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JEREMÍAS 33:1-13

JEREMÍAS 33:1-13 Reina Valera 2020 (RV2020)

Vino palabra del Señor a Jeremías por segunda vez, mientras aún estaba preso en el patio de la cárcel: —Así ha dicho el Señor, que hizo la tierra, el Señor que la formó para afirmarla; el Señor es su nombre: Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Porque así ha dicho el Señor, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y de las casas de los reyes de Judá, derribadas por el ariete y la espada (porque salir a enfrentarse con los caldeos será llenarlas de cadáveres, de muertos heridos por mi furor y mi ira, pues he escondido mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad): Yo les traeré sanidad y medicina; los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad. Haré volver a los cautivos de Judá y a los cautivos de Israel, y los restableceré como al principio. Los limpiaré de toda la maldad con que pecaron contra mí, y perdonaré todas sus iniquidades con las que contra mí pecaron y contra mí se rebelaron. Esta ciudad me será por nombre de gozo, de alabanza y de gloria entre todas las naciones de la tierra, cuando oigan todo el bien que yo les hago. Temerán y temblarán por todo el bien y toda la paz que yo les daré. Así ha dicho el Señor: En este lugar, del cual decís que está desierto, sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están asoladas, sin nadie que habite allí, ni hombre ni animal, ha de oírse aún voz de gozo y de alegría; voz de novio y voz de novia; voz de los que digan: «¡Alabad al Señor de los ejércitos, porque el Señor es bueno, porque para siempre es su misericordia!». Voz de los que traigan ofrendas de acción de gracias a la casa del Señor, porque yo volveré a traer a los cautivos de la tierra, para que sea como al principio, ha dicho el Señor. Así dice el Señor de los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre ni animal, y en todas sus ciudades, aún habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus ganados. En las ciudades de las montañas, en las ciudades de la Sefela, en las ciudades del Neguev, en la tierra de Benjamín, alrededor de Jerusalén y en las ciudades de Judá, aún pasarán ganados por las manos del que los cuente, dice el Señor.

JEREMÍAS 33:1-13 La Palabra (versión española) (BLP)

De nuevo recibió Jeremías la palabra del Señor, mientras seguía detenido en el patio de la guardia: —Así dice el Señor, el Creador, el que da forma y consolida todo, el que tiene como nombre «el Señor»: Llámame y te responderé; te comunicaré cosas importantes y recónditas, que no conoces. Pues así dice el Señor, Dios de Israel, sobre las casas de esta ciudad y los palacios de los reyes de Judá, destruidos ahora mediante las rampas de asalto y la espada: Los caldeos vienen a luchar contra la ciudad, y las casas se llenarán de los cadáveres de las personas que he decidido aniquilar lleno de ira y de cólera, pues oculté mi rostro a esta ciudad a causa de todas sus maldades. Pero luego yo mismo les proporcionaré cura y remedio, los sanaré y les revelaré el bienestar y la estabilidad que les voy a conceder. Haré cambiar la suerte de Judá y la suerte de Israel, y los reconstruiré como al principio. Los purificaré de todos los pecados que cometieron contra mí y perdonaré todos los pecados y rebeldías que cometieron contra mí. Y la ciudad será objeto de alegría, de alabanza y de honor para todas las naciones que escuchen los beneficios que le voy a conceder; y se estremecerán y se conmoverán a la vista de los beneficios y el bienestar que le voy a proporcionar. Así dice el Señor: En este lugar del que decís que está en ruinas, sin gente y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, desoladas, sin gente, sin habitantes y sin animales, podrán oírse de nuevo voces alegres de fiesta, las canciones del novio y de la novia, las voces de los que entran en el Templo del Señor con acciones de gracias proclamando: «Dad gracias al Señor del universo, porque el Señor es bueno, porque es eterno su amor». Pues pienso cambiar la suerte del país dejándolo como al principio, dice el Señor. Así dice el Señor del universo: En este lugar arruinado, sin gente y sin animales, y en todas sus ciudades todavía habrá dehesas donde los pastores hagan reposar a sus ganados. Por las ciudades de la montaña, de la Sefela y del Négueb, en el territorio de Benjamín, en las pedanías de Jerusalén y en las ciudades de Judá, todavía pasarán las ovejas junto al que las cuenta, dice el Señor.

JEREMÍAS 33:1-13 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Todavía estaba preso Jeremías en el patio de la guardia, cuando el Señor se dirigió a él de nuevo y le dijo: “Yo, el Señor, que hice la tierra, la formé y la coloqué firmemente en su sitio, te digo: Llámame y te responderé, y te anunciaré cosas grandes y misteriosas que tú ignoras. Yo, el Señor, el Dios de Israel, tengo un mensaje acerca de las casas de Jerusalén y de las casas de los reyes de Judá que van a ser derribadas. El salir a pelear con espadas contra los caldeos que levantan rampas para atacar la ciudad, solamente servirá para llenarla de cadáveres. Yo, en mi terrible ira, los haré morir, porque he apartado mi rostro de esta ciudad a causa de las muchas maldades que han cometido. Pero los curaré, les daré la salud y haré que con honra disfruten de paz y seguridad. Cambiaré la suerte de Judá y de Israel, y los reconstruiré para que vuelvan a ser como al principio. Los purificaré de todos los pecados que cometieron contra mí; les perdonaré todas las maldades que cometieron y con las que se rebelaron contra mí. Jerusalén será para mí un motivo de alegría, honor y gloria ante todas las naciones de la tierra. Cuando ellas oigan hablar de todos los beneficios que voy a traer sobre los habitantes de Jerusalén, y de toda la prosperidad que le voy a dar, temblarán de miedo.” El Señor dice: “Vosotros decís que este lugar está desierto, que no hay en él hombres ni animales, que las calles de Jerusalén y las ciudades de Judá están vacías, y que nadie, ni hombres ni animales, vive allí. Pues bien, aquí se volverán a oir los cantos de fiesta y alegría, y los cantos de los novios, y se oirá decir: ‘Dad gracias al Señor todopoderoso, porque el Señor es bueno, porque su amor es eterno.’ Y traerán al templo ofrendas de gratitud. Sí, yo cambiaré la suerte de este país, para que vuelva a ser como al principio. Yo, el Señor, lo afirmo.” El Señor todopoderoso dice: “En este país que ahora está desierto, sin hombres ni animales, y en todas sus ciudades, volverá a haber pastos a donde los pastores llevarán sus rebaños. Tanto en las ciudades de la región montañosa como en las de la llanura, y en las del Négueb y del territorio de Benjamín, y en los alrededores de Jerusalén y en las demás ciudades de Judá, se volverá a ver a los pastores contando sus ovejas. Yo, el Señor, lo digo.”

JEREMÍAS 33:1-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

La palabra del SEÑOR vino a Jeremías por segunda vez, cuando este aún se hallaba preso en el patio de la guardia: «Así dice aquel cuyo nombre es el SEÑOR, el que hizo la tierra, y la formó y la estableció con firmeza: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”. Porque así dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y de los palacios de los reyes de Judá, que van a ser derribados para levantar defensas contra la espada y contra las rampas de asalto: “Los babilonios vienen para atacar la ciudad y llenarla de cadáveres. En mi ira y furor he ocultado mi rostro de esta ciudad; la heriré de muerte a causa de todas sus maldades. »”Sin embargo, les daré salud y los curaré; los sanaré y haré que disfruten de abundante paz y seguridad. Cambiaré la suerte de Judá y de Israel, y los reconstruiré como al principio. Los purificaré de todas las iniquidades que cometieron contra mí; les perdonaré todos los pecados con que se rebelaron contra mí. Jerusalén será para mí motivo de gozo, y de alabanza y de gloria a la vista de todas las naciones de la tierra. Se enterarán de todo el bien que yo le hago, y temerán y temblarán por todo el bienestar y toda la paz que yo le ofrezco”. »Así dice el SEÑOR: “Vosotros decís que este lugar está en ruinas, sin gente ni animales. Sin embargo, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están desoladas y sin gente ni animales, se oirá de nuevo el grito de gozo y alegría, el canto del novio y de la novia, y la voz de los que traen a la casa del SEÑOR ofrendas de acción de gracias y cantan: »” ‘Dad gracias al SEÑOR Todopoderoso, porque el SEÑOR es bueno, porque su amor es eterno’. Yo cambiaré la suerte de este país —afirma el SEÑOR—, y volverá a ser como al principio”. »Así dice el SEÑOR Todopoderoso: “En este lugar que está en ruinas, sin gente ni animales, y en todas sus ciudades, de nuevo habrá pastos en donde los pastores harán descansar a sus rebaños. En las ciudades de la región montañosa, de la llanura y del Néguev, en el territorio de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá, las ovejas volverán a ser contadas por los pastores —dice el SEÑOR—.