NEHEMÍAS 6:3-9
NEHEMÍAS 6:3-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces, envié mensajeros para decirles: —Estoy ocupado en una gran obra y no puedo ir; porque cesaría la obra si yo la abandonara para ir a vosotros. Cuatro veces me enviaron mensajes sobre el mismo asunto, y yo les respondí de la misma manera. Entonces, Sanbalat me envió a su criado para decir lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en su mano, en la cual estaba escrito: —Se ha oído entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros y que por eso edificas tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú su rey; y que has puesto profetas que, al referirse a ti, proclamen en Jerusalén: «¡Hay rey en Judá!». Estas palabras van a llegar a los oídos del rey; ven, por tanto, y aclaremos este asunto. Entonces, envié yo a decirle: —Nada de lo que dices es cierto, sino que son invenciones de tu corazón. Porque todos ellos nos amedrentaban, y decían: «Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada». «¡Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos!».
NEHEMÍAS 6:3-9 La Palabra (versión española) (BLP)
por lo que les envié mensajeros con esta respuesta: —La obra que tengo entre manos es de gran envergadura y no puedo bajar. ¿Por qué he de interrumpir la obra y abandonarla para ir a entrevistarme con vosotros? Cuatro veces me vinieron con este mensaje y siempre respondí lo mismo. Sambalat, por quinta vez, envió a su criado con una carta abierta, que decía: —Corre por ahí la voz —y Gasmú lo confirma— que tú y los judíos pensáis rebelaros y que esa es la razón por la que estáis reconstruyendo la muralla. Comentan incluso que pretendes ser su rey para lo que has designado profetas que, refiriéndose a ti, proclamen en Jerusalén: «¡Judá tiene ya rey!». Antes de que lleguen al rey estos rumores, ven y dialoguemos. Contesté a Sambalat: —Nada de lo que dices es verdad; son simples invenciones tuyas. Lo que pretendían era atemorizarnos pensando: «Terminarán por desanimarse y no acabarán la obra». Así que hazme poner más empeño.
NEHEMÍAS 6:3-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entonces envié mensajeros a decirles que yo estaba ocupado en una obra importante, y que no podía ir porque el trabajo se detendría si yo lo dejaba por ir a verlos. Cuatro veces me enviaron el mismo mensaje, pero mi respuesta fue siempre la misma. Entonces Sambalat, por medio de un criado suyo, me envió por quinta vez el mismo mensaje en una carta abierta, que decía: “Corre el rumor entre la gente, y también lo dice Guésem, de que tú y los judíos estáis planeando una rebelión, y que por eso estáis reconstruyendo la muralla. Según esos rumores, tú vas a ser su rey y has nombrado profetas para que te proclamen rey en Jerusalén y digan que ya hay rey en Judá. Estos rumores bien pueden llegar a oídos del rey Artajerjes, así que ven y conversaremos personalmente.” Entonces le envié mi contestación, diciéndole que no había nada de cierto en aquellos rumores, sino que eran producto de su imaginación. Pues ellos trataban de asustarnos, pensando que nos desanimaríamos y que no llevaríamos a cabo la obra; pero yo puse aún mayor empeño.
NEHEMÍAS 6:3-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Así que envié unos mensajeros a decirles: «Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir. Si bajara yo a reunirme con vosotros, la obra se vería interrumpida». Cuatro veces me enviaron este mensaje, y otras tantas les respondí lo mismo. La quinta vez Sambalat me envió, por medio de uno de sus siervos, el mismo mensaje en una carta abierta, que a la letra decía: «Corre el rumor entre la gente —y Guesén lo asegura— de que tú y los judíos estáis construyendo la muralla porque tenéis planes de rebelaros. Según tal rumor, tú pretendes ser su rey, y has nombrado profetas para que te proclamen rey en Jerusalén y se declare: “¡Tenemos rey en Judá!” Por eso, ven y hablemos de este asunto, antes de que todo esto llegue a oídos del rey». Yo envié a decirle: «Nada de lo que dices es cierto. Todo esto es pura invención tuya». En realidad, lo que pretendían era asustarnos. Pensaban desanimarnos, para que no termináramos la obra.