PROVERBIOS 3:1-7
PROVERBIOS 3:1-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Hijo mío, no olvides mi enseñanza y guarda en tu memoria mis mandatos, pues te prolongarán los días y tendrás años de vida y bienestar. Que el amor y la verdad no se separen de ti: átalos a tu cuello, grábalos en tu corazón; así obtendrás estima y favor ante Dios y ante los hombres. Confía plenamente en el Señor y no te fíes de tu inteligencia. Cuenta con él en todos tus caminos y él dirigirá tus senderos. No presumas de sabio, respeta al Señor y evita el mal
PROVERBIOS 3:1-7 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
No olvides mis enseñanzas, hijo mío; guarda en tu memoria mis mandamientos y tendrás una vida larga y llena de felicidad. No abandones nunca el amor y la verdad; llévalos contigo como un collar. Grábatelos en la mente, y tendrás el favor y el aprecio de Dios y de los hombres. Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas y él te llevará por el camino recto. No te creas demasiado sabio; honra al Señor y apártate del mal
PROVERBIOS 3:1-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad. Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón. Contarás con el favor de Dios y tendrás buena fama entre la gente. Confía en el SEÑOR de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al SEÑOR y huye del mal.
PROVERBIOS 3:1-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
Hijo mío, no te olvides de mi ley, y que tu corazón guarde mis mandamientos, porque muchos días y años de vida y de paz te aumentarán. Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad: átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón así obtendrás estima y favor ante los ojos de Dios y de los hombres. Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él hará derechas tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión, sino teme al Señor y apártate del mal