en tres compañías y distribuyó entre todos ellos trompetas y cántaros vacíos, con antorchas dentro de los cántaros. «Miradme —les dijo—. Seguid mi ejemplo. Cuando llegue a las afueras del campamento, haced exactamente lo mismo que me veáis hacer. Cuando yo y todos los que están conmigo toquemos nuestras trompetas, vosotros también tocad las vuestras alrededor del campamento, y decid: “Por el SEÑOR y por Gedeón”». Gedeón y los cien hombres que iban con él llegaron a las afueras del campamento durante el cambio de guardia, cuando estaba a punto de comenzar el relevo de medianoche. Tocaron las trompetas y estrellaron contra el suelo los cántaros que llevaban en sus manos. Las tres compañías tocaron las trompetas e hicieron pedazos los cántaros. Tomaron las antorchas en la mano izquierda y, sosteniendo en la mano derecha las trompetas que iban a tocar, gritaron: «¡Desenvainad vuestras espadas, por el SEÑOR y por Gedeón!» Como cada hombre se mantuvo en su puesto alrededor del campamento, todos los madianitas salieron corriendo y dando alaridos mientras huían. Al sonar las trescientas trompetas, el SEÑOR hizo que los hombres de todo el campamento se atacaran entre sí con sus espadas. El ejército huyó hasta Bet Sitá, en dirección a Zererá, hasta la frontera de Abel Mejolá, cerca de Tabat. Entonces se convocó a los israelitas de Neftalí y Aser, y a toda la tribu de Manasés, y estos persiguieron a los madianitas. Por toda la región montañosa de Efraín, Gedeón envió mensajeros que decían: «Descended contra los madianitas, y apoderaos antes que ellos de los vados del Jordán, hasta Bet Bará». Se convocó entonces a todos los hombres de Efraín, y estos se apoderaron de los vados del Jordán, hasta Bet Bará. También capturaron a Oreb y Zeb, los dos jefes madianitas. A Oreb lo mataron en la roca de Oreb, y a Zeb en el lagar de Zeb. Después de perseguir a los madianitas, llevaron la cabeza de Oreb y de Zeb a Gedeón, que estaba al otro lado del Jordán.