LEVÍTICO 9:22-24
LEVÍTICO 9:22-24 La Palabra (versión española) (BLP)
Luego Aarón, alzando sus manos hacia el pueblo, lo bendijo; y después de hacer la ofrenda de purificación, el holocausto y el sacrificio de comunión, descendió del altar. Moisés y Aarón entraron en la Tienda del encuentro; cuando salieron, bendijeron al pueblo y la gloria del Señor se manifestó a todo el pueblo.. Salió fuego de la presencia del Señor y consumió el holocausto y la grasa que estaba sobre el altar. Al verlo, todo el pueblo prorrumpió en gritos de júbilo y se postraron rostro en tierra.
LEVÍTICO 9:22-24 Reina Valera 2020 (RV2020)
Aarón alzó sus manos hacia el pueblo, y lo bendijo; y después de hacer la expiación, el holocausto y el sacrificio de paz, descendió. Luego entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo de reunión. Cuando salieron, bendijeron a la congregación, y la gloria del Señor se manifestó a todo el pueblo. Salió fuego de la presencia del Señor y consumió el holocausto con las grasas que estaban sobre el altar. Al ver esto, todos los del pueblo alabaron y se postraron sobre sus rostros.
LEVÍTICO 9:22-24 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Aarón levantó sus manos sobre los israelitas y los bendijo, y después de haber presentado el sacrificio por el pecado, el holocausto y el sacrificio de reconciliación, se retiró del altar. Luego Moisés y Aarón entraron en la tienda del encuentro, y al salir bendijeron a los israelitas. Entonces el Señor se manifestó con gran esplendor a todo el pueblo: salió fuego de la presencia del Señor y consumió el animal que iba a ser quemado y las grasas que estaban sobre el altar. Al ver esto, todos los israelitas lanzaron gritos de alegría y se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente.
LEVÍTICO 9:22-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Aarón levantó las manos hacia el pueblo, y los bendijo. Una vez que terminó de ofrecer el sacrificio expiatorio, el holocausto y el sacrificio de comunión, se retiró del altar. Moisés y Aarón entraron en la Tienda de reunión. Al salir, bendijeron al pueblo, y la gloria del SEÑOR se manifestó a todo el pueblo. De la presencia del SEÑOR salió un fuego, que consumió el holocausto y la grasa que estaban sobre el altar. Al ver esto, todo el pueblo prorrumpió en gritos de júbilo y cayó rostro en tierra.