NÚMEROS 7:1-29
NÚMEROS 7:1-29 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando Moisés acabó de instalar la Morada, la ungió y la consagró junto con todos sus utensilios; asimismo ungió y consagró el altar y todos sus utensilios. Una vez que hubo ungido y consagrado todo, los principales de Israel, es decir, los jefes de las casas patriarcales y los jefes de las tribus que habían presidido el censo, se acercaron y trajeron sus ofrendas delante del Señor: seis carros cubiertos y doce bueyes; un carro por cada dos jefes y un buey por cada jefe. Cuando los presentaron ante la Morada, el Señor se dirigió a Moisés y le dijo: —Acéptalos de su parte para el servicio de la Tienda del encuentro y dáselos a los levitas, a cada uno conforme a las tareas que debe desarrollar. Entonces Moisés tomó los carros y los bueyes, y se los dio a los levitas. A los guersonitas les dio dos carros y cuatro bueyes conforme a las tareas que debían desempeñar; a los meraritas dio cuatro carros y ocho bueyes conforme a las tareas que debían desempeñar bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. Pero a los queatitas no les dio nada, porque los objetos sagrados que tenían a su cargo debían transportarlos a hombros. Los jefes también trajeron ofrendas para la consagración y dedicación del altar. Mientras los jefes ofrecían sus ofrendas ante el altar, el Señor dijo a Moisés: —Que cada día un jefe presente su ofrenda para la dedicación del altar. El que presentó su ofrenda el primer día fue Naasón, hijo de Aminadab, de la tribu de Judá. Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; un macho cabrío para ofrenda de purificación; y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Naasón, hijo de Aminadab. El segundo día presentó su ofrenda Natanael, hijo de Zuar, jefe de Isacar. Presentó como ofrenda un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; un macho cabrío como ofrenda de purificación; y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Natanael, hijo de Zuar. El tercer día fue el turno de Eliab, hijo de Jelón, jefe de los descendientes de Zabulón. Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; un macho cabrío como ofrenda de purificación; y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliab, hijo de Jelón.
NÚMEROS 7:1-29 Reina Valera 2020 (RV2020)
Aconteció que cuando Moisés acabó de levantar el tabernáculo, lo ungió y lo santificó junto con todos sus utensilios. Asimismo, ungió y santificó el altar y todos sus utensilios. Entonces los príncipes de Israel, los jefes de las casas de sus padres, los cuales eran los príncipes de las tribus que estaban sobre los registrados en el censo, se acercaron y trajeron sus ofrendas delante del Señor: seis carros cubiertos y doce bueyes; por cada dos príncipes un carro, y por cada uno un buey, y los ofrecieron delante del tabernáculo. El Señor dijo a Moisés: —Recíbelos de ellos: serán para el servicio del tabernáculo de reunión. Los darás a los levitas, a cada uno según su ministerio. Entonces Moisés recibió los carros y los bueyes, y los dio a los levitas. A los hijos de Gersón dio dos carros y cuatro bueyes, conforme a su ministerio, y a los hijos de Merari dio cuatro carros y ocho bueyes, conforme a su ministerio, bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. Pero a los hijos de Coat no les dio, porque tenían que llevar sobre sus hombros los objetos más santos. Los príncipes presentaron las ofrendas para la dedicación del altar el día en que fue ungido. Hicieron los príncipes su ofrenda delante del altar. Y el Señor dijo a Moisés: —Presentarán su ofrenda, un príncipe un día y otro príncipe otro día, para la dedicación del altar. El que presentó su ofrenda el primer día fue Naasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá. Su ofrenda fue un plato de plata que, conforme al peso oficial del santuario, pesaba un kilo y medio, y un jarro de plata de tres cuartos de kilo, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; una cuchara de oro de cien gramos, llena de incienso; un becerro, un carnero, un cordero de un año para el holocausto; un macho cabrío para la expiación; y para la ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Naasón hijo de Aminadab. El segundo día presentó su ofrenda Natanael hijo de Zuar, príncipe de Isacar. Presentó como su ofrenda un plato de plata que, según el peso oficial del santuario, pesaba un kilo y medio, y un jarro de plata de tres cuartos de kilo, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; una cuchara de oro de cien gramos, llena de incienso; un becerro, un carnero, un cordero de un año para el holocausto; un macho cabrío para la expiación; y para la ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Natanael hijo de Zuar. El tercer día, Eliab hijo de Helón, príncipe de los hijos de Zabulón, presentó su ofrenda: un plato de plata que, según el peso oficial del santuario, pesaba un kilo y medio, y un jarro de plata de tres cuartos de kilo, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; una cuchara de oro de cien gramos, llena de incienso; un becerro, un carnero, un cordero de un año para el holocausto; un macho cabrío para la expiación; y para la ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliab hijo de Helón.
NÚMEROS 7:1-29 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El día en que Moisés terminó de construir el santuario, lo consagró con aceite, junto con todos los utensilios del santuario y del altar. Luego los jefes de las tribus, los que habían ayudado a hacer el censo, fueron y presentaron al Señor como ofrenda seis carretas cubiertas y doce bueyes, es decir, una carreta por cada dos jefes y un buey por cada uno. Todo esto lo pusieron delante del santuario. Entonces el Señor dijo a Moisés: “Recibe de ellos las carretas y los bueyes, y dáselos a los levitas para que los usen en los trabajos relacionados con la tienda del encuentro, según el trabajo que cada uno deba realizar.” Moisés recibió las carretas y los bueyes, y los repartió entre los levitas. A los descendientes de Guersón les dio dos carretas y cuatro bueyes, que era lo que necesitaban para sus trabajos. A los descendientes de Merarí les dio cuatro carretas y ocho bueyes, que era lo que necesitaban para realizar su trabajo bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. En cambio, a los descendientes de Quehat no les dio carretas ni bueyes, porque las cosas sagradas que ellos tenían que transportar debían llevarlas a hombros. Cuando se consagró el altar, los jefes de las tribus llevaron sus ofrendas y las pusieron delante del altar. Entonces el Señor dijo a Moisés: “Cada día será un jefe de tribu distinto el que lleve su ofrenda para la consagración del altar.” El primer día llevó su ofrenda Nahasón, hijo de Aminadab, de la tribu de Judá. Su ofrenda consistía en una bandeja de plata que pesaba mil cuatrocientos treinta gramos y un tazón de plata que pesaba setecientos setenta gramos (según el peso oficial del santuario), ambos llenos de la mejor harina, amasada con aceite, para la ofrenda de cereales; además, un cucharón de oro que pesaba ciento diez gramos, lleno de incienso, un becerro, un carnero, un cordero de un año para ofrecerlo como holocausto, un chivo para el sacrificio por el pecado, y por último, para el sacrificio de reconciliación, dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Nahasón, hijo de Aminadab. El segundo día llevó su ofrenda Natanael, hijo de Suar, jefe de la tribu de Isacar, y ofrendó lo mismo que Nahasón. El tercer día llevó su ofrenda Eliab, hijo de Helón, jefe de la tribu de Zabulón, y ofrendó lo mismo que los anteriores.
NÚMEROS 7:1-29 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando Moisés terminó de levantar el santuario, lo consagró ungiéndolo junto con todos sus utensilios. También ungió y consagró el altar y sus utensilios. Entonces los jefes de Israel, es decir, los jefes de las familias patriarcales y de las tribus, que habían presidido el censo, hicieron una ofrenda y la llevaron al santuario para presentarla ante el SEÑOR. La ofrenda consistía en una carreta por cada dos jefes, y un buey por cada uno de ellos; eran, en total, seis carretas cubiertas y doce bueyes. El SEÑOR le dijo a Moisés: «Recibe estas ofrendas que te entregan, para que sean usadas en el ministerio de la Tienda de reunión. Tú se las entregarás a los levitas, según lo requiera el trabajo de cada uno». Moisés recibió las carretas y los bueyes, y se los entregó a los levitas. A los guersonitas les dio dos carretas y cuatro bueyes, como requería su ministerio. A los meraritas les dio cuatro carretas y ocho bueyes, como requería su ministerio. Todos ellos estaban bajo las órdenes de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. A los coatitas no les dio nada, porque la responsabilidad de ellos era llevar las cosas sagradas sobre sus propios hombros. Cuando el altar fue consagrado, los jefes llevaron una ofrenda de dedicación y la presentaron ante el altar, porque el SEÑOR le había dicho a Moisés: «Para presentar su ofrenda de dedicación del altar, cada jefe tendrá su propio día». El primer día le tocó presentar su ofrenda a Naasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá. Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos. También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso. Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año. Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío. Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Naasón hijo de Aminadab. El segundo día le tocó presentar su ofrenda a Natanael hijo de Zuar, jefe de la tribu de Isacar. Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos. También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso. Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año. Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío. Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Natanael hijo de Zuar. El tercer día le tocó presentar su ofrenda a Eliab hijo de Helón, jefe de la tribu de Zabulón. Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos. También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso. Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año. Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío. Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliab hijo de Helón.