FILIPENSES 1:1-15
FILIPENSES 1:1-15 La Palabra (versión española) (BLP)
Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los creyentes cristianos que viven en Filipos, junto con sus dirigentes y colaboradores. Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, os concedan gracia y paz. Cada vez que os recuerdo, doy gracias a mi Dios, y cuando ruego por vosotros, lo hago siempre lleno de alegría. No en vano habéis colaborado conmigo en la difusión del evangelio desde el primer día hasta hoy. Y estoy seguro de que Dios, que ha comenzado en vosotros una labor tan excelente, la llevará a feliz término en espera del día de Cristo Jesús. ¿Acaso no está justificado esto que siento por vosotros? Os llevo muy dentro del corazón, ya que todos vosotros compartís conmigo este privilegio mío de la prisión y de poder defender y consolidar el evangelio. Mi Dios es testigo de lo entrañablemente que os añoro a todos vosotros en Cristo Jesús. Y esta es mi oración: que vuestro amor crezca más y más y se traduzca en un profundo conocimiento experimental, de manera que podáis discernir lo que es valioso, os conservéis limpios e irreprochables en espera del día del Señor, y seáis colmados de los frutos de salvación que otorga Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. Quiero que sepáis, hermanos, que la causa del evangelio ha sido favorecida con esta situación mía. No solo la guardia imperial en pleno, sino todos los demás han visto claramente que Cristo es la única razón de mi encarcelamiento. Es más, mi prisión ha fortalecido la confianza en el Señor de buen número de hermanos, que ahora se atreven a proclamar la palabra con más valentía y sin temor. Es verdad que mientras unos anuncian a Cristo con rectitud de intención, a otros los mueve la envidia y la rivalidad.
FILIPENSES 1:1-15 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los creyentes en Cristo Jesús que están en Filipos, junto con sus obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios todas las veces que me acuerdo de vosotros. En todas mis oraciones siempre ruego con gozo por todos vosotros, pues habéis colaborado conmigo en la difusión del evangelio, desde el primer día hasta ahora. Estoy seguro de que Dios, que comenzó en vosotros la buena obra la irá llevando a término hasta el día de Jesucristo. Y es justo que yo sienta esto de todos vosotros, porque os tengo en el corazón, ya que participáis conmigo de la misma gracia, tanto cuando estoy preso como cuando tengo que defender y confirmar el evangelio. Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde más y más en conocimiento y en toda comprensión, para que podáis discernir lo que es mejor, y os conservéis limpios e irreprochables para el día de Cristo, llenos de los frutos de justicia que provienen de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han contribuido más bien al progreso del evangelio. En todo el pretorio y a todos los demás se ha hecho evidente que estoy preso por causa de Cristo. Es más, la mayoría de los hermanos al verme preso se han animado y se atreven mucho más a proclamar la palabra sin temor. Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad; pero otros lo hacen con buena voluntad.
FILIPENSES 1:1-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los que en la ciudad de Filipos forman parte del pueblo santo y están unidos a Cristo Jesús; es decir, a toda la comunidad, con sus obispos y diáconos. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre vosotros. Siempre, al acordarme de vosotros, doy gracias a mi Dios; y cuando oro, pido siempre con alegría por todos vosotros, que desde el primer día y hasta hoy os habéis solidarizado con la causa del evangelio. Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer en vosotros su buena obra, la irá llevando a buen fin mientras llega el día en que Jesucristo regrese. Es muy justo que piense así de todos vosotros, porque os tengo mucho cariño y porque participáis conmigo de las mismas bendiciones, ya sea que me encuentre en la cárcel o que me presente ante las autoridades para defender y confirmar el anuncio del evangelio. Dios sabe cuánto deseo veros a todos, por el entrañable amor de Jesucristo. Pido en oración que aumente más y más vuestro amor, y que alcancéis mucha sabiduría y entendimiento en todo, para saber escoger siempre lo mejor. Así podréis vivir una vida limpia y no habrá nada que reprocharos cuando Cristo regrese; pues entonces presentaréis una abundante cosecha de buenas acciones gracias a Jesucristo, para honra y gloria de Dios. Hermanos, quiero que sepáis que mi situación ha venido en realidad a ayudar al anuncio del evangelio. Toda la gente de palacio, y todos los demás, saben que estoy preso por seguir a Cristo. Y al verme preso, la mayoría de los hermanos se ha animado a anunciar el mensaje, sin miedo y con más confianza en el Señor. Es cierto que algunos anuncian a Cristo por envidia y rivalidad, pero otros lo hacen con buena intención.
FILIPENSES 1:1-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, junto con los obispos y diáconos: Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo os concedan gracia y paz. Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de vosotros. En todas mis oraciones por todos vosotros, siempre oro con alegría, porque habéis participado en el evangelio desde el primer día hasta ahora. Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en vosotros la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús. Es justo que yo piense así de todos vosotros porque os llevo en el corazón; pues, ya sea que me encuentre preso o defendiendo y confirmando el evangelio, todos vosotros participáis conmigo de la gracia que Dios me ha dado. Dios es testigo de cuánto os quiero a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús. Esto es lo que pido en oración: que vuestro amor abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio, para que discernáis lo que es mejor, y seáis puros e irreprochables para el día de Cristo, llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. Hermanos, quiero que sepáis que, en realidad, lo que me ha pasado ha contribuido al avance del evangelio. Es más, se ha hecho evidente a toda la guardia del palacio y a todos los demás que estoy encadenado por causa de Cristo. Gracias a mis cadenas, ahora más que nunca la mayoría de los hermanos, confiados en el Señor, se han atrevido a anunciar sin temor la palabra de Dios. Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad, pero otros lo hacen con buenas intenciones.