LEVÍTICO 21:1-9
LEVÍTICO 21:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
El Señor dijo a Moisés: —Habla a los sacerdotes, hijos de Aarón, y diles que no se expongan a la impureza tocando el cadáver de alguien de su pueblo, a no ser por un pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su hijo o por su hermano, o por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido; por ella puede contaminarse. No se contaminará como cualquier hombre de su pueblo, ni se hará impuro. No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán incisiones. Santos serán para su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque ofrecen las ofrendas quemadas para el Señor y el pan de su Dios; por tanto, serán santos. No podrán casarse con una prostituta ni con una mujer de mala fama, ni con una mujer repudiada por su marido, porque el sacerdote está consagrado a su Dios. Por tanto, lo santificarás, pues el pan de tu Dios ofrece; santo será para ti, porque santo soy yo, el Señor, el que os santifica. La hija del sacerdote, si comienza a prostituirse, a su padre deshonra; quemada será al fuego.
LEVÍTICO 21:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor dijo a Moisés: —Di a los sacerdotes descendientes de Aarón: Ningún sacerdote se expondrá a la impureza por causa de algún muerto de su parentela, excepto por un pariente cercano, sea su madre, su padre, su hijo o su hermano; o por una hermana suya que, siendo aún virgen, viva con él y esté sin desposarse; por una hermana así, sí puede contraer impureza. Pero no se expondrá a la impureza por causa de una hermana casada; en este caso no debe contaminarse. No se raparán la cabeza, ni se cortarán los bordes de la barba, ni se harán incisiones en el cuerpo. Serán santos para su Dios y no profanarán el nombre de su Dios, porque son ellos los que presentan las ofrendas al Señor y los alimentos para su Dios; por tanto, serán santos. No tomarán por esposa a una prostituta ni a una mujer deshonrada; tampoco se casarán con una mujer que haya sido repudiada por su marido; porque el sacerdote está consagrado a su Dios. Lo considerarás algo santo, pues él es quien ofrece el alimento para tu Dios. Considéralo santo porque yo, el Señor que os santifico, soy santo. Si la hija de un sacerdote se dedica a la prostitución, deshonra a su padre y deberá ser quemada en la hoguera.
LEVÍTICO 21:1-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor dijo a Moisés: “Habla con los sacerdotes descendientes de Aarón, y diles que no se hagan impuros por causa del cadáver de alguno de sus parientes, excepto si se trata de algún pariente cercano, como su madre, su padre, su hijo o su hija, su hermano o su hermana soltera que aún vivía con él porque no se había casado; por ellos podrá hacerse impuro. Pero no debe hacerse impuro ni mancharse por una pariente casada. “No se raparán la cabeza ni se afeitarán la barba ni se harán heridas en el cuerpo, sino que se consagrarán completamente a su Dios y no profanarán su nombre, porque ellos son los que presentan las ofrendas quemadas y el pan de su Dios; así que deben mantenerse consagrados. “Tampoco se casarán con una prostituta ni con una mujer violada o divorciada, porque han sido consagrados a su Dios. Manténlos apartados de todo, porque ellos son los que presentan el pan de tu Dios. Y serán santos para ti, porque yo, el Señor, soy santo y soy quien los hace santos. “Si la hija de un sacerdote se rebaja y se convierte en prostituta, deshonra a su padre, y será quemada viva.
LEVÍTICO 21:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El SEÑOR le ordenó a Moisés: «Habla a los sacerdotes, hijos de Aarón, y diles que no se contaminen tocando el cadáver de alguien de su pueblo, excepto en el caso de un pariente cercano, como su madre, su padre, su hijo, su hija, su hermano o una hermana soltera que, por no tener marido, dependa de él. Como jefes de su pueblo, no deben hacerse impuros ni contaminarse. »Los sacerdotes no se raparán la cabeza, ni se despuntarán la barba ni se harán heridas en el cuerpo. Deben ser santos para su Dios y no profanar su nombre. Son ellos los que presentan al SEÑOR las ofrendas por fuego, que son como el pan de su Dios. Por eso deben ser santos. »Ningún sacerdote se casará con una prostituta, ni con una divorciada, ni con una mujer que no sea virgen, porque está consagrado a su Dios. Considéralo santo, porque él ofrece el pan de tu Dios. Santo será para ti, porque santo soy yo, el SEÑOR, que os santifico a vosotros. »La hija de un sacerdote que se hace prostituta se profana a sí misma y profana a su padre. Deberá ser quemada viva.