LUCAS 22:53-63
LUCAS 22:53-63 La Palabra (versión española) (BLP)
Todos los días he estado entre vosotros en el Templo, y no me detuvisteis. ¡Pero esta es vuestra hora, la hora del poder de las tinieblas! Apresaron, pues, a Jesús, se lo llevaron y lo introdujeron en la casa del sumo sacerdote. Pedro iba detrás a cierta distancia. En medio del patio de la casa habían encendido fuego, y estaban sentados en torno a él; también Pedro estaba sentado entre ellos. En esto llegó una criada que, viendo a Pedro junto al fuego, se quedó mirándolo fijamente y dijo: —Este también estaba con él. Pedro lo negó, diciendo: —Mujer, ni siquiera lo conozco. Poco después lo vio otro, que dijo: —También tú eres uno de ellos. Pedro replicó: —No lo soy, amigo. Como cosa de una hora más tarde, un tercero aseveró: —Seguro que este estaba con él, pues es galileo. Entonces Pedro exclamó: —¡Amigo, no sé qué estás diciendo! Todavía estaba Pedro hablando, cuando cantó un gallo. En aquel momento, el Señor se volvió y miró a Pedro. Se acordó Pedro de que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes que cante el gallo, me habrás negado tres veces» y, saliendo, lloró amargamente. Los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban.
LUCAS 22:53-63 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Todos los días he estado con vosotros en el templo, y ni siquiera me tocasteis. Pero esta es vuestra hora, la del poder de las tinieblas. Arrestaron entonces a Jesús y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Pedro le seguía de lejos. Allí, en medio del patio, habían hecho fuego, y se sentaron alrededor. Pedro también se sentó entre ellos. En esto, una sirvienta, al verle sentado junto al fuego, se quedó mirándole y dijo: –También este estaba con él. Pero Pedro lo negó, diciendo: –Mujer, yo no le conozco. Poco después le vio otro y dijo: –Tú también eres de ellos. Pedro contestó: –No, hombre, no lo soy. Como una hora más tarde, otro insistió: –Seguro que este estaba con él. Además es de Galilea. Pedro dijo: –¡Hombre, no sé de qué hablas! En el mismo instante, mientras Pedro aún estaba hablando, cantó un gallo. Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro se acordó de que el Señor le había dicho: “Hoy, antes que cante el gallo, me negarás tres veces.” Y salió Pedro de allí y lloró amargamente. Los hombres que estaban vigilando a Jesús se burlaban de él y le golpeaban.
LUCAS 22:53-63 Reina Valera 2020 (RV2020)
He estado con vosotros todos los días en el templo y no me detuvisteis. ¡Pero esta es vuestra hora, la hora del poder de las tinieblas! Y habiéndole arrestado, se lo llevaron y lo metieron en casa del sumo sacerdote. Pedro le seguía de lejos. En medio del patio encendieron fuego y se sentaron alrededor. También Pedro se sentó entre ellos. Pero una criada le vio sentado al fuego y fijándose en él dijo: —Este también es uno de los que iban con él. Pedro lo negó diciendo: —Mujer, ni siquiera lo conozco. Un poco después, le vio otro y dijo: —Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: —Hombre, no lo soy. Como una hora después, otro insistió: —Seguro que este estaba con él, pues es galileo. Y Pedro dijo: —Hombre, no sé lo que dices. Todavía estaba Pedro hablando, cuando cantó un gallo. El Señor se volvió y miró a Pedro y se acordó Pedro de que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes que cante el gallo, me habrás negado tres veces». Pedro salió de allí y lloró amargamente. Los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y le golpeaban.
LUCAS 22:53-63 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Todos los días estaba con vosotros en el templo, y no os atrevisteis a ponerme las manos encima. Pero ya ha llegado vuestra hora, cuando reinan las tinieblas. Prendieron entonces a Jesús y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Pedro los seguía de lejos. Pero luego, cuando encendieron una fogata en medio del patio y se sentaron alrededor, Pedro se les unió. Una criada lo vio allí sentado a la lumbre, lo miró detenidamente y dijo: ―Este estaba con él. Pero él lo negó. ―Muchacha, yo no lo conozco. Poco después lo vio otro y afirmó: ―Tú también eres uno de ellos. ―¡No, hombre, no lo soy! —contestó Pedro. Como una hora más tarde, otro lo acusó: ―Seguro que este estaba con él; pues también es galileo. ―¡Hombre, no sé de qué estás hablando! —replicó Pedro. En el mismo momento en que dijo eso, cantó el gallo. El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces». Y saliendo de allí, lloró amargamente. Los hombres que vigilaban a Jesús comenzaron a burlarse de él y a golpearlo.