JOB 31:16-23
JOB 31:16-23 Reina Valera 2020 (RV2020)
Si he impedido a los pobres quedar satisfechos, si he hecho decaer los ojos de la viuda, si he comido yo solo mi bocado y no comió de él el huérfano (porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre, y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda); si he visto a alguno perecer por falta de vestido, por carecer de abrigo el necesitado; si no me bendijeron sus espaldas al calentarse con el vellón de mis ovejas; si alcé contra el huérfano mi mano, aun cuando veía que en la puerta estaban de mi parte, ¡que mi espalda se caiga de mi hombro y se quiebre el hueso de mi brazo! Porque he temido el castigo de Dios, contra cuya majestad yo no tendría poder.
JOB 31:16-23 La Palabra (versión española) (BLP)
Si me cerré al débil necesitado o a la viuda consumida por el llanto; si comí el pan en soledad sin querer compartirlo con el huérfano (yo que desde joven lo cuidé como un padre y lo guié desde el día en que nació); si vi a un transeúnte sin vestido o a un pobre sin nada que ponerse y no me lo agradecieron sus cuerpos, calientes con la lana de mis ovejas; si alcé la mano contra el huérfano contando con el apoyo del tribunal, ¡que se me salga el hombro de la espalda, que se me rompa el brazo por el codo! Me aterra el castigo de Dios, nada podría frente a su majestad.
JOB 31:16-23 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Nunca dejé de socorrer al pobre en su necesidad ni permití que las viudas pasaran hambre. Nunca comí yo solo mi bocado, sin compartirlo con el huérfano. Siempre traté al huérfano como un padre; siempre fui protector de las viudas. Cuando veía que alguien moría por falta de ropa o que un pobre no tenía con qué cubrirse, con la lana de mis propias ovejas le daba calor, y él me quedaba agradecido. Jamás amenacé a un huérfano valiéndome de mi influencia con los jueces. Y si esto no es verdad, que los brazos se me rompan; que se me caigan de los hombros. Yo temía el castigo de Dios; ¡no habría podido resistir su majestad!
JOB 31:16-23 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»Jamás he desoído los ruegos de los pobres, ni he dejado que las viudas desfallezcan; jamás el pan me lo he comido solo, sin querer compartirlo con los huérfanos. Desde mi juventud he sido un padre para ellos; y siempre he cuidado de las viudas. Si he dejado que alguien muera por falta de vestido, o que un necesitado no tenga qué ponerse; si este no me ha bendecido de corazón por haberlo abrigado con lana de mis rebaños; o si he levantado contra el huérfano mi mano por contar con influencias en los tribunales, ¡que los brazos se me caigan de los hombros, que se me disloquen de sus articulaciones! Siempre he sido temeroso del castigo de Dios; ¡ante su majestad no podría resistir!