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LUCAS 12:13-34

LUCAS 12:13-34 Reina Valera 2020 (RV2020)

Uno de la multitud dijo a Jesús: —Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Jesús respondió: —Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o mediador? Y dijo a los demás: —Mirad, guardaos de toda avaricia, porque la vida de cualquier persona no depende de la abundancia de las riquezas que posee. Y les relató esta parábola: —La tierra de un hombre rico había producido una gran cosecha. Así que pensó: «¿Qué haré? No tengo lugar donde guardar mis frutos». Y se dijo: «Esto es lo que haré: derribaré mis graneros y los edificaré más grandes y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y luego podré decirme: “Ya puede descansar mi alma, pues ahora tengo guardados muchos bienes para muchos años. Ahora, pues, ¡a comer, a beber y a disfrutar!”». Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche vienen a pedir tu alma. ¿Para quién será lo que has guardado?». Eso le sucede a quien acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico para con Dios. Luego se dirigió a sus discípulos: —Por tanto, os digo: No estéis preocupados pensando qué habéis de comer para vivir ni con qué vestiréis vuestro cuerpo. La vida es más que la comida y el cuerpo más que el vestido. Fijaos en los cuervos: ni siembran ni cosechan ni tienen despensas ni almacenes, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? ¿Y quién de vosotros, por mucho que lo intente, podrá añadir a su estatura medio metro? Pues si no podéis hacer siquiera las cosas más pequeñas, ¿por qué os preocupáis por lo demás? Fijaos cómo crecen los lirios: no trabajan ni hilan y os digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Todas estas cosas son las que afanosamente buscan las gentes del mundo, pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de ellas. Buscad, más bien, el reino de Dios y todas estas cosas os serán añadidas. No temáis, pequeño rebaño, porque es voluntad de vuestro Padre daros el reino. Vended lo que poseéis y dad limosna. Haceos así un capital que no se deteriora, riquezas inagotables en los cielos, donde no hay ladrones que entren a robar ni polilla que destruya, porque donde está vuestra riqueza, allí estará también vuestro corazón.

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LUCAS 12:13-34 La Palabra (versión española) (BLP)

Uno que estaba entre la gente dijo a Jesús: —Maestro, dile a mi hermano que reparta la herencia conmigo. Jesús le contestó: —Amigo, ¿quién me ha puesto por juez o repartidor de herencias entre vosotros? Y, dirigiéndose a los demás, añadió: —Procurad evitar toda clase de avaricia, porque la vida de uno no depende de la abundancia de sus riquezas. Y les contó esta parábola: —Una vez, un hombre rico obtuvo una gran cosecha de sus campos. Así que pensó: «¿Qué haré ahora? ¡No tengo un lugar bastante grande donde guardar la cosecha! ¡Ya sé qué haré! Derribaré los graneros y haré otros más grandes donde pueda meter todo el trigo junto con todos mis bienes. Luego podré decirme: tienes riquezas acumuladas para muchos años; descansa, pues, come, bebe y diviértete». Pero Dios le dijo: «¡Estúpido! Vas a morir esta misma noche. ¿A quién le aprovechará todo eso que has almacenado?». Esto le sucederá al que acumula riquezas pensando solo en sí mismo, pero no se hace rico a los ojos de Dios. Después dijo Jesús a sus discípulos: —Por lo tanto os digo: No andéis preocupados pensando qué vais a comer para poder vivir o con qué ropa vais a cubrir vuestro cuerpo. Porque la vida vale más que la comida y el cuerpo más que la ropa. Fijaos en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen despensas ni almacenes, y, sin embargo, Dios los alimenta. Pues ¡cuánto más valéis vosotros que esas aves! Por lo demás, ¿quién de vosotros, por mucho que se preocupe, podrá añadir una sola hora a su vida? Pues si sois incapaces de influir en las cosas más pequeñas, ¿a qué preocuparos por las demás? Fijaos en cómo crecen los lirios. No se fatigan ni hilan y, sin embargo, os digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su esplendor, llegó a vestirse como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy está verde y mañana será quemada en el horno, ¡cuánto más hará por vosotros! ¡Qué débil es vuestra fe! Vosotros no os atormentéis buscando qué comer o qué beber. Esas son las cosas que preocupan a los paganos de este mundo; pero vuestro Padre ya sabe que las necesitáis. Vosotros buscad, más bien, el reino de Dios, y Dios se encargará de daros además todas esas cosas. No tengas miedo, pequeño rebaño, que es voluntad de vuestro Padre daros el reino. Vended vuestros bienes y repartid el producto entre los necesitados. Haceos así un capital que no se deteriora, riquezas inagotables en los cielos, donde no hay ladrones que entren a robar ni polilla que destruya. Pues donde tengáis vuestra riqueza, allí tendréis también el corazón.

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LUCAS 12:13-34 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Uno de entre la gente dijo a Jesús: –Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia. Jesús le contestó: –Amigo, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? También dijo: –Guardaos de toda avaricia, porque la vida no depende del poseer muchas cosas. Entonces les contó esta parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ‘¿Qué haré? ¡No tengo donde guardar mi cosecha!’ Y se dijo: ‘Ya sé qué voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes en los que guardar toda mi cosecha y mis bienes. Luego me diré: Amigo, ya tienes muchos bienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y goza de la vida.’ Pero Dios le dijo: ‘Necio, vas a morir esta misma noche: ¿para quién será lo que tienes guardado?’ Eso le pasa al hombre que acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico delante de Dios.” Después dijo Jesús a sus discípulos: “Por tanto os digo: No estéis preocupados por lo que habéis de comer para vivir, ni por la ropa con que habéis de cubrir vuestro cuerpo. La vida vale más que la comida, y el cuerpo, más que la ropa. Fijaos en los cuervos: no siembran, ni siegan, ni tienen almacén ni granero. Sin embargo, Dios les da de comer. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves! De todos modos, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? Pues si no podéis hacer ni aun lo más pequeño, ¿por qué preocuparos por las demás cosas? “Fijaos cómo crecen los lirios: no trabajan ni hilan. Sin embargo, os digo que ni aun el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡cuánto más habrá de vestiros a vosotros, gente falta de fe! Por tanto, no andéis afligidos buscando qué comer y qué beber. Porque todas esas cosas preocupan a la gente del mundo, pero vosotros tenéis un Padre que ya sabe que las necesitáis. Buscad el reino de Dios y esas cosas se os darán por añadidura. “No tengáis miedo, pequeño rebaño, que el Padre, en su bondad, ha decidido daros el reino. Vended lo que tenéis y dad a los necesitados; procuraos bolsas que no envejezcan, riquezas sin fin en el cielo, donde el ladrón no puede entrar ni la polilla destruye. Pues donde esté vuestra riqueza, allí estará también vuestro corazón.

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LUCAS 12:13-34 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Uno de entre la multitud le pidió: ―Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo. ―Hombre —replicó Jesús—, ¿quién me nombró a mí juez o árbitro entre vosotros? »¡Tened cuidado! —advirtió a la gente—. Absteneos de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes». Entonces les contó esta parábola: ―El terreno de un hombre rico le produjo una buena cosecha. Así que se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha”. Por fin dijo: “Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. Y diré: alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida”. Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?” »Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios». Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa. Fijaos en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves! ¿Quién de vosotros, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? Ya que no podéis hacer algo tan insignificante, ¿por qué os preocupáis por lo demás? »Fijaos cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, os digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por vosotros, gente de poca fe! Así que no os afanéis por lo que habéis de comer o beber; dejad de angustiaros. El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que vosotros las necesitáis. Vosotros, por el contrario, buscad el reino de Dios, y estas cosas os serán añadidas. »No tengáis miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre daros el reino. Vended vuestros bienes y dad a los pobres. Proveeros de bolsas que no se desgasten; acumulad un tesoro inagotable en el cielo, donde no hay ladrón que aceche ni polilla que destruya. Pues donde tengáis vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

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