JEREMÍAS 2:2-3
JEREMÍAS 2:2-3 Reina Valera 2020 (RV2020)
Anda y proclama a los oídos de Jerusalén, porque así dice el Señor: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, de tu amor de novia, cuando me seguías por el desierto, en tierra no sembrada. Santo era Israel al Señor, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que lo devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice el Señor.
JEREMÍAS 2:2-3 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
«Ve y proclama a oídos de Jerusalén que así dice el SEÑOR: »“Recuerdo el amor de tu juventud, tu cariño de novia, cuando me seguías por el desierto, por tierras no cultivadas. Israel estaba consagrada al SEÑOR, era las primicias de su cosecha; todo el que comía de ella sufría las consecuencias, les sobrevenía la calamidad”», afirma el SEÑOR.
JEREMÍAS 2:2-3 La Palabra (versión española) (BLP)
Vete y proclama lo siguiente a oídos de Jerusalén: Esto dice el Señor: Recuerdo el cariño de tu juventud, el amor que me tenías de prometida: seguías mis pasos por el desierto, por tierra donde nadie siembra. Israel estaba consagrado al Señor, era el fruto primero de su cosecha; quienes comían de él, sufrían las consecuencias, el castigo se cernía sobre ellos —oráculo del Señor.
JEREMÍAS 2:2-3 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“Ve y habla a la ciudad de Jerusalén; grita para que lo oiga bien: ‘¡Así dice el Señor! Recuerdo que cuando eras joven, me eras fiel; que cuando te hice mi esposa, me amabas y me seguiste a través del desierto, tierra donde nada se cultiva.’ Israel estaba consagrada a mí, era lo mejor de mi cosecha. Si alguien le hacía daño, yo le castigaba enviándole calamidades. Yo, el Señor, lo afirmo.”