LUCAS 1:57-69
LUCAS 1:57-69 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, Elisabet tuvo un hijo. Sus vecinos y parientes se enteraron de este gran don que el Señor, en su misericordia, le había concedido, y acudieron a felicitarla. A los ocho días del nacimiento llevaron a circuncidar al niño. Todos querían que se llamase Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: —No, su nombre ha de ser Juan. Ellos, entonces, le hicieron notar: —Nadie se llama así en tu familia. Así que se dirigieron al padre y le preguntaron por señas qué nombre quería poner al niño. Zacarías pidió una tablilla de escribir y puso en ella: «Su nombre es Juan», con lo que todos se quedaron asombrados. En aquel mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios, de modo que los vecinos que estaban viendo lo que pasaba se llenaron de temor. Todos estos acontecimientos se divulgaron por toda la región montañosa de Judea. Y cuantos oían hablar de lo sucedido, se quedaban muy pensativos y se preguntaban: «¿Qué va a ser este niño?». Porque era evidente que el Señor estaba con él. Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno del Espíritu Santo y habló proféticamente diciendo: ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, que ha venido a auxiliar y a dar la libertad a su pueblo! Nos ha suscitado un poderoso salvador de entre los descendientes de su siervo David.
LUCAS 1:57-69 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando se le cumplió el tiempo, Elisabet dio a luz un hijo. Sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había mostrado gran misericordia, y compartieron su alegría. A los ocho días llevaron a circuncidar al niño. Como querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, su madre se opuso. ―¡No! —dijo ella—. Tiene que llamarse Juan. ―Pero si nadie en tu familia tiene ese nombre —le dijeron. Entonces le hicieron señas a su padre, para saber qué nombre quería ponerle al niño. Él pidió una tablilla, en la que escribió: «Su nombre es Juan». Y todos quedaron asombrados. Al instante se le desató la lengua, recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Todos los vecinos se llenaron de temor, y por toda la región montañosa de Judea se comentaba lo sucedido. Quienes lo oían se preguntaban: «¿Qué llegará a ser este niño?» Porque la mano del Señor lo protegía. Entonces su padre Zacarías, lleno del Espíritu Santo, profetizó: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a redimir a su pueblo. Nos envió un poderoso Salvador en la casa de David su siervo
LUCAS 1:57-69 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, Elisabet tuvo un hijo. Los vecinos y parientes se enteraron de este gran don que el Señor, en su misericordia, le había concedido, y se alegraron con ella. Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño y querían llamarle Zacarías, como su padre; pero su madre dijo: —No. Se llamará Juan. Los presentes replicaron: —¿Por qué? No hay nadie en tu familia que se llame así. Entonces preguntaron por señas a su padre cómo quería llamarle. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Todos se maravillaron. En aquel mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios, de modo que todos los vecinos se llenaron de pavor y en la montañosa región de Judea se divulgaron todas estas cosas. Quienes las oían se quedaban pensativos y se preguntaban: «¿Quién será este niño?». Porque era evidente que la mano del Señor estaba con él. Zacarías, su padre, se llenó del Espíritu Santo y profetizó diciendo: Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo, y ha levantado para nosotros un poderoso salvador descendiente de la casa de David, su siervo.
LUCAS 1:57-69 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Al cumplirse el tiempo en que Isabel había de dar a luz, tuvo un hijo. Sus vecinos y parientes fueron a felicitarla cuando supieron que el Señor había sido tan bueno con ella. A los ocho días llevaron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. Pero la madre dijo: –No. Tiene que llamarse Juan. Le contestaron: –No hay nadie en tu familia con ese nombre. Entonces preguntaron por señas al padre del niño, para saber qué nombre quería ponerle. El padre pidió una tabla para escribir, y escribió: “Su nombre es Juan.” Y todos se quedaron admirados. En aquel mismo momento, Zacarías recobró el habla y comenzó a alabar a Dios. Todos los vecinos estaban asombrados, y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido. Cuantos lo oían se preguntaban a sí mismos: “¿Qué llegará a ser este niño?” Porque ciertamente el Señor mostraba su poder en favor de él. Zacarías, el padre del niño, lleno del Espíritu Santo y hablando en profecía, dijo: “¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a rescatar a su pueblo! Nos ha enviado un poderoso salvador, un descendiente de David, su siervo.