MALAQUÍAS 3:6-10
MALAQUÍAS 3:6-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Yo, el Señor, no cambio, pero vosotros no habéis dejado de ser hijos de Jacob. Desde los días de vuestros antecesores os apartasteis de mis preceptos y continuáis incumpliéndolos. ¡Volveos a mí y yo me volveré hacia vosotros! —dice el Señor del universo—. Sin embargo, vosotros replicáis: «¿En qué hemos de cambiar?». ¿Acaso es justo que una persona defraude al Señor como vosotros me estáis defraudando? De nuevo replicáis: «¿En qué te hemos defraudado?». ¡En los diezmos y en las ofrendas! Por eso estáis amenazados de maldición, porque todos vosotros, la nación entera, no cesáis de defraudarme. Traed los diezmos íntegros a los almacenes del Templo para que no falten víveres en él; ponedme a prueba procediendo así —dice el Señor del universo— y veréis cómo abro las ventanas del cielo para derramar sobre vosotros bendiciones a raudales.
MALAQUÍAS 3:6-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Porque yo, el Señor, no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os apartáis de mis leyes y no las guardáis. ¡Volveos a mí y yo me volveré a vosotros!, ha dicho el Señor de los ejércitos. Pero vosotros decís: «¿En qué hemos de volvernos?». ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y aún preguntáis: «¿En qué te hemos robado?». En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al granero y haya alimento en mi Casa: Probadme ahora en esto, dice el Señor de los ejércitos, a ver si no os abro las ventanas de los cielos y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
MALAQUÍAS 3:6-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“Yo soy el Señor. No he cambiado. Y por eso vosotros, descendientes de Jacob, no habéis sido aniquilados. Vosotros os habéis apartado de mis preceptos como se apartaron vuestros antepasados, y no habéis querido obedecerlos. Yo, el Señor todopoderoso, os digo: ¡Volveos a mí y yo me volveré a vosotros! Pero vosotros decís: ‘¿Por qué hemos de volvernos a ti?’ Y yo pregunto: ¿Acaso un hombre puede defraudar a Dios? ¡Pues vosotros me habéis defraudado! Y todavía preguntáis: ‘¿En qué te hemos defraudado?’ ¡En los diezmos y en las ofrendas me habéis defraudado! Sí, toda la nación, todos vosotros, me estáis defraudando, y por eso voy a maldeciros. Yo, el Señor todopoderoso, os digo: Traed vuestro diezmo al tesoro del templo y así habrá alimentos en mi casa. Ponedme en eso a prueba, a ver si no os abro las ventanas del cielo para vaciar sobre vosotros la más rica bendición.
MALAQUÍAS 3:6-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»Yo, el SEÑOR, no cambio. Por eso vosotros, descendientes de Jacob, no habéis sido exterminados. Desde la época de vuestros antepasados os habéis apartado de mis preceptos y no los habéis guardado. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros —dice el SEÑOR Todopoderoso—. »Pero vosotros replicáis: “¿En qué sentido tenemos que volvernos?” »¿Acaso roba el hombre a Dios? ¡Vosotros me estáis robando! »Y todavía preguntáis: “¿En qué te robamos?” »En los diezmos y en las ofrendas. Vosotros —la nación entera— estáis bajo gran maldición, pues es a mí a quien estáis robando. »Traed íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Probadme en esto —dice el SEÑOR Todopoderoso—, y ved si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.