MATEO 15:25-28
MATEO 15:25-28 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces ella vino y se arrodilló delante de él y le dijo: —¡Señor, socórreme! Él contestó: —No está bien tomar el pan de los hijos y echarselo a los perrillos. Ella: —Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondió Jesús: —¡Mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.
MATEO 15:25-28 La Palabra (versión española) (BLP)
Pero la mujer, poniéndose de rodillas delante de Jesús, le suplicó: —¡Señor, ayúdame! Él le contestó: —No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perros. Ella dijo: —Es cierto, Señor; pero también los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces Jesús le respondió: —¡Grande es tu fe, mujer! ¡Que se haga lo que deseas! Y su hija quedó curada en aquel mismo instante.
MATEO 15:25-28 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pero la mujer fue a arrodillarse delante de él y le pidió: –¡Señor, ayúdame! Él le contestó: –No está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros. –Sí, Señor –dijo ella–, pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces le dijo Jesús: –¡Mujer, qué grande es tu fe! Hágase como quieres. Desde aquel mismo momento, su hija quedó sanada.
MATEO 15:25-28 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
La mujer se acercó y, arrodillándose delante de él, le suplicó: ―¡Señor, ayúdame! Él le respondió: ―No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros. ―Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. ―¡Mujer, qué grande es tu fe! —contestó Jesús—. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese mismo momento quedó sana su hija.