JOB 8:1-7
JOB 8:1-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
Tomó la palabra Bildad el suhita: ¿Hasta cuándo hablarás de ese modo, con palabras impetuosas como el viento? ¿Acaso torcerá Dios el derecho o pervertirá el Todopoderoso la justicia? Si tus hijos pecaron contra él, él les hizo cargar con su pecado. Si tú desde temprano buscas a Dios y ruegas al Todopoderoso; si eres puro y recto, ciertamente él velará por ti y restaurará la morada de tu justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu estado, al final, será engrandecido.
JOB 8:1-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Bildad de Súaj respondió así: ¿Hasta cuándo hablarás de ese modo, con el viento impetuoso de tus palabras? ¿Puede Dios trastocar el derecho, pervertir la justicia el Todopoderoso? Si tus hijos pecaron contra él, ya los hizo cargar con su delito. Mas si buscas cuanto antes a Dios, si diriges tu súplica al Todopoderoso, si eres honrado e intachable, entonces se ocupará de ti, te devolverá tu legítima heredad. Tu pasado será insignificante comparado con tu glorioso futuro.
JOB 8:1-7 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¿Hasta cuándo seguirás hablando así, como habla un viento huracanado? Dios, el Todopoderoso, nunca tuerce la justicia ni el derecho. Seguramente tus hijos pecaron contra Dios, y él les dio el castigo merecido. Busca a Dios, al Todopoderoso, y pídele que tenga compasión de ti. Si actúas con pureza y rectitud, él velará por ti, y te dará el hogar que justamente mereces. La riqueza que tenías no será nada comparada con la que tendrás después.
JOB 8:1-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
A esto respondió Bildad de Súah: «¿Hasta cuándo seguirás hablando así? ¡Tus palabras son un viento huracanado! ¿Acaso Dios pervierte la justicia? ¿Acaso tuerce el derecho el Todopoderoso? Si tus hijos pecaron contra Dios, él les dio lo que su pecado merecía. Pero, si tú vuelves la mirada a Dios, si le pides perdón al Todopoderoso, y si eres puro y recto, él saldrá en tu defensa y te restablecerá en el lugar que te corresponde. Modestas parecerán tus primeras riquezas, comparadas con tu prosperidad futura.