FILIPENSES 2:9-12
FILIPENSES 2:9-12 La Palabra (versión española) (BLP)
Por eso, Dios lo exaltó sobremanera y le otorgó el más excelso de los nombres, para que todos los seres, en el cielo, en la tierra y en los abismos, caigan de rodillas ante el nombre de Jesús, y todos proclamen que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Y puesto que siempre me habéis obedecido, queridos míos, ahora que estoy ausente, con temor y temblor ocupaos en vuestra salvación, con más empeño aún que si yo estuviese presente.
FILIPENSES 2:9-12 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Así que, mis queridos hermanos, como habéis obedecido siempre —no solo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia— llevad a cabo vuestra salvación con temor y temblor
FILIPENSES 2:9-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
Por eso Dios también lo exaltó y le dio el nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Por tanto, amados míos, como siempre me habéis obedecido, no solamente cuando estoy presente, sino mucho más ahora que estoy ausente, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor
FILIPENSES 2:9-12 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Por eso, Dios lo exaltó al más alto honor y le dio el más excelente de todos los nombres, para que al nombre de Jesús caigan de rodillas todos los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Por tanto, mis queridos hermanos, así como me habéis obedecido siempre cuando estaba entre vosotros, obedecedme más ahora que estoy lejos. Ocupaos de vuestra salvación con profunda reverencia