MATEO 25:6-10
MATEO 25:6-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
A la medianoche se oyó un clamor: «¡Aquí viene el novio, salid a recibirle!». Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Las descuidadas dijeron a las previsoras: «Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan». Las previsoras respondieron: «Para que no nos falte ni a nosotras ni a vosotras, mejor será que vayáis a la tienda a comprároslo». Pero mientras ellas fueron a comprarlo, llegó el novio y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas, y se cerró la puerta.
MATEO 25:6-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando a eso de la medianoche se oyó gritar: «¡Ya viene el novio! ¡Salid a recibirlo!», las diez muchachas se despertaron y comenzaron a preparar sus lámparas. Las descuidadas, dirigiéndose a las previsoras, les dijeron: «Nuestras lámparas se están apagando. Dadnos un poco de vuestro aceite». Las previsoras les contestaron: «No podemos, porque entonces tampoco nosotras tendríamos bastante. Mejor es que acudáis a quienes lo venden y lo compréis». Pero mientras estaban comprándolo, llegó el novio, y las que lo tenían todo a punto entraron con él a la fiesta nupcial, y luego la puerta se cerró.
MATEO 25:6-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cerca de medianoche se oyó gritar: ‘¡Ya viene el novio! ¡Salid a recibirle!’ Entonces todas las muchachas se levantaron y comenzaron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dadnos un poco de vuestro aceite, porque nuestras lámparas van a apagarse.’ Pero las muchachas previsoras contestaron: ‘No, porque entonces no alcanzará para nosotras ni para vosotras. Más vale que vayáis a donde lo venden y compréis para vosotras mismas.’ Pero mientras las cinco muchachas iban a comprar el aceite, llegó el novio; y las que habían sido previsoras entraron con él a la fiesta de la boda, y se cerró la puerta.
MATEO 25:6-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
A medianoche se oyó un grito: “¡Ahí viene el novio! ¡Salid a recibirlo!” Entonces todas las jóvenes se despertaron y se pusieron a preparar sus lámparas. Las insensatas dijeron a las prudentes: “Dadnos un poco de vuestro aceite porque nuestras lámparas se están apagando”. “No —respondieron estas—, porque así no va a haber suficiente ni para nosotras ni para vosotras. Es mejor que vayáis a los que venden aceite, y compréis para vosotras mismas”. Pero mientras iban a comprar el aceite llegó el novio, y las jóvenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la puerta.