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MATEO 28:8-20

MATEO 28:8-20 Reina Valera 2020 (RV2020)

Las mujeres salieron del sepulcro asustadas pero al mismo tiempo llenas de alegría, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. Y cuando iban a comunicar la noticia, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Entonces ellas se acercaron, abrazaron sus pies y lo adoraron. Jesús continuó diciendo: —No temáis. Id a llevar la noticia a mis hermanos para que vayan a Galilea. Allí me verán. Mientras las mujeres iban caminando, sucedió que unos soldados de la guardia fueron a la ciudad y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. Estos se reunieron con los ancianos y acordaron sobornar a los soldados dándoles una gran suma de dinero para que dijeran que los discípulos de Jesús habían robado el cuerpo durante la noche, mientras la guardia dormía. Si esto llega a oídos del gobernador, nosotros le convenceremos y no tendréis ningún problema. Ellos tomaron el dinero y actuaron como se les había indicado. Esta versión de los hechos se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy. Los once discípulos fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Cuando lo vieron, lo adoraron, aunque algunos dudaban. Jesús se acercó y les dijo: —Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñadles a guardar todas las cosas que os he mandado. Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

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MATEO 28:8-20 La Palabra (versión española) (BLP)

Las mujeres se alejaron rápidamente del sepulcro y, asustadas pero al mismo tiempo llenas de alegría, corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y las saludó; ellas abrazaron sus pies y lo adoraron. Jesús entonces les dijo: —No tengáis miedo. Id a llevar la noticia a mis hermanos. Decidles que se dirijan a Galilea; allí podrán verme. Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la guardia se fueron a la ciudad y comunicaron a los jefes de los sacerdotes lo que había sucedido. Estos se reunieron con los ancianos del pueblo, y entre todos acordaron sobornar a los soldados para que dijeran que los discípulos de Jesús habían robado el cuerpo durante la noche, mientras la guardia dormía. Aseguraron además a los soldados que los librarían de toda responsabilidad si el asunto llegaba a oídos del gobernador. Los soldados tomaron el dinero e hicieron como se les había indicado. Y esta es la versión de lo sucedido que siguen dando los judíos hasta el día de hoy. Los once discípulos fueron, pues, a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Allí encontraron a Jesús y le adoraron, pero algunos dudaron. Jesús se acercó y les dijo: —Dios me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a los habitantes de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

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MATEO 28:8-20 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero, a la vez, con mucha alegría, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En esto, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas, acercándose a Jesús, le abrazaron los pies y le adoraron. Él les dijo: –No tengáis miedo. Id a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y que allí me verán. Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la guardia llegaron a la ciudad y contaron a los jefes de los sacerdotes todo lo que había sucedido. Estos jefes se reunieron con los ancianos para, de común acuerdo, dar mucho dinero a los soldados y advertirles: –Decid que durante la noche, mientras dormíais, los discípulos de Jesús vinieron y robaron el cuerpo. Y si el gobernador se entera de esto, nosotros le convenceremos y os evitaremos dificultades. Los soldados tomaron el dinero e hicieron como se les había dicho. Y esa es la explicación que hasta el día de hoy circula entre los judíos. Así pues, los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al ver a Jesús, le adoraron, aunque algunos dudaban. Jesús se acercó a ellos y les dijo: –Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced mis discípulos a todos los habitantes del mundo; bautizadlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y enseñadles a cumplir todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

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MATEO 28:8-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Así que las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero muy alegres, y corrieron a dar la noticia a los discípulos. En eso Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se acercaron, abrazaron sus pies y lo adoraron. ―No tengáis miedo —les dijo Jesús—. Id a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y allí me verán. Mientras las mujeres iban de camino, algunos de los guardias entraron en la ciudad e informaron a los jefes de los sacerdotes de todo lo que había sucedido. Después de reunirse estos jefes con los ancianos y de trazar un plan, les dieron a los soldados una fuerte suma de dinero y les encargaron: «Decid que los discípulos de Jesús vinieron por la noche y que, mientras dormíais, robaron el cuerpo. Y, si el gobernador llega a enterarse de esto, nosotros responderemos por vosotros y os evitaremos cualquier problema». Así que los soldados tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido. Esta es la versión de los sucesos que hasta el día de hoy ha circulado entre los judíos. Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña que Jesús les había indicado. Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban. Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: ―Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado. Y os aseguro que estaré con vosotros siempre, hasta el fin del mundo.

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