NÚMEROS 11:10-17
NÚMEROS 11:10-17 Reina Valera 2020 (RV2020)
Moisés oyó al pueblo que lloraba, cada uno con su familia a la entrada de su tienda. La ira del Señor se encendió mucho, y también le pareció mal a Moisés, quien dijo al Señor: —¿Por qué has hecho este mal a tu siervo? ¿Y por qué no he hallado gracia a tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: «Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra que juraste dar a sus padres?». ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque vienen a mí, lloran y me dicen: «Danos carne para comer». No puedo yo solo soportar a todo este pueblo: es una carga demasiado pesada para mí. Y si así vas a hacer tú conmigo, te ruego que me des muerte, si he hallado gracia a tus ojos, para que yo no vea mi mal. Entonces el Señor dijo a Moisés: —Reúneme a setenta hombres de entre los ancianos de Israel, de los que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales, tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y que esperen allí contigo. Yo descenderé y hablaré allí contigo; tomaré del espíritu que está en ti y lo pondré en ellos, para que lleven contigo la carga del pueblo y no la lleves tú solo.
NÚMEROS 11:10-17 La Palabra (versión española) (BLP)
Moisés oyó como los componentes de las distintas familias del pueblo se lamentaban, cada uno a la puerta de su tienda. Esto provocó el estallido de la cólera del Señor, cosa que disgustó mucho a Moisés hasta el punto de decir al Señor: —¿Por qué tratas tan mal a tu siervo? ¿Por qué me has retirado tu favor y has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Acaso engendré yo a este pueblo o lo di a luz para que me digas: «Llévalo en tu regazo —como hace la nodriza con el niño de pecho— a la tierra que prometiste con juramento a sus antepasados»? Porque ¿dónde conseguiré carne para dar de comer a todo este pueblo? Y es que vienen a mí con lamentos y me exigen: «¡Danos carne para comer!». Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, porque es demasiado pesado para mí. Si me vas a tratar así, prefiero que me mates; pero si aún gozo de tu favor, te ruego que no prolongues mi desventura. El Señor contestó a Moisés: —Reúneme setenta hombres de los principales de Israel, de los que tengas constancia que son líderes y maestros del pueblo; tráelos a la entrada de la Tienda del encuentro y ponlos junto a ti. Yo descenderé y hablaré allí contigo; tomaré parte del espíritu que hay en ti y se lo infundiré a ellos; así compartirán contigo la carga del pueblo y no tendrás que llevarla tú solo.
NÚMEROS 11:10-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Moisés oyó que los israelitas y sus familiares lloraban a la entrada de sus tiendas. El Señor estaba lleno de ira. Y Moisés también se disgustó, y dijo al Señor: –¿Por qué me tratas mal a mí, que soy tu siervo? ¿Qué tienes contra mí, que me has hecho cargar con este pueblo? ¿Acaso soy yo su padre o su madre para que me pidas que los lleve en brazos, como a niños de pecho, hasta el país que prometiste a sus antepasados? ¿De dónde voy a sacar carne para dar de comer a toda esta gente? Vienen llorando a decirme: ‘Danos carne para comer.’ Yo solo no puedo seguir encargándome de llevar a todo este pueblo; es una carga demasiado pesada para mí. Si vas a seguir tratándome así, mejor será que me quites la vida, si es que de veras me estimas. Así no tendré que verme en tantas dificultades. Pero el Señor le contestó: –Reúneme a setenta ancianos israelitas, de los que sepas que tienen autoridad entre el pueblo, y tráelos a la tienda del encuentro, y que esperen allí contigo. Yo bajaré y hablaré allí contigo, y tomaré una parte del espíritu que tú tienes y se la daré a ellos para que te ayuden a sobrellevar a este pueblo. Así no estarás solo.
NÚMEROS 11:10-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Moisés escuchó que las familias del pueblo lloraban, cada una a la entrada de su tienda, con lo cual hacían que la ira del SEÑOR se encendiera en extremo. Entonces, muy disgustado, Moisés oró al SEÑOR: ―Si yo soy tu siervo, ¿por qué me perjudicas? ¿Por qué me niegas tu favor y me obligas a cargar con todo este pueblo? ¿Acaso yo lo concebí, o lo di a luz, para que me exijas que lo lleve en mi regazo, como si fuera su nodriza, y lo lleve hasta la tierra que les prometiste a sus antepasados? Todo este pueblo viene llorando a pedirme carne. ¿De dónde voy a sacarla? Yo solo no puedo con todo este pueblo. ¡Es una carga demasiado pesada para mí! Si este es el trato que vas a darme, ¡me harás un favor si me quitas la vida! ¡Así me veré libre de mi desgracia! SEÑOR El SEÑOR le respondió a Moisés: ―Tráeme a setenta ancianos de Israel, y asegúrate de que sean ancianos y gobernantes del pueblo. Llévalos a la Tienda de reunión, y haz que esperen allí contigo. Yo descenderé para hablar contigo, y compartiré con ellos el Espíritu que está sobre ti, para que te ayuden a llevar la carga que te significa este pueblo. Así no tendrás que llevarla tú solo.