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JOB 38:4-41

JOB 38:4-41 La Palabra (versión española) (BLP)

¿Dónde estabas cuando cimenté la tierra? Dímelo tú, si tanto sabes. ¿Sabes quién diseñó sus dimensiones o le aplicó la cinta de medir? ¿Dónde se asienta su basamento o quién colocó su piedra angular mientras aclamaban los astros matutinos y los vitoreaban los hijos de Dios? ¿Quién clausuró el mar con una puerta, cuando salía impetuoso de su seno; cuando le puse nubes por mantillas y nubes de tormenta por pañales; cuando determiné sus límites poniéndole puertas y cerrojos, y le dije: «De aquí no pasarás, aquí se estrellará el orgullo de tus olas»? ¿Has mandado alguna vez a la mañana o has señalado su puesto a la aurora para que agarre la tierra por los bordes y sacuda de ella a los malvados; para marcarla como arcilla bajo el sello y darle color como a un vestido; para negar la luz a los malvados y hacer trizas el brazo sublevado? ¿Has penetrado en las fuentes del Mar o paseado por la hondura del Abismo? ¿Te han enseñado las puertas de la Muerte o has visto los portales de las Sombras? ¿Has examinado las dimensiones de la tierra? Cuéntamelo, si lo sabes todo. ¿Dónde está la casa de la luz y dónde viven las tinieblas? ¿Podrías guiarlas a su país o indicarles el camino de casa? Lo sabrás, pues ya habías nacido: ¡tienes tantísimos años! ¿Has entrado en los silos de la nieve y observado los depósitos del granizo que reservo para la hora de la angustia, para el día de la guerra y del combate? ¿Por dónde se difunde la luz, por dónde se dispersa el viento del este? ¿Quién ha excavado un canal al aguacero y ha abierto un camino al rodar de los truenos, para que llueva en tierras despobladas, en el desierto no habitado por humanos; para que empape la estepa desolada y brote un vergel en el páramo? ¿Quién es el padre de la lluvia o quién engendra el rocío?, ¿de qué vientre sale el hielo o quién pare la escarcha del cielo, cuando el agua se endurece como piedra y se atasca la faz del Abismo? ¿Puedes atar los lazos de las Pléyades o soltar las riendas de Orión, hacer salir a su hora al Zodíaco, guiar a la Osa y a sus crías? ¿Conoces las leyes que rigen el cielo y haces que se cumplan en la tierra? ¿Puedes dar órdenes a las nubes para que envíen sobre ti un chaparrón? ¿Usas como mensajeros a los rayos, que acuden y te dicen: «A tus órdenes»? ¿Quién dio sabiduría al dosel de nubes y puso perspicacia en mi tienda celeste? ¿Quién sabe enumerar las nubes e inclina los cántaros del cielo, cuando el polvo se funde en una masa y se pegan los terrones entre sí? ¿Le cazas la presa a la leona o sacias el hambre de sus crías, cuando se encierran en sus guaridas o acechan agazapados en la maleza? ¿Quién da de comer al cuervo cuando sus crías graznan a Dios y aletean nerviosas por el hambre?

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JOB 38:4-41 Reina Valera 2020 (RV2020)

¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ¡Házmelo saber, si tienes inteligencia! ¿Quién dispuso sus medidas, si es que lo sabes? ¿O quién tendió sobre ella la cuerda de medir? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, cuando alababan juntas todas las estrellas del alba y se regocijaban todos los hijos de Dios? ¿Quién encerró con puertas el mar, cuando se derramaba al salir de su seno, cuando yo le puse nubes por vestidura y oscuridad por faja? Yo establecí para él los límites; le puse puertas y cerrojo, y dije: «Hasta aquí llegarás y no pasarás adelante; ahí se detendrá el orgullo de tus olas». ¿Has dado órdenes a la mañana alguna vez en tu vida? ¿Le has mostrado al alba su lugar, para que ocupe los confines de la tierra y sean sacudidos de ella los malvados? Ella cambia luego de aspecto como el barro bajo el sello, y toma la apariencia de una vestidura; mas la luz les es quitada a los malvados y quebrantado el brazo enaltecido. ¿Has descendido hasta el fondo del mar, o has paseado por las honduras del abismo? ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte o has visto las puertas de la sombra de muerte? ¿Has considerado tú la extensión de la tierra? ¡Declara si sabes todo esto! ¿Dónde está el camino que conduce a la morada de la luz? ¿Y dónde está el lugar de las tinieblas, para que las lleves a sus límites y conozcas las sendas de su casa? ¡Quizá lo sabes, puesto que entonces ya habías nacido! ¡Son tantos los años que has vivido! ¿Has penetrado tú hasta los depósitos de la nieve? ¿Has visto los depósitos del granizo, que tengo reservados para el tiempo de angustia, para el día de la guerra y de la batalla? ¿Por dónde se difunde la luz, por dónde se dispersa el viento del este sobre la tierra? ¿Quién le abrió un cauce al turbión y un camino a los relámpagos y los truenos, para hacer llover sobre la tierra deshabitada, sobre el desierto, donde no vive ningún ser humano, para saciar la tierra desierta y sin cultivo y para hacer que brote la tierna hierba? ¿Tiene padre la lluvia? ¿Quién engendró las gotas del rocío? ¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del cielo, ¿quién la dio a luz? Las aguas se endurecen como la piedra y se congela la faz del abismo. ¿Podrás tú anudar los lazos de las Pléyades? ¿Desatarás las ligaduras de Orión? ¿Haces salir a su tiempo las constelaciones de los cielos? ¿Guías a la Osa Mayor con sus hijos? ¿Conoces las leyes de los cielos? ¿Dispones tú su dominio en la tierra? ¿Puedes alzar tu voz a las nubes para que envíen sobre ti un torrente de lluvia? ¿Envías tú los relámpagos, para que ellos vayan, o para que te digan: «Aquí estamos»? ¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿Quién dio inteligencia al espíritu? ¿Quién tiene sabiduría para enumerar las nubes y hacer que se inclinen los cántaros de los cielos, cuando el polvo se ha endurecido y los terrones se han pegado unos con otros? ¿Cazarás tú la presa para el león? ¿Saciarás el hambre de sus cachorros, cuando están echados en sus guaridas o se ponen al acecho en la espesura? ¿Quién le prepara al cuervo su alimento, cuando sus polluelos claman a Dios y andan errantes por falta de comida?

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JOB 38:4-41 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

¿Dónde estabas cuando yo afirmé la tierra? ¡Dímelo, si de veras sabes tanto! ¿Sabes quién decidió cuánto habría de medir y quién fue el arquitecto que la hizo? ¿Sobre qué descansan sus cimientos? ¿Quién le puso la piedra principal de apoyo, mientras cantaban a coro las estrellas de la aurora entre la alegría de mis servidores celestiales? Cuando el mar brotó del seno de la tierra, ¿quién le puso compuertas para contenerlo? Yo le di una nube por vestido y la niebla por pañales. Yo le puse un límite al mar y cerré con llave sus compuertas. Y le dije: “Llegarás hasta aquí, y de aquí no pasarás; aquí se romperán tus olas arrogantes.” ¿Alguna vez en tu vida has ordenado que salga la aurora y amanezca el día? ¿O que la luz se difunda por la tierra y los malvados vayan a esconderse? Entonces aparecen los relieves de la tierra y se tiñen de color como un vestido; se les niega la luz a los malvados y se pone fin a su amenaza. ¿Has visitado el misterioso abismo donde tiene sus fuentes el océano? ¿Has visto dónde están las puertas del tenebroso reino de la muerte? ¿Tienes idea de la anchura de la tierra? ¡Dímelo, si en verdad lo sabes todo! ¿En dónde están guardadas la luz y las tinieblas? ¿Sabes hacerlas llegar hasta el último rincón y que luego regresen a su casa? ¡Seguramente lo sabes, pues tienes tantos años que para entonces ya habrías nacido! ¿Has visitado los depósitos donde guardo la nieve y el granizo para enviarlos en tiempos de desgracia, en tiempos de batallas y de guerra? ¿Qué caminos sigue la luz al repartirse? ¿Cómo se extiende el viento del este sobre el mundo? ¿Quién abre una salida al aguacero y señala el camino a la tormenta para que llueva en el desierto, en lugares donde nadie vive; para que riegue la tierra desolada y haga brotar la hierba? ¿Quién es el padre de la lluvia y del rocío? ¿Quién es la madre del hielo y de la escarcha? ¿Quién vuelve el agua dura como la piedra y congela la superficie del océano? ¿Eres tú quien mantiene unidas las Pléyades y separadas las estrellas de Orión? ¿Eres tú quien saca a su hora al lucero de la mañana? ¿Eres tú quien guía a las estrellas de la Osa Mayor y de la Osa Menor? ¿Conoces tú las leyes que gobiernan el cielo? ¿Eres tú quien aplica esas leyes en la tierra? ¿Puedes ordenar a las nubes que te inunden de agua? Si mandas al rayo que vaya a alguna parte, ¿acaso te responde: “Aquí estoy, a tus órdenes”? ¿Quién dio instinto inteligente a aves como el ibis o el gallo? ¿Quién es tan sabio que conozca el número de las nubes? ¿Quién puede vaciarlas para que den su lluvia, para que el polvo se convierta en barro y se peguen los terrones entre sí? ¿Eres tú quien busca la presa para las leonas, para que coman sus cachorros hasta hartarse cuando se esconden en su guarida o se ponen al acecho en la maleza? ¿Quién da de comer a los cuervos, cuando sus crías andan buscando comida y con sus graznidos me la piden?

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JOB 38:4-41 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

»¿Dónde estabas cuando puse las bases de la tierra? ¡Dímelo, si de veras sabes tanto! ¡Seguramente sabes quién estableció sus dimensiones y quién tendió sobre ella la cinta de medir! ¿Sobre qué están puestos sus cimientos, o quién puso su piedra angular mientras cantaban a coro las estrellas matutinas y todos los ángeles gritaban de alegría? »¿Quién encerró el mar tras sus compuertas cuando este brotó del vientre de la tierra? ¿O cuando lo arropé con las nubes y lo envolví en densas tinieblas? ¿O cuando establecí sus límites y en sus compuertas coloqué cerrojos? ¿O cuando le dije: “Solo hasta aquí puedes llegar; de aquí no pasarán tus orgullosas olas”? »¿Alguna vez en tu vida le has dado órdenes a la mañana, o le has hecho saber a la aurora su lugar, para que tomen la tierra por sus extremos y sacudan de ella a los malvados? La tierra adquiere forma, como arcilla bajo un sello; sus rasgos resaltan como los de un vestido. Los malvados son privados de su luz, y es quebrantado su altanero brazo. »¿Has viajado hasta las fuentes del océano, o recorrido los rincones del abismo? ¿Te han mostrado los umbrales de la muerte? ¿Has visto las puertas de la región tenebrosa? ¿Tienes idea de cuán ancha es la tierra? Si de veras sabes todo esto, ¡dalo a conocer! »¿Qué camino lleva a la morada de la luz? ¿En qué lugar se encuentran las tinieblas? ¿Puedes acaso llevarlas a sus linderos? ¿Conoces el camino a sus moradas? ¡Con toda seguridad lo sabes, pues para entonces ya habrías nacido! ¡Son tantos los años que has vivido! »¿Has llegado a visitar los depósitos de nieve y de granizo, que guardo para tiempos azarosos, cuando se libran guerras y batallas? ¿Qué camino lleva adonde la luz se dispersa, o adonde los vientos del este se desatan sobre la tierra? ¿Quién abre el canal para las lluvias torrenciales, y le da paso a la tormenta, para regar regiones despobladas, desiertos donde nadie vive, para saciar la sed del yermo desolado y hacer que en él brote la hierba? ¿Acaso la lluvia tiene padre? ¿Ha engendrado alguien las gotas de rocío? ¿De qué vientre nace el hielo? ¿Quién da a luz la escarcha de los cielos? ¡Las aguas se endurecen como rocas, y la faz del mar profundo se congela! »¿Acaso puedes atar los lazos de las Pléyades, o desatar las cuerdas que sujetan al Orión? ¿Puedes hacer que las constelaciones salgan a tiempo? ¿Puedes guiar a la Osa Mayor y a la Menor? ¿Conoces las leyes que rigen los cielos? ¿Puedes establecer mi dominio sobre la tierra? »¿Puedes elevar tu voz hasta las nubes para que te cubran aguas torrenciales? ¿Eres tú quien señala el curso de los rayos? ¿Acaso te responden: “Estamos a tus órdenes”? ¿Quién infundió sabiduría en el ibis, o dio al gallo entendimiento? ¿Quién tiene sabiduría para contar las nubes? ¿Quién puede vaciar los cántaros del cielo cuando el polvo se endurece y los terrones se pegan entre sí? »¿Cazas tú la presa para las leonas y sacias el hambre de sus cachorros cuando yacen escondidas en sus cuevas o se tienden al acecho en sus guaridas? ¿Eres tú quien alimenta a los cuervos cuando sus crías claman a mí y andan sin rumbo y sin comida?

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