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LUCAS 21:8-24

LUCAS 21:8-24 Reina Valera 2020 (RV2020)

Él respondió: —Cuidado, no os dejéis engañar. Vendrán muchos en mi nombre y dirán: «Yo soy el Cristo y el momento ha llegado». Pero no les hagáis caso. Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os asustéis, porque es necesario que primero acontezcan estas cosas, pero todavía no será inminente el fin. Dijo además: —Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Se producirán grandes terremotos, habrá hambres y epidemias en diferentes lugares; sucederán cosas espantosas y grandes señales del cielo. Pero antes de que todas estas cosas sucedan os echarán mano, os perseguirán, os entregarán a las sinagogas, os encerrarán en las cárceles y os llevarán ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. Esto os brindará la ocasión de dar testimonio. En tal situación, convenceros íntimamente de que no tenéis que pensar antes cómo habréis de responder en vuestra defensa, porque yo os daré la palabra y la sabiduría que no podrán resistir ni contradecir ninguno de vuestros enemigos. Incluso seréis traicionados por vuestros padres, hermanos, parientes y amigos. Y a algunos de vosotros os matarán. Todos os aborrecerán por causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas. Y cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea huyan a los montes; los que estén en Jerusalén, salgan; y los que estén en los campos no entren en ella, porque esos días son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Pero ¡ay de las mujeres que estén embarazadas o amamantando en aquellos días! Sobrevendrá una gran calamidad en esta tierra y la ira de Dios vendrá sobre este pueblo. Caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones. Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que a estos se les cumpla el tiempo.

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LUCAS 21:8-24 La Palabra (versión española) (BLP)

Jesús contestó: —Tened cuidado, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: «Yo soy» o «El momento ha llegado». No les hagáis caso. Cuando oigáis noticias de guerras y revoluciones, no os asustéis. Aunque todo eso ha de suceder primero, todavía no es inminente el fin. Les dijo también: —Se levantarán unas naciones contra otras, y unos reinos contra otros; por todas partes habrá grandes terremotos, hambres y epidemias, y en el cielo se verán señales formidables. Pero antes que todo eso suceda, os echarán mano, os perseguirán, os entregarán a las sinagogas y os meterán en la cárcel. Por causa de mí os conducirán ante reyes y gobernadores; tendréis así oportunidad de dar testimonio. En tal situación haceos el propósito de no preocuparos por vuestra defensa, porque yo os daré entonces palabras y sabiduría tales, que ninguno de vuestros enemigos podrá resistiros ni contradeciros. Hasta vuestros propios padres, hermanos, parientes y amigos os traicionarán; y a bastantes de vosotros les darán muerte. Todos os odiarán por causa de mí; pero ni un solo cabello vuestro se perderá. Manteneos firmes y alcanzaréis la vida. Cuando veáis a Jerusalén cercada de ejércitos, sabed que el momento de su destrucción ya está cercano. Entonces, los que estén en Judea huyan a las montañas, los que estén dentro de Jerusalén salgan de ella y los que estén en el campo no entren en la ciudad. Porque aquellos serán días de venganza, en los que se ha de cumplir todo lo que dice la Escritura. ¡Ay de las mujeres embarazadas y de las que en esos días estén criando! Porque habrá entonces una angustia terrible en esta tierra, y el castigo de Dios vendrá sobre este pueblo. A unos los pasarán a cuchillo y a otros los llevarán cautivos a todas las naciones. Y Jerusalén será pisoteada por los paganos hasta que llegue el tiempo designado para estos.

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LUCAS 21:8-24 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Jesús contestó: “Tened cuidado y no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘Ahora es el momento’, pero no los sigáis. Y cuando oigáis alarmas de guerras y revoluciones no os asustéis, pues aunque todo eso tiene que ocurrir primero, aún no habrá llegado el fin.” Siguió diciéndoles: “Una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro; en diferentes lugares habrá grandes terremotos, hambres y enfermedades, y en el cielo se verán cosas espantosas y grandes señales. “Pero antes de eso os echarán mano y os perseguirán: os llevarán a juicio en las sinagogas, os meterán en la cárcel y os conducirán ante reyes y gobernadores por causa mía. Así tendréis oportunidad de dar testimonio de mí. Haceos el propósito de no preparar de antemano vuestra defensa, porque yo os daré palabras tan llenas de sabiduría que ninguno de vuestros enemigos podrá resistiros ni contradeciros en nada. Pero seréis traicionados incluso por vuestros padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de vosotros y todo el mundo os odiará por causa mía, pero no se perderá ni un solo cabello de vuestra cabeza. ¡Permaneced firmes y salvaréis vuestra vida! “Cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed que pronto será destruida. Entonces los que estén en Judea, que huyan a las montañas; los que estén en Jerusalén, que salgan de la ciudad; y los que estén en el campo, que no regresen a ella. Porque serán días de castigo en los que se cumplirá cuanto dicen las Escrituras. ¡Pobres de las mujeres que en aquellos días estén embarazadas o tengan niños de pecho!, porque habrá mucho dolor en el país y un castigo terrible contra este pueblo. A unos los matarán a filo de espada, a otros los llevarán prisioneros por todas las naciones, y los paganos pisotearán Jerusalén hasta que se cumpla el tiempo que les ha sido señalado.

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LUCAS 21:8-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

―Tened cuidado; no os dejéis engañar —les advirtió Jesús—. Vendrán muchos que usando mi nombre dirán: “Yo soy”, y: “El tiempo está cerca”. No los sigáis. Cuando oigáis de guerras y de revoluciones, no os asustéis. Es necesario que eso suceda primero, pero el fin no vendrá en seguida. »Se levantará nación contra nación y reino contra reino —continuó—. Habrá grandes terremotos, hambre y epidemias por todas partes, cosas espantosas y grandes señales del cielo. »Pero antes de todo esto os echarán mano y os perseguirán. Os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y por causa de mi nombre os llevarán ante reyes y gobernadores. De esta manera tendréis oportunidad de dar testimonio ante ellos. Pero tened en cuenta que no hay por qué preparar una defensa de antemano, pues yo mismo os daré tal elocuencia y sabiduría para responder que ningún adversario podrá resistiros ni contradeciros. Seréis traicionados aun por vuestros padres, hermanos, parientes y amigos, y a algunos de vosotros se le dará muerte. Todo el mundo os odiará por causa de mi nombre. Pero no se perderá ni un solo cabello de vuestra cabeza. Si os mantenéis firmes, os salvaréis. »Ahora bien, cuando veáis Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed que su desolación ya está cerca. Entonces los que estén en Judea huyan a las montañas, los que estén en la ciudad salgan de ella, y los que estén en el campo no entren en la ciudad. Ese será el tiempo del juicio cuando se cumplirá todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén embarazadas o amamantando en aquellos días! Porque habrá gran aflicción en la tierra, y castigo contra este pueblo. Caerán a filo de espada y los llevarán cautivos a todas las naciones. Los gentiles pisotearán Jerusalén, hasta que se cumplan los tiempos señalados para ellos.

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