MALAQUÍAS 3:8-11
MALAQUÍAS 3:8-11 La Palabra (versión española) (BLP)
¿Acaso es justo que una persona defraude al Señor como vosotros me estáis defraudando? De nuevo replicáis: «¿En qué te hemos defraudado?». ¡En los diezmos y en las ofrendas! Por eso estáis amenazados de maldición, porque todos vosotros, la nación entera, no cesáis de defraudarme. Traed los diezmos íntegros a los almacenes del Templo para que no falten víveres en él; ponedme a prueba procediendo así —dice el Señor del universo— y veréis cómo abro las ventanas del cielo para derramar sobre vosotros bendiciones a raudales. Alejaré de vosotros la plaga voraz para que no destruya el fruto de vuestra tierra ni malogre el viñedo de vuestros campos —dice el Señor del universo—.
MALAQUÍAS 3:8-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y aún preguntáis: «¿En qué te hemos robado?». En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al granero y haya alimento en mi Casa: Probadme ahora en esto, dice el Señor de los ejércitos, a ver si no os abro las ventanas de los cielos y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice el Señor de los ejércitos.
MALAQUÍAS 3:8-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Y yo pregunto: ¿Acaso un hombre puede defraudar a Dios? ¡Pues vosotros me habéis defraudado! Y todavía preguntáis: ‘¿En qué te hemos defraudado?’ ¡En los diezmos y en las ofrendas me habéis defraudado! Sí, toda la nación, todos vosotros, me estáis defraudando, y por eso voy a maldeciros. Yo, el Señor todopoderoso, os digo: Traed vuestro diezmo al tesoro del templo y así habrá alimentos en mi casa. Ponedme en eso a prueba, a ver si no os abro las ventanas del cielo para vaciar sobre vosotros la más rica bendición. No dejaré que las plagas destruyan vuestras cosechas y vuestros viñedos.
MALAQUÍAS 3:8-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»¿Acaso roba el hombre a Dios? ¡Vosotros me estáis robando! »Y todavía preguntáis: “¿En qué te robamos?” »En los diezmos y en las ofrendas. Vosotros —la nación entera— estáis bajo gran maldición, pues es a mí a quien estáis robando. »Traed íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Probadme en esto —dice el SEÑOR Todopoderoso—, y ved si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Exterminaré a la langosta, para que no arruine vuestros cultivos y las vides en los campos no pierdan su fruto —dice el SEÑOR Todopoderoso—.