NEHEMÍAS 5:1-7
NEHEMÍAS 5:1-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos. Había quien decía: —Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos pedido prestado grano para comer y vivir. Y había quienes decían: —Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre. Otros decían: —Hemos tomado prestado dinero sobre nuestras tierras y viñas para el tributo del rey. Ahora bien, nosotros y nuestros hermanos somos de una misma carne, y nuestros hijos son como sus hijos; sin embargo, nosotros tuvimos que entregar nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas son ya esclavas, y no podemos rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros. Cuando oí su clamor y estas palabras, me enojé mucho. Después de meditarlo bien, reprendí a los nobles y a los oficiales. Y les dije: —¿Exigís interés a vuestros hermanos? Además, convoqué contra ellos una gran asamblea
NEHEMÍAS 5:1-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Se levantó entonces un gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus compatriotas judíos. Había quienes decían: —Nosotros, nuestros hijos e hijas somos muchos. Que se nos proporcione cereal para que podamos comer y vivir. Otros se quejaban: —Hemos tenido que empeñar nuestros campos, viñas y casas para obtener cereal y combatir el hambre. Y otros se lamentaban: —Hemos tenido que pedir préstamos a causa del tributo real sobre nuestros campos y viñas. Somos de la misma raza que nuestros otros compatriotas y nuestros hijos son como los suyos; sin embargo, tenemos que someterlos a servidumbre. Algunas de nuestras hijas se han convertido en esclavas y no hemos podido impedirlo porque nuestros campos y viñas son de otros. Al oír estas quejas y estos razonamientos me indigné sobremanera y, después de reflexionar, recriminé a los nobles y a las autoridades diciéndoles: —¿Cómo es que exigís interés a vuestros hermanos? A renglón seguido convoqué contra ellos una gran asamblea
NEHEMÍAS 5:1-7 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Hubo en aquel tiempo una gran protesta de parte del pueblo y de sus mujeres contra sus compatriotas judíos, pues unos decían que tenían muchos hijos e hijas y necesitaban conseguir trigo para no morirse de hambre; otros decían que por la falta de alimentos habían tenido que hipotecar sus terrenos, viñedos y casas, y otros decían que habían tenido que pedir dinero prestado para pagar los impuestos al rey, dando en garantía sus terrenos y viñas. Decían también: “Tanto nuestros compatriotas como nosotros somos de la misma raza; nuestros hijos no se diferencian en nada de los suyos y, sin embargo, nosotros tenemos que someter a nuestros hijos e hijas a la esclavitud. De hecho, algunas de nuestras hijas ya son esclavas, y no podemos hacer nada por evitarlo porque nuestros terrenos y viñedos pertenecen ya a otros.” Cuando escuché sus quejas y razones me llené de indignación. Después de pensarlo bien, reprendí a los nobles y gobernantes por imponer una carga tal a sus compatriotas. Convoqué además una asamblea general para tratar su caso
NEHEMÍAS 5:1-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Los hombres y las mujeres del pueblo protestaron enérgicamente contra sus hermanos judíos, pues había quienes decían: «Si contamos a nuestros hijos y a nuestras hijas, ya somos muchos. Necesitamos conseguir trigo para subsistir». Otros se quejaban: «Por conseguir trigo para no morirnos de hambre, hemos hipotecado nuestros campos, viñedos y casas». Había también quienes se quejaban: «Tuvimos que empeñar nuestros campos y viñedos para conseguir dinero prestado y así pagar el tributo al rey. Y, aunque nosotros y nuestros hermanos somos de la misma sangre, y nuestros hijos y los suyos son iguales, a nosotros nos ha tocado vender a nuestros hijos e hijas como esclavos. De hecho, hay hijas nuestras sirviendo como esclavas, y no podemos rescatarlas, puesto que nuestros campos y viñedos están en poder de otros». Cuando oí sus palabras de protesta, me enojé muchísimo. Y, después de reflexionar, reprendí a los nobles y gobernantes: ―¡Es inconcebible que vuestros propios hermanos os exijan el pago de intereses! Convoqué además una gran asamblea contra ellos