NEHEMÍAS 2:1-6
NEHEMÍAS 2:1-6 Reina Valera 2020 (RV2020)
Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que cuando estaba ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: —¿Por qué está triste tu rostro?, pues no estás enfermo. Solo puede ser porque tienes el corazón afligido. Entonces tuve un gran temor. Y dije al rey: —¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego? —¿Qué pides? —preguntó el rey. Entonces oré al Dios de los cielos, y respondí: —Si le place al rey, y tu siervo se ha ganado tu confianza, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré. Entonces el rey, que tenía a la reina sentada junto a él, me preguntó: —¿Cuánto durará tu viaje y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo le indiqué las fechas.
NEHEMÍAS 2:1-6 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Un día, en el mes de nisán del año veinte del reinado de Artajerjes, al ofrecerle vino al rey, como él nunca antes me había visto triste, me preguntó: ―¿Por qué estás triste? No me parece que estés enfermo, así que debe de haber algo que te está causando dolor. Yo sentí mucho miedo y le respondí: ―¡Que viva el rey para siempre! ¿Cómo no he de estar triste, si la ciudad donde están los sepulcros de mis padres se halla en ruinas, con sus puertas consumidas por el fuego? ―¿Qué quieres que haga? —replicó el rey. Encomendándome al Dios del cielo, le respondí: ―Si al rey le parece bien, y si este tu siervo es digno de tu favor, te ruego que me envíes a Judá para reedificar la ciudad donde están los sepulcros de mis padres. ―¿Cuánto durará tu viaje? ¿Cuándo regresarás? —me preguntó el rey, que tenía a la reina sentada a su lado. En cuanto le propuse un plazo, el rey aceptó enviarme.
NEHEMÍAS 2:1-6 La Palabra (versión española) (BLP)
Corría el mes de Nisán del año vigésimo del rey Artajerjes, y estaba yo con el vino a punto delante del rey; lo levanté y se lo serví. Como nunca antes había estado triste en su presencia, el rey me preguntó: —Si no estás enfermo, ¿por qué está triste tu semblante? Solo puede ser porque tienes el corazón afligido. Me asusté mucho y contesté al rey: —¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no voy a estar triste si la ciudad donde se hallan los sepulcros de mis antepasados está desolada y sus puertas devoradas por el fuego? —¿Qué necesitas? —me preguntó el rey. Entonces yo me encomendé al Rey de los cielos y contesté al rey: —Si le parece correcto a su majestad y aprecia a este su siervo, envíeme a Judá, a la ciudad donde están los sepulcros de mis antepasados, y la reedificaré. El rey, a cuyo lado estaba sentada la reina, me preguntó: —¿Cuánto durará tu viaje y cuándo vas a regresar? Le propuse un plazo que le pareció bien y me dejó partir.
NEHEMÍAS 2:1-6 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Un día del mes de Nisán, en el año veinte de su reinado, mientras le servía vino, el rey me vio tan triste que me preguntó: –Te veo muy triste. ¿Qué te pasa? No pareces estar enfermo, así que has de tener algún problema. En aquel momento sentí un gran temor, y le dije al rey: –¡Viva siempre Su Majestad! ¿Cómo no he de verme triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis padres se halla en ruinas y sus puertas han sido quemadas? –¿Qué puedo hacer por ti? –preguntó el rey. Entonces, encomendándome al Dios del cielo, respondí al rey: –Si a Su Majestad le parece bien, y si he alcanzado su favor, pido a Su Majestad que me envíe a Judá, a la ciudad donde están enterrados mis padres, para que yo la reconstruya. El rey, a cuyo lado estaba sentada la reina, me contestó: –¿Cuánto tiempo durará tu viaje? ¿Cuándo volverás? Yo le indiqué la fecha, y él aceptó dejarme ir.