MIQUEAS 2:3-5
MIQUEAS 2:3-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Por tanto, así ha dicho el Señor: Yo planeo contra esta gente un mal del cual no libraréis el cuello, ni andaréis erguidos, porque el tiempo será malo. En aquel tiempo se os dedicará un refrán, y se os entonará una lamentación: «Del todo fuimos destruidos; él ha cambiado la heredad de mi pueblo. ¡Cómo nos quitó nuestros campos! ¡Los dio y los repartió a otros!». Por tanto, no habrá quien reparta heredades a suerte en la congregación del Señor.
MIQUEAS 2:3-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Por eso, así dice el Señor: Yo planeo contra esta gente un mal del que no podréis hurtar el cuello ni tampoco caminar altaneros, pues serán tiempos de tragedia. Ese día os dedicarán una copla y os entonarán una elegía que diga: «Nos han arruinado del todo, han vendido mi herencia familiar; se nos arrebatan los campos y se reparten entre los invasores». Así que no tendrás a nadie que, en la asamblea del Señor, eche a suertes los lotes de la tierra.
MIQUEAS 2:3-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Por eso dice el Señor: “Yo también tengo planes contra vosotros. Voy a enviaros una desgracia de la que no podréis librar el cuello, y ya no podréis caminar orgullosamente porque serán tiempos de desastre. Aquel día os cantarán canciones en son de lamento. Os dirán: ‘Hemos sido completamente destruidos; nuestro pueblo, propiedad del Señor, ha cambiado de dueño sin que nadie lo impida; nuestros campos han sido repartidos entre nuestros conquistadores.’ ” Por eso no tendréis parte en el pueblo del Señor.
MIQUEAS 2:3-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Por tanto, así dice el SEÑOR: «Ahora soy yo el que piensa traer sobre ellos una desgracia, de la que no podrán escapar. Ya no andarán erguidos, porque ha llegado la hora de su desgracia. En aquel día se les hará burla, y se les cantará este lamento: “¡Estamos perdidos! Se están repartiendo los campos de mi pueblo. ¡Cómo me los arrebatan! Nuestra tierra se la reparten los traidores”». Por eso no tendrán en la asamblea del SEÑOR a nadie que reparta la tierra.