LUCAS 10:1-11
LUCAS 10:1-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
Después de estas cosas, el Señor escogió también a otros setenta y los envió de dos en dos a todas las ciudades y lugares adonde él había de ir después. Les dijo: —La mies, ciertamente, es mucha, pero son pocos los obreros. Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Poneos en marcha! Pero sabed que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa ni alforja ni calzado y no os detengáis a saludar a nadie en el camino. En cualquier casa donde entréis, decid primeramente: «Paz a esta casa». Si los que viven allí son gente de paz, la paz de vuestro saludo quedará con ellos; y si no, se volverá a vosotros. Quedaos en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den, porque el obrero es digno de su salario. No andéis de casa en casa. En cualquier ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os ofrezcan, curad a los enfermos que en ella haya y decidles: «Se ha acercado a vosotros el reino de Dios». Pero cuando en cualquier ciudad donde entréis no os reciban bien, recorred sus calles diciendo: «¡Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos contra vosotros! Sin embargo, sabed que el reino de Dios se ha acercado».
LUCAS 10:1-11 La Palabra (versión española) (BLP)
Después de esto, el Señor escogió también a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de él a todos los pueblos y lugares adonde él pensaba ir. Les dijo: —La mies es mucha, pero son pocos los obreros. Por eso, pedidle al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en marcha! Yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis monedero, zurrón, ni calzado; y no os detengáis tampoco a saludar a nadie en el camino. Cuando entréis en alguna casa, decid primero: «Paz a esta casa». Si los que viven allí son gente de paz, la paz de vuestro saludo quedará con ellos; si no lo son, la paz se volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan, porque el que trabaja tiene derecho a su salario. No vayáis de casa en casa. Cuando lleguéis a un pueblo donde se os reciba con agrado, comed lo que os ofrezcan. Curad a los enfermos que haya en él y anunciad: «El reino de Dios está cerca de vosotros». Pero si entráis en un pueblo donde se nieguen a recibiros, recorred sus calles diciendo: «¡Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos contra vosotros! Sin embargo, sabed que el reino de Dios ya está cerca».
LUCAS 10:1-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Después de esto escogió también el Señor a otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir. Les dijo: “Ciertamente la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Por eso, pedidle al Dueño de la mies que mande obreros a recogerla. Andad y ved que os envío como a corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa ni monedero ni sandalias, y no os detengáis a saludar a nadie en el camino. Cuando entréis en una casa, saludad primero diciendo: ‘Paz a esta casa.’ Si en ella hay gente de paz, vuestro deseo de paz se cumplirá; si no, no se cumplirá. Y quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, pues el obrero tiene derecho a su salario. No andéis de casa en casa. Al llegar a un pueblo donde os reciban bien, comed lo que os ofrezcan; y sanad a los enfermos del lugar y decidles: ‘El reino de Dios ya está cerca de vosotros.’ Pero si llegáis a un pueblo y no os reciben, salid a las calles diciendo: ‘¡Hasta el polvo de vuestro pueblo que se ha pegado a nuestros pies nos lo sacudimos en protesta contra vosotros! Pero sabed que el reino de Dios está cerca.’
LUCAS 10:1-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después de esto, el Señor escogió a otros setenta y dos para enviarlos de dos en dos delante de él a todo pueblo y lugar adonde pensaba ir. «Es abundante la cosecha —les dijo—, pero son pocos los obreros. Pedidle, por tanto, al Señor de la cosecha que mande obreros a su campo. ¡Id vosotros! Sabed que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis monedero ni bolsa ni sandalias; ni os detengáis a saludar a nadie por el camino. »Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Si hay allí alguien digno de paz, gozará de ella; y, si no, la bendición no se cumplirá. Quedaos en esa casa, y comed y bebed de lo que ellos tengan, porque el trabajador tiene derecho a su sueldo. No andéis de casa en casa. »Cuando entréis en un pueblo y os reciban, comed lo que os sirvan. Sanad a los enfermos que encontréis allí y decidles: “El reino de Dios ya está cerca de vosotros”. Pero, cuando entréis en un pueblo donde no os reciban, salid a las plazas y decid: “Aun el polvo de este pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos en protesta contra vosotros. Pero tened por cierto que ya está cerca el reino de Dios”.