LUCAS 22:14-30
LUCAS 22:14-30 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando llegó la hora, Jesús se sentó a la mesa, y los apóstoles con él. Entonces les dijo: —¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes de padecer! Porque os digo que no volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de Dios. Y tomó una copa, y habiendo dado gracias, dijo: —Tomad esto y repartidlo entre vosotros, porque os digo que no beberé más del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios. También tomó el pan y habiendo dado gracias lo partió y se lo dio diciendo: —Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de mí. De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo: —Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. Pero la mano de aquel que va a traicionarme está sobre esta mesa, conmigo. Ciertamente, el Hijo del Hombre se va según está determinado, pero ¡ay de aquel que lo va a traicionar! Entonces ellos comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos sería el traidor. También se produjo entre los apóstoles una discusión sobre quién de ellos sería el mayor. Mas Jesús les dijo: —Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas y quienes tienen autoridad sobre ellas se hacen llamar bienhechores, pero entre vosotros no debe ser así. Antes al contrario, el más importante entre vosotros sea como el más joven; y el que dirige, como el que sirve. ¿Cuál es más importante, el que se sienta a la mesa o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre vosotros como el que sirve. Pero vosotros sois quienes habéis permanecido conmigo en mis pruebas. Por eso yo dispongo para vosotros un reino, como mi padre lo dispuso para mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino y os sentéis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
LUCAS 22:14-30 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando llegó la hora, Jesús se sentó a la mesa junto con los apóstoles. Entonces les dijo: —¡Cuánto he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de mi muerte! Porque os digo que no volveré a comerla hasta que tenga su cumplimiento en el reino de Dios. Tomó luego en sus manos una copa, dio gracias a Dios y dijo: —Tomad esto y repartidlo entre vosotros, porque os digo que ya no beberé más de este fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios. Después tomó pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio diciendo: —Esto es mi cuerpo, entregado en favor vuestro. Haced esto en recuerdo de mí. Lo mismo hizo con la copa después de haber cenado, diciendo: —Esta copa es la nueva alianza, confirmada con mi sangre, que va a ser derramada en favor vuestro. Pero ahora, sobre la mesa y junto a mí, está la mano del que me traiciona. Es cierto que el Hijo del hombre ha de recorrer el camino que le está señalado, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Los discípulos comenzaron entonces a preguntarse unos a otros quién de ellos sería el traidor. Surgió también una disputa entre los apóstoles acerca de cuál de ellos era el más importante. Jesús entonces les dijo: —Los reyes someten las naciones a su dominio, y los que ejercen poder sobre ellas se hacen llamar bienhechores. Pero entre vosotros no debe ser así. Antes bien, el más importante entre vosotros debe ser como el más pequeño, y el que dirige debe ser como el que sirve. Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa o el que sirve? ¿No es, acaso, el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre vosotros como el que sirve. Pero vosotros sois los que habéis permanecido a mi lado en mis pruebas. Por eso, yo quiero asignaros un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis en la mesa de mi reino, y os sentéis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
LUCAS 22:14-30 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron a la mesa. Él les dijo: –¡Cuánto he deseado celebrar con vosotros esta cena de Pascua antes de mi muerte! Porque os digo que no volveré a celebrarla hasta que se cumpla en el reino de Dios. Entonces tomó en sus manos una copa, y habiendo dado gracias a Dios dijo: –Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios. Después tomó el pan en sus manos, y habiendo dado gracias a Dios lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: –Esto es mi cuerpo, entregado a muerte en favor vuestro. Haced esto en memoria de mí. Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: –Esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre, la cual es derramada en favor vuestro. Pero mirad, la mano del que me va a traicionar está aquí, con la mía, sobre la mesa. Pues el Hijo del hombre ha de recorrer el camino que se le ha señalado, pero ¡ay de aquel que le traiciona! Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién sería el traidor. Los discípulos tuvieron una discusión sobre cuál de ellos debía ser considerado el más importante. Jesús les dijo: “Entre los paganos, los reyes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y a los jefes se les llama benefactores. Pero vosotros no debéis ser así. Al contrario, el más importante entre vosotros tiene que hacerse como el más joven, y el que manda tiene que hacerse como el que sirve. Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa a comer o el que sirve? ¿No es acaso el que se sienta a la mesa? En cambio yo estoy entre vosotros como el que sirve. “Vosotros habéis estado siempre conmigo en mis pruebas. Por eso yo os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, y comeréis y beberéis a mi mesa en mi reino, y os sentaréis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.”
LUCAS 22:14-30 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando llegó la hora, Jesús y sus apóstoles se sentaron a la mesa. Entonces les dijo: ―He tenido muchísimos deseos de comer esta Pascua con vosotros antes de padecer, pues os digo que no volveré a comerla hasta que tenga su pleno cumplimiento en el reino de Dios. Luego tomó la copa, dio gracias y dijo: ―Tomad esto y repartidlo entre vosotros. Os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios. También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio y dijo: ―Este pan es mi cuerpo, entregado por vosotros; haced esto en memoria de mí. De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo: ―Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros. Pero sabed que la mano del que va a traicionarme está con la mía, sobre la mesa. A la verdad el Hijo del hombre se irá según está decretado, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos haría esto. Tuvieron además un altercado sobre cuál de ellos sería el más importante. Jesús les dijo: ―Los reyes de las naciones oprimen a sus súbditos, y los que ejercen autoridad sobre ellos se llaman a sí mismos benefactores. No sea así entre vosotros. Al contrario, el mayor debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve. Porque, ¿quién es más importante, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No lo es el que está sentado a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre vosotros como uno que sirve. Ahora bien, vosotros sois los que habéis estado siempre a mi lado en mis pruebas. Por eso, yo mismo os concedo un reino, así como mi Padre me lo concedió a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.