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LEVÍTICO 19:1-14

LEVÍTICO 19:1-14 La Palabra (versión española) (BLP)

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: —Habla a todos los israelitas y diles: Sed santos, porque yo el Señor, vuestro Dios, soy santo. Que cada uno respete a su madre y a su padre; y guardad mis días de descanso. Yo soy el Señor, vuestro Dios. No deis culto a los ídolos ni os hagáis dioses de metal fundido. Yo soy el Señor, vuestro Dios. Y cuando ofrezcáis un sacrificio de comunión al Señor, hacedlo de tal manera que os sea aceptado. La víctima se ha de comer el mismo día del sacrificio, o al día siguiente; si sobra algo para el tercer día, será quemado. Comer algo el tercer día constituirá una ofensa y el Señor no lo aceptará; el que lo coma sufrirá las consecuencias de su culpa, porque ha profanado lo que es sagrado para el Señor; esa persona será extirpada de su pueblo. Cuando llegue el tiempo de recoger la cosecha en vuestros campos, no segarás hasta el último rincón ni espigarás el campo segado. Tampoco harás rebusco de tu viña ni recogerás los frutos caídos de tu huerto; los dejarás para el pobre y para el extranjero. Yo soy el Señor, vuestro Dios. No robaréis, ni defraudaréis, ni mentiréis el uno al otro. No juraréis en falso por mi nombre, pues sería profanar el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor. No oprimirás a tu prójimo ni lo despojarás. No retendrás el salario del jornalero hasta el día siguiente. No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezo al ciego, sino que respetarás a tu Dios. Yo soy el Señor.

LEVÍTICO 19:1-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: “Dile esto a la comunidad israelita: “Sed santos, pues yo, el Señor vuestro Dios, soy santo. “Respete cada uno a su padre y a su madre. “Respetad también mis sábados. Yo soy el Señor vuestro Dios. “No recurráis a los ídolos ni os hagáis dioses de metal fundido. Yo soy el Señor vuestro Dios. “Cuando presentéis al Señor sacrificios de reconciliación, hacedlo de tal manera que Dios os los acepte. El animal presentado deberá ser comido el mismo día, y también podrá serlo al día siguiente, pero lo que sobre para el tercer día deberá ser quemado. Si se come la ofrenda al tercer día, será considerada despreciable y Dios no la aceptará; el que la coma, cargará con su maldad y será eliminado de entre su pueblo por haber profanado lo consagrado al Señor. “Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no recojas hasta el último grano de tu campo ni rebusques hasta las últimas espigas que hayan quedado en él. No rebusques todas las uvas de tu viñedo ni recojas las uvas caídas; déjalas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor, el Dios vuestro. “No robéis. No mintáis ni os engañéis unos a otros. “No hagas promesas falsas en mi nombre, pues profanas el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor. “No emplees la violencia contra tu prójimo ni le arrebates lo que es suyo. “No retengas la paga del trabajador hasta el día siguiente. “No maldigas al sordo. “No pongas ningún tropiezo en el camino del ciego. Muestra tu reverencia a Dios. Yo soy el Señor.

LEVÍTICO 19:1-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

El SEÑOR le ordenó a Moisés que hablara con toda la asamblea de los israelitas y les dijera: «Sed santos, porque yo el SEÑOR vuestro Dios soy santo. »Respetad todos vosotros a vuestra madre y a vuestro padre, y observad mis sábados. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios. »No os volváis a los ídolos inútiles, ni os hagáis dioses de metal fundido. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios. »Cuando le ofrezcáis al SEÑOR un sacrificio de comunión, hacedlo de tal manera que el SEÑOR lo acepte de buen grado. Coméoslo el día en que lo sacrifiquéis o al día siguiente. Lo que sobre para el tercer día, deberéis quemarlo. Si alguien lo come al tercer día, tal sacrificio no le será válido, pues la carne ya se habrá descompuesto. Cualquiera que lo coma sufrirá las consecuencias de su pecado por profanar lo que ha sido consagrado al SEÑOR. Tal persona será eliminada de su pueblo. »Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no seguéis hasta el último rincón de vuestros campos ni recojáis todas las espigas que allí queden. »No rebusquéis hasta el último racimo de sus viñas, ni recojáis las uvas que se hayan caído. Dejadlas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios. »No robéis. »No mintáis. »No engañéis a vuestro prójimo. »No juréis en mi nombre solo por jurar, ni profanéis el nombre de vuestro Dios. Yo soy el SEÑOR. »No explotes a tu prójimo, ni lo despojes de nada. »No retengas el salario de tu jornalero hasta el día siguiente. »No maldigas al sordo, ni le pongas tropiezos al ciego, sino teme a tu Dios. Yo soy el SEÑOR.