NÚMEROS 27:12-17
NÚMEROS 27:12-17 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor dijo a Moisés: —Asciende a la cumbre del Abarín y contempla la tierra que he dado a los israelitas. Cuando la hayas contemplado, también tú te reunirás con los tuyos, lo mismo que tu hermano Aarón, pues cuando la comunidad se rebeló en el desierto de Sin, desobedecisteis mi mandato y no pusisteis de manifiesto ante los israelitas mi santidad por medio del agua; hablo de las aguas de Meribá de Cadés en el desierto de Sin. Moisés respondió al Señor y le dijo: —Que el Señor, origen de toda vida ponga alguien al frente de la comunidad para que la presida y la guíe, de manera que la comunidad del Señor no sea como un rebaño de ovejas que no tienen pastor.
NÚMEROS 27:12-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor dijo a Moisés: –Sube a este monte de Abarim y mira la tierra que he dado a los israelitas. Después que la hayas visto, morirás y te reunirás con tus antepasados, como tu hermano Aarón, ya que los dos desobedecisteis mis órdenes en el desierto de Sin cuando el pueblo me vino con reclamaciones, y no me honrasteis delante de ellos cuando pidieron agua. (Esto se refiere al manantial de Meribá, en Cadés, en el desierto de Sin.) Moisés dijo al Señor: –Dios y Señor, tú que das la vida a todos los hombres, nombra un jefe que se ponga al frente de tu pueblo y lo guíe por todas partes, para que no ande como rebaño sin pastor.
NÚMEROS 27:12-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El SEÑOR le dijo a Moisés: ―Sube al monte Abarín y contempla desde allí la tierra que les he dado a los israelitas. Después de que la hayas contemplado, partirás de este mundo para reunirte con tus antepasados, como tu hermano Aarón. En el desierto de Zin, cuando la comunidad se puso a reclamar, vosotros dos me desobedecisteis, pues al sacar agua de la roca no reconocisteis ante el pueblo mi santidad. Esas aguas de Meribá están en Cades, en el desierto de Zin. Moisés le respondió al SEÑOR: ―Dígnate, SEÑOR, Dios de toda la humanidad, nombrar un jefe sobre esta comunidad, uno que los dirija en sus campañas, que los lleve a la guerra y los traiga de vuelta a casa. Así el pueblo del SEÑOR no se quedará como rebaño sin pastor.